💎 Chapter twenty-five

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Una vez todos bajaron de los carruajes, Tn miró hacia adelante, contemplando el enorme campo verde que se extendía ante sus ojos; sonrió, maravillada, hacía años que no veía un lugar tan extenso y verde, pues hace años que no tenía una salida así.

– ¿Qué opinas? –preguntó Ciel.

– Es...hermoso... –lo miró.– Realmente es un lugar muy bonito.

– Es un alivio que sea de su agrado –sonrió y dobló su brazo.– ¿Vamos?

– Sí –asintió, tomando su brazo.

Ambos se caminaron un poco hasta estar cerca el lago, para sentarse allí. Sebastian y Juliette comenzaron a acomodar las cosas, para que ambos jóvenes pudiesen sentarse.

– Este lugar es muy hermoso.

– Cierto. Y es tan extenso que pareciera que estuviésemos solos.

– Eso es de lo que más me agrada –rió. Él sonrió.

– Sebastian –lo miró.– ¿Qué preparaste para el almuerzo?

– El picnic de hoy será ensalada de camarón, tarta de sardina y sándwich de queso cheshite.

– Mariscos, ah –comentó ella.

– ¿Son de su agrado, Lady Tn? –preguntó Ciel.

– Ah –lo miró.– Por supuesto –sonrió.

Sebastian abrió las canastas que traía y sacó la comida, él le sirvió a su amo y Juliette a su ama. Tras la comida, se les sirvió el postre.

– Este es parfeit de frambuesa –dijo el de negro, dejando aquel postre frente a su amo.– Su crema se hace a partir de exprimir leche proveniente de Jersey. Puede ser simple, pero es refrescante y dulce.

Tn tomó la cuchara y tomó un poco de aquel postre, llevándolo a su boca y saboreando.

– Hm. Es delicioso.

– Es un alivio –sonrió Sebastian.

– No me lo esperaba de alguien que ni siquiera es granjero –comentó el del parche, tras probar una cucharada. Lo miró.– Sólo de pensarlo me hace reír.

– Es cierto –lo miró.– Teniendo en consideración el tamaño del mundo, creo que no hay ni un solo mayordomo al que su amo le ordene esto –sonrió.

– Ustedes dos realmente se llevan bien, ¿No es así? –sonrió de lado.

– ¿Ah? –la miró.– ¿Qu-Qué...? ¿Cómo podría...con un mayordomo...? –tartamudeó.

Tn comenzó a reír. Ciel la observó unos segundos, se sonrojó y volteó la mirada.

– Ahm... –la miró.– ¿Y usted? ¿Se lleva bien con Juliette?

– Por supuesto –sonrió.– Juliette...es como mi mejor amiga...

– Ya veo.

– Me alaga –sonrió la mujer.

Tn la miró y sonrió. Ciel sonrió, mientras la miraba.

Tras el postre, Tn se levantó y se acercó al borde del lago, se arrodilló y pasó una de sus manos por el agua.

– Está...fría... –murmuró.

Ciel se acercó a ella, sentándose a su lado.

– ¿Se encuentra bien?

– Claro –lo miró.– ¡Oh! –miró tras él.– Una canoa.

El chico giró la cabeza, observando el bote de madera avanzar con tranquilidad, en ella iban una pareja de nobles y un mayordomo remando; volvió a mirarla.

– ¿Alguna vez ha andado en bote?

– Uhm... –lo miró.– Creo que cuando era más pequeña.

– ¿Le gustaría navegar? –extendió su mano a ella.

– ¿Qué? ¿Ahora? –lo miró algo confusa.

– Sí –sonrió.

– ...Ah...Está bien –tomó su mano.

Ciel sonrió y se levantó, ayudando a levantar a Tn. Se acercaron de nuevo a donde estaban Sebastian y Juliette, para que el de parche ordenase a su mayordomo que consiga un barco. Minutos después, ambos se encontraban ya al borde del lago, para subir a la canoa.

– Bien, sube primero –dijo él.

– Ahm. No...No estoy segura...de cómo hacer esto...

– Tranquila, ven aquí.

El Conde se acercó a la chica y tomó su mano, indicándole cómo subir; luego subió él y ambos se sentaron, seguido subieron Juliette y Sebastian. El mayordomo comenzó a remar, haciendo que el bote se mueva por el canal.

– Esto...es tan tranquilo... –murmuró.

– Cierto.

– Me gusta este lugar, mucho.

– Me alegra eso.

Tn suspiró y apoyó la cabeza en el hombro del chico, sonriendo levemente ante la tranquilidad que sentía en ese momento. Ciel la miró y sonrió, apoyando su cabeza levemente sobre la de ella.

– Gracias por traerme, Ciel. Este lugar es realmente lindo.

– No es nada. Supongo...que es una buena despedida, ¿Cierto?

– Muy buena –rió levemente.

Tn tomó aire y cerró los ojos, sintiendo la brisa en su rostro. Ciel la abrazó con un brazo, sonriendo y cerrando los ojos también. Pasaron algunos minutos cuando de pronto el cielo comenzó a nublarse, el clima se puso gris y comenzó a llover pero la lluvia se volvió violenta. Ambos abrieron los ojos al sentir las gotas de agua caer sobre ellos.

– ¿Qué pasó? –preguntó ella, mirando al cielo.

– No creí que se nublaría –comentó él.

– El clima se ha vuelto tormentoso –comentó Sebastian, pues había comenzado a soplar el viento también.

– Llévanos a la orilla, Sebastian –ordenó el chico.– Debemos volver a casa ya.

– Entendido –asintió.

El viento comenzó a soplar con más fuerza, provocando que el agua se vuelva más turbulenta.

– ¡Juliette! –gritó Tn, asustada.

La chica se levantó para acercarse a su Dama y abrazarla, así se sentiría más tranquila, pero en cuanto se levantó se tambaleó debido a que el bote se movía con cierta violencia, y al dar un par de pasos cayó hacia atrás, al agua.

– ¡AAHHH! –gritó.

– ¡Tn! –gritó Ciel, asustado.

El Conde se arrodilló en el suelo y se sujetó del borde del bote por donde ella cayó, estirando su mano.

– ¡Toma mi mano!

La joven asintió e intentó sujetar la mano del chico, pero falló, el agua comenzó a arrastrarla.

– ¡Ci-Ciel! –gritó.

Tn comenzaba a ahogarse, pues no sabía nadar. Ciel se aterró al verla. Juliette iba a lanzarse al agua a salvar a su ama, pero el chico se le adelantó, quitándose su chaqueta y arrojándose en su lugar.

– ¡Bocchan!

– ¡Tn! –gritó, mientras nadaba hacia ella.– ¡Espera!

La presa de madera se rompió, provocando que el agua comenzase a correr más violentamente. Ante esto, la chica terminó por sumergirse, dejando de gritar. Ciel frunció el ceño y se sumergió, nadando con rapidez, abrazándola en cuanto llegó a hacercárse a ella. Juliette y Sebastian los observaban desde el bote.

– Dios mío... –murmuró ella.

– Yo voy –dijo el de negro.

– No –lo detuvo.– Iré yo –lo miró.– No te permitiré tocar a la señorita.

La mujer tomó aire y se arrojó al agua, nadando hacia aquellos jóvenes nobles.

Glass Delusion 💎 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora