Primera batalla contra el miedo

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Al parecer no se podía abusar del hechizo. Dejaba agotados tanto a Voldemort como a Hermione ya que lo que hacía era extraer y entregar magia.

Como premio por el buen trabajo Voldemort le había llevado a la biblioteca y le había indicado que se tomara su tiempo para escoger el libro que quisiera. Una vez hecho aquello se sentaron uno al lado del otro en el sofá. Hermione se sentía como en los primeros días de su llegada. Los nervios le consumían al estar siempre tocando al Señor Oscuro. Lo que peor llevaba era que Voldemort todavía no había respondido a su especie de confesión. Nagini aseguraba que iba bien, pero si cuando ella no estaba convencida de lo que sentía cómo iba a saber lo que sentía él, si es que era capaz de sentir. Pensando en el día anterior decidió que definitivamente sí que era capaz de sentir.

Comieron en la misma biblioteca, tras sorpresa de Hermione por poder disfrutar de una de sus comidas preferidas.

-Hoy tengo que hacer una misión de reconocimiento- habló él por fin- Nagini nos acompañará pero para esta misión es importante que tú también puedas protegerte.

Tras decir aquello sacó algo de su capa. El corazón de la chica dio un brinco al darse cuenta de lo que era.

-¡Mi varita!- no pudo evitar exclamar. Voldemort sonrió ligeramente por dentro, en una especie de mueca-sonrisa.

-Úsala sólo cuando sea necesario. Cuando volvamos me la volverás a entregar.

Nagini tenía más razón de la que creían. Aquello era una muestra muy grande de confianza, así como una prueba que no estaba segura de poder o querer superarla.

-Nagini- llamó Voldemort. Como siempre la serpiente apareció de quién sabe dónde y se enroscó alrededor de su señor. Voldemort pasó el agarre alrededor de su cintura, internando la mano bajo su camiseta para seguir tocándola y desaparecieron de la biblioteca.

La mayoría de farolas que iluminaban el camino estaban rotas. La casa donde habían aparecido estaba medio en ruinas y el lugar apestaba a algo extraño. Voldemort pasó a agarrarle de la muñeca. Al ver que él usaba un lumos ella también decidió iluminar con su varita.

-¿Dónde estamos?- preguntó mirando por donde pisaba.

-En la casa de mi antigua familia.

No supo qué decir.

-¿Y qué hacemos aquí?

Sería más fácil si le podía ayudar en su misión y salir de allí en cuanto pudieran. El sitio no le gustaba nada.

-Alguien ha estado buscando algo por los alrededores. Trato de averiguar qué.

Eso no le dejaba ayudar mucho. Se dejó llevar por donde Voldemort iba sin perder su agarre. Nagini se deslizó al piso de abajo para seguir buscando.

Hermione, contra toda su ética, iba curioseando cada mueble, adorno o cuadro que le indicara más cosas del lugar donde había nacido Voldemort, aunque no hubiera vivido allí. A juzgar por el aspecto de todo, hacía tiempo que allí no vivía nadie. Al no estar demasiado atenta e ir fisgando donde no debía, Hermione se chocó contra el pecho de Voldemort cuando éste se detuvo de golpe. Le miró inquisitivamente cuando de repente su rostro se volvió de piedra y salió corriendo escaleras abajo, arrastrándola con él.

Justo a medio camino escucharon el siseo amenazante de Nagini.

-¡¿Qué demonios son esas cosas?!

Al menos una docena de extraños animales con la forma similar a un perro rodeaban y les separaban de Nagini. Por si no fueran poco, otros cinco bien rabiosos se unieron y dirigieron hacia ellos. Fueron los primeros en atacar y lanzarse hacia lo que acababan de considerar como presas.

Atada al señor oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora