Lazos separados

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Dumbledore les "despidió" de su despacho desestimando cada una de las acusaciones que hicieron hacia Draco. Prácticamente les echó sin hacerles el más mínimo caso. Harry salió hecho una fiera con un claro destino en la mente.

-¿Adónde vas, Harry?- preguntó Ron. La bruja corrió para tratar de alcanzarles.

-A encarar a Malfoy. Es hora de respuestas.

-¡No! ¡Espera, Harry!- increíblemente Hermione consiguió adelantar su paso rápido y detenerse delante de ellos- ¿No has tenido suficiente? ¡Ayer casi morimos y hoy vas a hacer exactamente lo mismo!

-¡Lo siento por querer hacer pagar a los mortífagos!

-¡No es eso! ¿No te das cuenta de que si Dumbledore no ha actuado es por algo?

-¡Estoy harto de esperar a ver qué hace Dumbledore! ¡Pienso hacer hablar a Malfoy ahora!

-¡Ron, ayúdame!

-Bueno,... en realidad yo estoy con Harry, Hermione- murmuró Ron rascándose la cabeza con nervios- creo que tenemos que actuar cuanto antes.

-¡Pues si vais a hacer esto no contéis conmigo! ¡No pienso tener nada que ver!

-Bien.

Sin una sola palabra más Harry siguió su camino a paso rápido, seguido de un todavía inquieto Ron. Hermione se quedó con la boca abierta sin creerse lo sucedido. ¿Ella arriesgaba su vida las veces que hiciera falta por ellos y cuando les rogaba algo nunca se lo concedían? ¿Qué clase de amigos eran? En estos casos se preguntaba si de verdad sólo le querían por sus deberes o inteligencia. Pues bien, no pensaba permitirlo más.

.

Al día siguiente el Gran Comedor miró con sorpresa cómo el trío dorado se sentaba en esquinas opuestas de la mesa de Gryffindor. Además, todos comentaban los rumores acerca del motivo del enfrentamiento del día anterior entre Harry y Ron contra Draco Malfoy y algunos Slytherins. Snape había conseguido llegar a tiempo, antes de que el asunto se pusiera serio y, para variar, castigó sólo a los Gryffindors a ayudar a Hagrid en sus tareas nocturnas y les quitó un número salvaje de puntos a su casa.

Hermione escuchaba a Neville hablar sobre una propiedad especial de cierta planta que sólo se cultivaba en Hogwarts. El chico sonaba de lo más emocionado y causó en Hermione la primera sonrisa de la mañana. Al cabo del rato Ginny se unió a la conversación, o más bien la cambió discretamente hacia el tema estrella de la mañana. Esa fue la señal para que la bruja se fuera a su primera clase.

-¡Hermione, espera!

La castaña se dio la vuelta para ver a Ginny corriendo tras ella.

-Ginny, no pienso hablar de Harry o Ron. Estoy demasiado enfadada.

-No es eso. Escucha- tiró de su manga hasta que al fin la miró- ¡Draco te ha estado mirando fijamente todo el desayuno!

-¿Qué?- el rostro de Hermione se quedó pálido.

-¡Sí!- chilló Ginny de alegría- yo creo que le gustas, se sentirá atraído por una relación prohibida de sangre, ¡estoy segura! ¿No es romántico?

Era más romántico lo que tenía en ese momento en el estómago.

-Ginny, creo que los libros de Parvati te han afectado más de lo que creía.

-Hermione, eres una chica guapa, bajo toda esa ropa de talla XL, claro- añadió en murmullos- ¡Incluso los chicos se pelean por ti!

-¿Me he perdido algo? Nadie se ha peleado nunca por mí.

Atada al señor oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora