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Estaba aturdida, la cabeza me dolía como cuando comencé a entrenar y los maestros eran demasiado estrictos, solo que en esta ocasión era causa de unos estúpidos, ¿cómo es qué sigo con vida?, tal vez por la misma razón que ella sigue con vida después de su miseria, la muerte sigue evadiendo mi nombre, o simplemente ya nada más pueden hacer para deshacerse de mí, un milagro ha ocurrido quizás, para que no terminara como coladera. Abro los ojos pero la luz del cuarto de hospital me provoca una migraña espantosa.

-Maldita sea-

-Cuida esa boca señorita-

Un sobresalto me causa verla ahí, sentada junto a la ventana del cuarto en el sofá individual, vestida de blanco, sonriendo con ese esplendor que solo ella tenía, con las piernas cruzadas una encima de la otra.

-¿Acaso estoy drogada?—sobo mis sienes—tú no eres real, es la prueba fehaciente de que estoy enloqueciendo-

-Tal vez, sin embargo ya que estoy aquí por obra de tu mente o de alienígenas—no pude evitar reír—podemos conversar de lo que gustes-

-¿Conversar tan relajada con una alucinación?—asiente llena de felicidad, me parecía que brillaba con el sol—de acuerdo, quiero una explicación-

-¿De qué?-

-¿Cómo sabías que ellos estaban esperándome?, hablo de mis amigos-

-Intuición femenina, solo supe que no iban a dejarte sola, las noticias como la tuya, corren muy rápido-

-Esto es extraño—frunzo el ceño mirando al techo—aunque agradezco que no me hayas dejado, ya sabes, pude terminar peor que ahora-

-La muerte huye de nosotros—se pone de pie caminando hasta mi camilla—y estoy segura, de que tus padres siempre están cuidándote-

Baja su rostro hasta quedar tan cerca de mí, cierro mis ojos al momento en que me da un beso en los labios, escuchó el abrir de la puerta, así que vuelvo a abrirlos, mirando a Mike y Alex, era evidente que Kara ya no estaba, no es real Lena, tan solo es tu deseo pero con un poco de locura, suspiro sabiendo lo que venía. Pero creo que me he equivocado, pues Alex se abalanza a mí abrazándome, esto era nuevo, ella normalmente se abstiene de mostrar afecto, no es su estilo.

-Eres una estúpida—susurra—mira que enfrentarte a ellos por tu cuenta—se aleja para mirarme— ¡son del servicio secreto Lena!-

-Creo que lo hizo bien—dice Mike guiñándome un ojo—nadie es digno oponente para un Luthor-

-Y como Luthors son engreídos hasta el momento en que casi mueren—tanto mi primo como yo nos encogemos de hombros—dios, nunca terminaré de comprenderlos-

-¿Cómo lograste llegar al hospital Lena?—pregunta Mike—es decir, estaba grave, tuvimos que hacer una transfusión sanguínea, el doctor dijo que era un milagro que siguieras con vida, creo que comienzo a creer en que tienes un ángel de la guarda muy bueno-

-Lo tengo—pienso en Kara—y solo mi intuición me guío, es la única explicación coherente—sí les decía la verdad me verían peor.

-¿A dónde ibas?—Alex seguía en plan de protectora.

-Al aeropuerto-

-¿Aeropuerto?—preguntan ambos.

-Sí, planeaba visitar a Ray a Brasil-

-Ray—Mike seguía afectado por el pasado—no creo que quiera verte, a ninguno de nosotros, a decir verdad—se cruza de brazos serio.

-No perdía nada con intentarlo, es mi primo y tu hermano Mike-

Dos Sombras en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora