Mi cerdito, mi lindo y tierno cerdito...

Capítulo 5: No puede ser... Tierra, trágame...

—Que raro... Alguien me llamó... Seguro se confundieron...— Murmuró Koichi mientras pintaba sus labios de un tono rosado.

—¡Listo! Y aún me sobra tiempo... Unos... 25 minutos...— El joven, tomó un bolso donde metió su móvil, un pequeño espejo para retocarse por si acaso y sus maravillosos auriculares que más de una vez le salvaron de situaciones un tanto... extrañas...

Al salir de su habitación, cogió los regalos que un día atrás compró junto a Minpha y bajó las escaleras.

—Sara, me iré. Cuídese y cuide de la casa mientras yo no esté, por favor.—

—Señor, espero que la pase muy bien, felicite a Yo-Ka y dele esto de mi parte.— Sara, sacó una cajita enlazada, con dos finas pulseras con el nombre de ambos novios.

—Lo haré con mucho gusto. Nos vemos en la noche.— Koichi, se despidió de la sirvienta dándole un beso en su mejilla, salió de su casa y se dirigió al metro.

—No hay cosa más cutre que ir a una boda en metro pero... bueno...— Balbuceó caminando con rapidez hacia la estación.

Muchísimos minutos más tarde, el pelirrosado ya se encontraba en Nagasaki. Solo tuvo que tomar un taxi para que le llevase a la iglesia.

—Doce y tres minutos... bien Koichi, vamos bien...—

Las personas que asistieron ya se encontraban dentro de la iglesia, sentadas y hablando mientras el cura y la novia llegaban. En cuanto Koichi entró, todas las miradas de esas personas fueron directas hacia él. Hizo una pequeña reverencia, se fijó en Yo-Ka, el cual estaba esperando en el altar y sonrió ampliamente. Caminó hacia delante y se sentó sin darse cuenta que estaba siendo observado por Meto; sí, aquel "pequeño" niño que a penas hablaba, el "rarito" de la banda...

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—Pss... MiA... ¿Ese no es... Koichi?— Preguntó Meto en voz baja mirando de reojo al pelirrosado.

—¿Qué demonios hace aquí? Seguramente le invitó Yo-Ka...— Entre murmullos le contestó al menor.

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—Shhh... ¡Ahí viene la novia!— Alertó alguien.
Todas las personas se levantaron y miraron directamente hacia la entrada de la iglesia. En cuanto Nearu, caminó hacia el altar agarrada al brazo de su padre, comenzaron a aplaudir, incluído Koichi que seguía los movimientos de la gente porque no tenía ni idea de cómo actuar. Ella estaba radiante, con un vestido blanco tan bonito y tan largo...

Después de una larga charla sobre el amor y la unión de esas dos personas, el cura, que era quien estaba dando la ceremonia hizo una pregunta: "Quien se oponga a esta boda, que lo diga ahora o calle para siempre."
Para la sorpresa de todos, destacando a
Yo-Ka y a su futura esposa, uno de los miembros de su banda DIAURA, Kei, se levantó aunque Shoya, otro miembro de la misma banda, intentó detenerlo.