💎 Chapter thirty-one

1.3K 187 34
                                    

– ¿Y bien?

– Lo siento, Duque Dahl –acomodó sus lentes y lo miró.– La joven Tn, nuevamente, no ha querido abrirme la puerta. Tampoco ha dicho nada, sólo pidió que me fuera y me dijo que la dejaran en paz.

– Entiendo...

– ¿Podría hablar con usted un momento, en privado?

– Por supuesto. Por aquí.

– Duque Dahl –llamó Ciel.– Con su permiso, yo subiré a hablar con ella.

– Adelante –asintió. Miró al otro hombre.– Doctor, por favor.

Ambos se dirigieron a la biblioteca para poder hablar a solas. Leonard cerró la puerta y miró al doctor, este estaba serio.

– ¿Qué ocurre, doctor?

– La señorita Tn...está muy mal.

– Eso lo sé.

– No, me refiero a que...la señorita Tn ha empeorado. Antes al menos salía de su habitación, conversaba con su Dama y comía sus respectivas comidas, ahora, al contrario, se ha encerrado en su habitación y no ha querido salir en cinco días. Obviando el hecho de que esto no es normal, es algo perjudicial para su salud. Sea lo que sea lo que le ocurrió aquella tarde en la ciudad, ha desencadenado otro desorden mental y ha agravado el que ya tenía.

– ... ¿Y usted qué recomienda hacer, doctor?

– Tomar medidas drásticas.

– ¿Habla de...?

– Así es.

Leonard frunció el ceño con preocupación, la idea no le agradaba en lo absoluto.

[Una semana después]

Ese día había estado lloviendo desde la mañana. Ciel iba en su carruaje, observando el camino por la ventanilla. Tras varios minutos, el vehículo se detuvo frente al Palacio; el chico bajó, y junto a su mayordomo se encaminó a la entrada. Tras ser atendido por uno de los mayordomos de la Reina, este lo llevó al living.

– My dear boy, has venido de nuevo –dijo la Reina.

– Sí. Prometí que ayudaría en la mejora de Lady Tn, así que aquí estoy.

– Uhm. Respecto a eso...

Victoria frunció el ceño y bajó la mirada, como si no quisiera terminar aquella frase. Ciel levantó una ceja, confuso, comenzando a preocuparse.

– ¿Qué ocurrió? –preguntó.– ¿Lady Tn está bien?

– ...No lo está –negó el padre de la chica.

– ¿Le pasó algo malo?

– No...bueno, nada después de aquel día.

– ...No comprendo.

– Conde...creo que debería contarle esto, después de todo, usted se ha vuelto gran amigo de Tn.

– He llegado a apreciar mucho a su hija, Duque Dahl.

– Lo noté. Verá...mi hija no está bien; lo que le ocurrió aquel día, según el doctor, agravó su enfermedad y le provocó otras. El doctor cree que lo mejor sería...recluir a Tn en una institución mental, donde puedan tratarla y ayudarla a mejorar.

– ...

Ciel quedó en silencio por varios segundos, sin saber qué decir o cómo reaccionar; la idea no le gustaba para nada, de hecho, le desagradaba. Sacudió la cabeza y miró con seriedad al hombre.

Glass Delusion 💎 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora