Glass Delusion 💎 Ciel Phantomhive

💎 Chapter one

[Palacio de Buckingham]

El Conde Phantomhive entró a aquella sala, donde la Reina lo esperaba; saludó elegantemente y tomó asiento, mientras un sirviente le ofrecía una taza de té. Tras una leve y agradable plática, la mujer fue al grano.

– Necesito pedirte un favor.

– Sí, Su Majestad.

– Mi sobrina ha venido de visita, y yo pronto debo hacer un viaje a Francia. No puedo dejarla sola, ¿Podrías encargarte de ella?

– Por supuesto, Su Majestad. ¿Ella es una niña?

– Tiene tu edad, my dear boy. Sin embargo...ella está enferma.

– ¿Es muy grave?

– Más o menos. Verás, sufre de un mal de la mente llamado "Glass Delusion", ella cree que está hecha de cristal y por lo tanto cualquier cosa puede dañarla, o "romperla".

– Lo entiendo.

– Serán sólo dos semanas. Ella no suele salir del cuarto debido a su miedo, y tiene una Dama de Compañía que la ayuda, sólo necesito que tú estés con ella por si acaso. Temo dejarla sola aquí en el Palacio.

– Comprendo. No se preocupe, Su Majestad, yo me haré cargo de su sobrina.

– Muchas gracias –sonrió.– Te la presentaré. Viajaré temprano en la mañana, por lo que agradecería que la lleves contigo hoy.

– Por supuesto.

La Reina mandó a uno de sus mayordomos a llamar a su joven sobrina, y varios minutos después la joven apareció junto a su maid y el mayordomo que había ido por ella.
La fémina vestía un vestido color vino, de abultada falda y flojo corset, llevaba su largo y blanco cabello levemente sujeto y estaba envuelta en sábanas de rojo carmín, su piel era muy pálida y sus ojos grises tenían leves marcas purpuras debajo, eran ojeras. Su maid era rubia y de ojos purpura, llevaba el cabello sujeto y vestía con un uniforme blanco y lila.

– Conde, ella es mi sobrina Tn Jeanne Bonnet Dahl del Reino Unido.

– Es un placer –saludó Ciel.

Hizo una reverencia ante la joven y luego la miró, ella no parecía asustada, sino más bien molesta.

– Tn, cariño. Él es el Conde Ciel Phantomhive, ¿Recuerdas que te hablé de él anoche, durante la cena?

– Sí.

– Bien –sonrió.– Él va a cuidarte mientras estoy fuera, serán sólo dos semanas, o tal vez menos.

– Tía, no necesito que nadie me cuide. No estoy enferma.

– Tn...

– Permítame, Su Majestad –dijo Ciel a la mujer y miró a la chica.– Lady Tn, sólo me encargaré de cuidar de usted por un corto tiempo, y no por una enfermedad, sino porque es familiar de Su Majestad la Reina –sonrió.

Ciel intentó acercarse, pero al dar un paso ella retrocedió.

– Aléjese –ordenó.– El cristal se rompe, Conde –dijo mientras tomaba una postura de auto-protección.

– ...Discúlpeme.

– Tn, cariño, serán sólo unos días. Por favor.

– ¿Y mi padre?

– Aún está fuera del país, no vendrá hasta unos días antes de tu cumpleaños, para poder festejarlo contigo.

– No celebraremos nada –negó.