Capitulo 27.

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Narra ___.

Estaba en literatura, pero en realidad no estaba prestando atención, estaba concentrada rayando la mesa mientras escuchaba música con los auriculares y pensaba en el bebé que llevaba dentro, pensaba en como sería y como lo llamaría.

Tenía pensado en llamarle Paul si era niño, agradeciendo a Paul por lo que hacía. Y si era una hermosa niña la llamaría Sally porque siempre me gustó ese nombre.

Sentí un puntiagudo hueso perforando mis costillas: era Jamie que me estaba codeando porque la señora Morrison estaba preguntándome algo.

__- ¿Puede... puede preguntarme de nuevo porfavor?

- ¿En qué año fue impreso el primer libro a nivel de todo el mundo?- Miré a Jamie y ella me torció su sonrisa haciéndome saber que no tenía idea.

__- No lo sé.

Prof.- Señorita, tendré que pedirle que atienda las clases, se saque ese audífono y dejé de rayar la mesa.

__- Lo siento.- Puse mi lapicera en su lugar, guardé los auriculares y traté de prestar atención pero el horrible dolor de cabeza no me dejaba pensar.

En la hora del almuerzo me senté a comer con Jamie, no tenía mucho apetito así que solo comí una manzana mientras leía un libro que nos había mandado la señora Morrison, teníamos que leer dos capítulos para la próxima clase. El libro se titulaba "La mecánica del corazón" del autor Mathias Malzieu, un excelente libro y una hermosa historia.
Otra vez tenía ese horrible mareo y esas horribles náuseas, Jamie me acompañó al baño y devolví todo lo que había comido hace unas pocas horas, era horrible. Me lavé un poco la cara y salí del baño encontrándome con Megan y sus secuaces. Las ignoré por completo y traté de seguir mi camino pero una de sus amigas se puso delante de mí.

Megan- Me enteré que estás embarazada cariño.- Mis ojos se abrieron al instante.

Megan- ¿Quién es el padre?

- A ver si nos dan el camino.- Dijo Jamie enojada. De un movimiento a otro Megan puso sus manos en mi cuello.

Megan- Eres una puta... ¿Sabes que existen los condones y las píldoras? Tan callada y tan puta.

__- Como mierda te enteras de mis cosas.- Tragué saliva y saqué sus sucias manos de mi cuello.

Megan- Tengo contactos primos. Sé todos tus movimientos... hasta lo de tu hermano.- Susurró a mi oído para que nadie escuchara.

Megan- No te preocupes, ese jugoso secreto lo sé yo y nadie más.- Por último me tiró un beso y se fue.

- ¿Qué diablos fue todo eso?- Preguntó Jamie nerviosa. Yo negué con la cabeza y me largué a llorar, nuevamente entré al baño y me lavé la cara.

Estaba en mi habitación acostada en mi cama leyendo el libro. El libro trataba de un niño llamado Jack que era hijo de una prostituta, y cuyo corazón estaba dañado. Para salvarlo, le colocaron un corazón de reloj de madera, al cual debería darle cuerda durante toda su vida y que le causaría un sinfín de molestías. Para mantener su corazón a salvo debería atenerse a tres reglas, las cuales eran:
1. No tocar las agujas.
2. Dominar su cólera.
Y 3. No enamorarse nunca.
Un hermoso libro que me leí hasta su capítulo número cinco antes de dormirme.

Unos besos en mi cuello hacían que abriera los ojos y lo hice poco a poco, era Gilmher y sus hermosos labios dando un tour por mí cuello, rostro y boca. Lo amaba tanto, era el amor de mi vida y estaba tan segura de eso que podría apostar mi alma.

__- Hola.

Gil- ¿Te desperté?

__- Creo que sí.- Sonreí besándolo.

Gil- Oye, estamos solos... mamá y papá fueron a la casa del dueño de una empresa, Josefa y las mucamas ya se fueron a su casa.

__- ¿Y?

Gil- ¿Cómo que "y"? Te estoy diciendo que quiero estar contigo haciendo el amor.- Se puso de brazos cruzados haciéndose el enojado, me reí y lo heché a la cama subiéndome arriba de él.

__- ¿Quiéres hacer el amor conmigo?

Gil- Y con nadie más.

__- Te amo.

Gil- Yo te amo con locura y con pasión.- Lo besé devorando cada parte de él, sentía mariposas en mi estómago y cosquillas por todas partes de mi cuerpo al tocarlo. Era tan hermoso, tan perfecto y lo más maravilloso era que él era real y era solo mío. Mío y de nadie más. Estaba tocando mi pierna y subiendo poco a poco a mi muslo para luego tocar mi trasero. El beso se estaba subiendo de tono y se hacía cada vez más excitante.

Estábamos desnudos yo todavía arriba de él dando saltos mientras lo besaba. Hacían dos malditas semanas que no estábamos teniendo sexo y era jodido. Ahora el estaba arriba mío, tocando mi pecho mientras me penetraba rápido y yo gemía ¡mierda! Era fantástico y tan caliente. Suplicaba que vaya más rápido y el me hacia caso mientras sonreía.
Nos cambiamos de posición, el me puso a espalda de él: mi espalda con su pecho. Puso mi pierna derecha arriba de su cintura y puso su pene en acción mientras que su mano masajeaba mi clítoris y esa posición me volvía loca. Jalé de su cabello para besarlo y decirle que lo amaba tanto y él me respondía solamente con besos y penetraciones.

¡Qué noche lujuriosa! Perfecta noche diría yo, lo que más deseaba era que todas las noches se repitiera lo mismo, sin mis padres y sin los personales de casa. 

Sexo con mi hermano. (Gilmher Croes '& tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora