—Ya estoy en casa...— Musitó Koichi cerrando la puerta. Desganado, quitó sus zapatos y se pasó por la sala de estar. Allí estaba Sara, dormida en el sofá sosteniendo una foto del pelirrosado cuando era pequeño.
Se fijó en la foto y la miró con nostalgia mientras se acercaba a su sirvienta para arroparla un poco y apagar las luces.
—Buenas noches...— Pensó dirigiéndose a su habitación.
Bambi, se tiró en la cama como una estrella de mar, suspiró, cerró sus ojos y poco a poco fue cayendo en un sueño profundo.
3:21 a.m
"Tiene cuatro llamadas perdidas"
...
12:57 p.m
—Buenos días, señor..., despierte, es tarde...— Excusó Sara entrando en la habitación y abriendo las ventanas de esta.
—5 minut...—
—Señor, es la una de la tarde, despierte.—
—Ugh...— Se dió media vuelta para incorporarse. —Tengo mucho sueño... Llámeme más tarde...— Volvió a tumbarse en la cama.
—Niiyama Koichi, arriba.— Rechistó tomando las manos del joven para tirar de ellas y levantarlo.
—Ya estoy, ya estoy...—
—Venga. Iré a prepararle algo... ¿gusta de té verde?—
—Sí..., gracias.—
Sara fue a prepararle el té enseguida, en cambio, Koichi se levantó de la cama y se dirigió al baño para lavar su rostro dándose cuenta de que estaba con la ropa de ayer.
—Agh... que pereza... Primero me tomo el té y después me ducho. Tal vez practique también con el bajo...—
—¡Señor, su té está listo!—
Bajó de inmediato intentando no tropezarse y caer como una vez le pasó en un live...
—Gracias...— Susurró sorbiendo del té.
Unos minutos después, terminó de beberlo y su sirvienta, como siempre, lo retiró. El pelirrosa fue directo al baño, se quitó la ropa frente al espejo y miró su cuerpo de arriba a abajo.
—Necesitas hacer deporte...— Le dijo a su reflejo.
Ignorándose totalmente, se metió en la bañera.
"Número desconocido"
...
"Llamada perdida"
El móvil volvió a sonar. ¿Quién sería? ¿Por qué era tan persistente aquella persona? ¿Qué quería? Koichi, con obviedad no se enteró pues estaba en el baño, cuando salió todo empapado y descalzo fue a su habitación, se tumbó en la cama y miró al techo.
"Número desconocido"
¡De nuevo! Bambi se levantó de la cama para ver quien era y al ver que no lo tenía nombrado se extrañó pero se animó y contestó.
—¿Hola? ¿Con quién hablo?—
—...— Nadie contestó... Qué raro..., se podía oír una respiración un tanto agitada.
—Colgaré si no obtengo respuesta.— Informó seriamente.
Pasaron tan sólo segundos, aquella persona continuó en silencio y en cuanto iba a decir algo, Koichi colgó. Qué mala suerte, seguramente era importante...
—La gente hoy en día se aburre mucho... ¡y no tiene más remedio que molestar a los demás!— Irritado, se dirigió al amario para elegir qué se pondría. Algo cómodo, no tenía pensado salir de su casa así que unos pantalones de deporte anchos y una camiseta de tirantes estaban de maravilla.
Se colocó esas dos prendas y caminó hacia su escritorio dónde yacía una computadora de las más recientes. Se sentó en una silla y tomó su bajo claramente para practicar con él.
En una de las carpetas de aquella computadora estaban las canciones de Mejibray. ¿Adivináis cuál seleccionó?
Sí, Hiai... Una de las más... ¿tristes? Tal vez. Bueno, aquí el señorito, estuvo practicando con esa canción pero cada vez sentía que no podía más...
Por su mente sólo pasaban dos cosas: la voz de Tsuzuku, que la estaba oyendo en ese instante y el día que llamó la madre del pelinegro informando que "ya no estaría más con nosotros..."Dejó de tocar y echó su cabeza en el escritorio permitiendo que sus lágrimas brotasen...
—¡Koichi!— Canturreó alguien muy cercano a él. Este abrió la puerta y vio al pelirrosado secando sus lágrimas y parando la canción que se reproducía.
—¿M-Minpha? ¿Qué haces aquí?—
—Ey..., quise darte una sorpresa... ¿Qué te ocurre, Bambi?— Preocupado se acercó al mayor y le miró. —Estabas llorando...— Miró la computadora y ya entendió a la perfección el motivo. —Tsuzuku...—
—¿Sabes...? No quiero profundizar más la herida..., hagamos algo, por favor...— Rogó.
—Como tú quieras... ¿Qué tal si vemos departamentos por Internet?—
—Me parece bien, ven, siéntate aquí.— Tomó una silla y la acercó al menor.
Horas de búsqueda, yendo de web en web y ningún departamento que gustase hasta que a Minpha le dió por mirar en una última.
—Bingo.—
No era un departamento, sino una casa lo que encontró. Estaba muy bien de precio y era muy bonita. Incluía una piscina así que, perfecto. El único fallo es que se encontraba muy lejos pero ¿qué más daba? Era para hacer una nueva vida así que mientras más lejos... mejor. ¿No?
—Compraré esta casa y en dos semanas o así, empezaré la mudanza.— Atestiguó Koichi.
—Muchas gracias por todo. De verdad.— Con una sonrisa radiante, acompañó al menor pelirrosado a la salida pues este ya se iba.—Gracias a ti... Llámame cuando necesites ayuda con la mudanza. ¿Sí? ¡Nos vemos!—
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Mi cerdito, mi lindo y tierno cerdito...
Fiksi PenggemarKoichi, bajista de la banda Mejibray, decide separarse de esta sin informar aún a los fans, ya que el vocalista fue hallado muerto en su habitación por lo que le comentó la madre del fallecido por teléfono. Así que decide salir de ahí. Tras un año d...