Tu Consciencia y Mi Alma

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-¿Sam?—ella sonreía burlona— ¿qué estás haciendo aquí?-

-Esa no es la manera de saludar a tu mejor amiga Kara-

-Mamá, hablaré con Sam-

-Tomen su tiempo cariño-

La tomé de la mano llevándola conmigo hasta el pequeño balcón que tenía el apartamento de mi madre, cerré las puertas, tratando de no gritarle a mi amiga, que ahora se estaba riendo probablemente de mi gesto, ella se atrevía a venir vestida con sus finos atuendos a un hogar de media clase, con el peligro de que las locas la amataran.

-¿Qué haces aquí Sam?-

-Estoy bien muchas gracias—menciona bromeando, pones los ojos en blanco resoplando—de acuerdo, malhumorada polaca-

-Sam...-

-Sé que probablemente te interese saber, que Cat Grant no cumplió con su parte, porque he de suponer que regresaste para que Luthor estuviese a salvo-

-¿Qué le hizo?—pregunté furiosa.

-Tranquila—soba mis brazos—esa mujer envió al servicio secreto por Lena, pero ella fue más astuta y a pesar de que la hirieron logro escapar, y por tu expresión creo que ya sabes que está en este país tan...--hace una mueca.

-Sí, sí—estaba muy enojada—esa maldita me hizo lastimarla, solo para después matarla, voy a arrancarle las gónadas-

-Antes de que hagas eso—sacó una hoja doblada de sus pechos—por favor no la uses para tocarte-

-Ja ja—la arrebaté de sus manos— ¿qué es?-

-Mi madre, a quien por cierto tengo muy bien amenazada, me dio la dirección del laboratorio de un amigo suyo, no aliado con nadie, iremos con él, y sacaremos ese maldito rastreador de tu cerebro, para que no sigas cometiendo más estupideces-

-Iré yo sola y...-

-Nada de qué debo quedarme—habla con firmeza—ese hombre solo te hará la cirugía sí voy contigo, además debo pagarle muy bien, por lo que es mejor ir ahora, le dije que a tu madre que en cuanto llegaras tendríamos que salir-

-¿Exactamente cómo sabías de su ubicación?-

-Mi madre, ya te lo dije—lo dice como si fuese lo más obvio del mundo.

-¿Y cómo le explicaremos a mi mamá de la cirugía?-

-Ya lo tengo cubierto—guiña—ahora deja de poner excusas baratas y vamos, tengo un auto esperando-

-¿Hace cuánto estás aquí?-

-Desde ayer, y ya Kara, por favor vamos, que el tiempo es oro-

Sam no era alguien a quien pudiera retener así que solo me despedí de mi madre por el momento, saliendo con ella, para mi sorpresa el auto estaba ahí, ni siquiera lo había visto, William había viajado con ella, lo saludé y así comenzó el viaje con ese amigo misterioso, al desdoblar el papel que me dio, veo coordenadas.

-En cuanto te quiten el rastreador, te llevaré a ese lugar-

-Esto puede ser riesgoso para ti Sam, esa mujer mentirosa es peligrosa, no la conoces-

-Tú tampoco Kara, te engañó como a una cría... digo.... Una niña estúpida-

-A pesar de lo irritante que eres británica bronceada, no quiero que ella vaya contra ti-

-No te preocupes, estaré bien-

Se mostraba tranquila pero yo, ya no podía confiar en nada, todo lo que toco perece y temía que Sam no fuera la excepción. Al entrar al laboratorio ella se presentó, al parecer nos estaban esperando, por lo que sin esperar un minuto más, me llevaron al área de cirugía. Estaba en una fría cama, dentro de un cuarto aislado, esperando que me abrieran la cabeza, esperaba que nada pasara mientras estuviera aquí, sobre todo a Sam.

Dos Sombras en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora