Capítulo 13: Sólo deseé que estuvieses aquí.

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Y... bueno... cuéntame. ¿Cómo es eso de que estaba muerto?— Preguntó mientras se hacía una idea de lo que le iban a responder. Para ayudar, pues se lo pidió Bambi anteriormente, tomó la sartén, el aceite y un par de cabezas de ajo dejándolos en la encimera de la cocina.

Que conste que sólo yo sé que estás vivo, por ahora...— Alertó. —No sé si recuerdas qué ocurrió antes de que tu madre... te drogara seguramente para meterte en ese ataud y demás... El caso es que... ella, llorando y muy angustiada, comenzó a decirme: "¡Esto ha sido culpa de la banda esa, Mejibray!" Yo, me empecé a preocupar bastante porque ella fue la que me llamó y no tú. Utilizó tu móvil para poder hacerlo...— Explicó. Tsuzuku interrumpió tan sólo para toser un poco, estaba muy atento a lo que decía el contrario a pesar de que estaba ocupado troceando los ajos.

Ahí fue el momento en el que me avisó de que te habías suicidado tomándote dos botes y medio de pastillas y cortándote las venas... Colgué la llamada tembloroso, no sabía qué hacer y me puse a llorar en el suelo. ¡Te había perdido! ¿Sabes cuánto me dolió oír aquello?...— Hizo una breve pausa para no empezar a llorar. Aún le parecía increíble que su cerdito, su Tsuzuku estuviese vivo...

En ese instante, el pelinegro habló: —Perdón... Perdón por lo que mi madre, la que nunca creí que me fallaría, te hizo. Hay una cosa que es cierta y es que... sí, me intenté suicidar, mis emociones colapsaron, volví a hartarme de todo, de no ver nada e intenté cortar mis venas mientras tomaba pastillas... Pero no me pasó nada. Sí que es cierto que me quedé inconsciente... Recuerdo también que mi madre me inyectó algo en la vena quedando supongo, más días inconsciente... haciéndoles creer a todos que estaba muerto...—

Koichi quedó impactado por lo que le acababa de contar su compañero. Él, se aferró al mayor y le abrazó calmando sus ganas de llorar... —Esto... hay que cortar la carne...— Se apartó de él y echó los ajos ya troceados en la sartén con aceite. —Entonces... ¿qué... qué pasó durante ese año y medio...?— Tomó un vaso de agua en lo que le respondía para aclarar su voz.

—¿Qué pasó? Tsk... cuando me desperté, estaba en una habitación blanca, tumbado en una camilla como de... hospital y con varios cables conectados en mis brazos... Me inquietaba el pitido que emitía una de las máquinas por lo que me exalté un poco e intenté levantarme para apagarla, entonces, los enfermeros que estaban allí, me oyeron, entraron y se abalanzaron sobre mi para inyectarme seguramente suero y cosas así... Me quedé dormido y hasta tres o cuatro días después, no desperté. Ya era más consciente de todo, ya no estaba tan... sedado por las pastillas y pude darme cuenta que estaba en un psiquiátrico. Un maldito psiquiátrico...— Mencionó cortando la carne en finos trozos.

Todo quedó en silencio, Koichi estuvo atando cabos en su cabeza entretanto iba echando la carne en la sartén. El mayor entonces, continuó hablando terminando de cortar la carne de una vez por todas. —Aquello... fue un infierno... siempre debía tomarme tres pastillas..., día, tarde y noche... Pedía que se acabase todo, pensaba que si moría daba igual..., no podía hacer nada... Estaba controlado las 24 horas, incluso cuando iba al baño... Por suerte logré salir de allí... Tarde, pero lo hice... Aunque...fueron muchos meses... 9 o 10... los que pasé... Yo... yo no estaba loco... No tenía las enfermedades mentales de los que había allí... Me sentí tan mal... Comía muy poco pero lo apacigüaba haciendo mucho deporte... Sé que no era sano pero nada me importaba...
El día antes de salir de allí, sólo desee verte, ver a los demás y subirme otra vez en el escenario... Necesitaba desahogarme...— Apretó los puños e hizo una mueca de tristeza.

Quería llorar y Koichi lo sabía muy bien... Pasó su mano por la espalda de Tsuzuku tranquilizándolo de esa manera. —Venga... nos subiremos el ánimo ahora comiendo y bebiendo cerveza... ¿Sí?— Le sonrió tan sólo para hacerle sonreír al pelinegro. Lo logró, aunque no lo pudo ver porque se distrajo dándole la vuelta a la carne en la sartén.

...

—Ya todo está listo, sólo falta la cerveza y nada más.— Dijo Tsuzuku dejando los platos en la mesa.

Okay, los llevaré yo, siéntate que ahora voy.

Unos minutos después, Koichi se presentó en la sala con un plato de huevos cocidos y dos latas de cerveza. —Espero que estén... buenos...— Dejó el plato y las latas en la mesa para poder sentarse enfrente de su compañero.

N-No te hubieras molestado en hacerlo...—

Te conozco y sé que te quedaste con ganas...—

Pero no debiste molestarte... Ahora me siento mal...— Fingió tener pena e hizo un pucherito.

Anda, come...— Miró a Tsuzuku y comenzó a reírse. —El vocalista me salió tonto...— Bromeó.

¡Oye!— Rió abriendo la lata de cerveza para beberla.

...

—Todo estuvo muy bueno..., gracias...—

—Pues es de las pocas veces que cocino... Me extraña que estuviese bueno pero... gracias, también.—

"Minpha-Chan"

—¿Sí?—

Koi... ¿Dónde estás? ¿Podrías acompañarme a la estación, por favor?

Uhm... voy..., espera...

Colgó la llamada y miró a Tsuzuku. —Era Minpha, quería que le acompañase a la estación... Me iré rápido, si no, no podrá tomar el tren... Lo siento...— Hizo una reberencia y caminó hacia la puerta acompañado del mayor quien apenas dijo nada.

Tened cuidado, sobre todo tú...— Susurró el pelinegro abriendo la puerta de su casa.

—Sí..., gracias... ¡Nos vemos!—

Mi cerdito, mi lindo y tierno cerdito...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora