Glass Delusion 💎 Ciel Phantomhive

💎 Chapter twenty-nine

[7 de Junio]

[Palacio de Buckingham]

Tn bajó las escaleras junto a su Dama de Compañía. Aquel día vestía el bello vestido color coral que su padre le había regalado días atrás, traía zapatos a juego, guantes blancos, y su cabello estaba recogido en dos coleta amarradas con listones color coral. Juliette la miró y le sonrió.

– Señotira, se ve hermosa –alabó.

– Gracias –sonrió.– ¿Dónde dices que están mi padre y mi tía?

– En el jardín trasero. Vamos.

– Sí.

Ambas se encaminaron a la puerta que daba al jardín trasero. La mujer abrió la puerta y dio paso a su ama, para luego salir tras ella. Allí se encontraba una mesa redonda con un mantel blanco y un par de sillas; en una estaba sentada la Reina, en otra su padre, y la tercera una persona de espaldas.

– Hija –sonrió Leonard, levantándose.

– Lamento la tardanza.

La Reina y la persona de espaldas se levantaron, y este invitado giró, mirándola y sorprendiéndola.

– ¿Ciel?

– Buenas tardes, Lady Tn –sonrió e hizo una pequeña reverencia.

– Oh dios –sonrió y se acercó a él.– No esperaba verlo aquí.

– Su padre me ha hecho el honor de invitarme. Feliz cumpleaños.

– Ah...Muchas gracias –sonrió.

–Sebastian –llamó.

– Sí –asintió.

El mayordomo se acercó a ellos y le extendió a la joven una caja color plata con un listón negro, y sonrió.

– Feliz cumpleaños, Lady Tn. Este regalo es por parte de mi amo.

– Ah. Ciel, no era necesario –rió.– Muchas gracias.

– No es nada.

– Es usted muy amable –miró a su maid.– Juliette, tómalo y llévalo a mi habitación.

– En seguida, señorita.

La maid se acercó al mayordomo y tomó el regalo.

– Linda tarde –comentó, susurrando.

– Cierra la boca –gruñó en voz baja.

Juliette hizo una reverencia y se retiró, para llevar aquel regalo al cuarto de su ama. Sebastian rió levemente, le gustaba molestarla.

– Tn, cariño, siéntate –pidió la Reina. Miró a sus mayordomos.– Charles, el pastel y el té, por favor.

– Sí, Su Majestad –asintieron ambos.

Ambos mayordomos de blanco entraron al palacio, en busca del pastel y el té. Juliette regresó, justo a tiempo para correrle la silla a su ama para que esta se siente, antes de que el mayordomo de negro lo haga. Los cuatro nobles comenzaron a conversar. Ambos Charles regresaron, uno traía la bandeja con la tetera y el otro el pastel, pues las tazas y demás ya estaban en la mesa. El pastel era bello, color rosa con un bonito decorado, un listón blanco de mazapán y una corona de plata encima; los ojos de Tn se iluminaron.

– Woah~~ –exclamó, con un pequeño sonrojo.

– ¿Te gusta, cariño? –preguntó la mujer.

– Me encanta –sonrió.– Muchas gracias.

– Que alivio –rió.

– Nos hace feliz que el pastel te guste, hija.

Colocaron un par de velas en el pastel y las encendieron, para luego cantarle a la joven cumpleañera y que ella soplase las velas; todos aplaudieron. Juliette se encargó de cortar el pastel, mientras uno Philip lo servía y Grey se encargaba del té.

La tarde pasó con tranquilidad, sin ninguna irregularidad ni nada fuera de lo planeado. Al caer la noche, Ciel fue invitado a quedarse a cenar, y aceptó gustoso.

Tras la cena, los cuatro se sentaron en el living room para beber té, pero, mientras esperaban, Tn y Ciel caminaron un poco, saliendo nuevamente hacia el jardín trasero.

– La noche está realmente hermosa –dijo ella, sonriendo mientras miraba al cielo estrellado.

– Ciertamente –sonrió, mientras la miraba.

La chica tomó aire y suspiró.

– Ciel –lo miró.– Gracias por venir. No creí que lo hiciera.

– Su padre me llamó para invitarme, y estuve honrado en recibir su llamado y asistir.

– ¿Habló contigo?

– Sí, a solas.

– ¿Qué te dijo?

– Él...me dio las gracias.

– Ya veo –sonrió.

– Es lindo para él verla bien. Y yo también me alegro de que continúe estable.

– Gracias –se detuvo.– Ciel, sé que me comporté muy rudo con usted la primera vez, y que causé algunos conflictos, sin embargo...me ayudó a superar mi miedo, y quiero agradecerle por eso, y disculparme porque tuvo que soportar mi mal humor.

– Lady Tn, los días que pasé con usted...fueron duros al principio, pero me gustaron. También, no debe disculparse, su comportamiento era algo normal sabiendo lo que padecía; por otro lado, no debe agradecerme, quise ayudarla principalmente para aliviar el dolor en el corazón de Su Majestad, y también para que usted volviera a ser...normal, otra vez.

– De todos modos, gracias –sonrió.

Ciel tomó las manos de la chica y las besó.

– No es nada.

Tn sonrió, le agradaba tanto aquel chico.

– Señorita –llamó.

Ambos giraron sus cabezas hacia la puerta, viendo a Juliette de pie allí.

– ¿Si?

– El té está listo ya –avisó.

– De acuerdo. Entraremos en seguida.

– Está bien. Avisaré a Su Majestad.

La mujer hizo una reverencia y volvió a entrar. Los jóvenes se miraron.

– Será mejor entrar –dijo él.

– Sí...Vamos.

– Sí.

Ciel soltó las manos de la chica y dobló su brazo, mirándola. Tn rió y tomó el brazo del chico, sonriendo. Ambos comenzaron a caminar, volviendo dentro del Palacio y dirigiéndose al living; una vez allí, tomaron asiento en el sofá grande, y uno de los mayordomos de blanco les sirvió una taza de té. Los jóvenes comenzaron a conversar con ambos adultos, una charla amena e interesante entre nobles.

Más tarde, Ciel se disculpó pues era hora ya de retirarse, se despidió de todos y subió a su carruaje, partiendo hacia su mansión. Tn, por su parte, se disculpó también y se retiró a su habitación para dormir.

[Cuarto de Tn]

Juliette cerró la puerta y miró a su ama, sonriendo.

– Estoy cansada –dijo la menor.

– Fue un lindo día, ¿No cree, señorita?

– Cierto –sonrió.

La mujer ayudó a su ama a desvestirse, para luego colocarle el pijama. Tn se recostó, y su maid la arropó para luego entregarle su muñeca.

– Será mejor que descanse, mañana será otro día.

– Sí... –bostezó.– Buenas noches.

– Buenas noches, señorita. Que tenga sueños dulces –sonrió.

Y, tras ello, apagó todas las luces, sumiendo la habitación en oscuridad. Tn se acurrucó mientras cerraba sus ojos, durmiéndose de inmediato.