El gran portón se abrió y el carruaje ingresó dentro de la residencia; avanzó y se detuvo frente al gran Palacio de Buckingham. La puerta del vehículo se abrió, y el primero en bajar fue Sebastian, seguido por Juliette; la mujer ayudó a bajar a su ama, y el hombre a su amo.
Las puertas del Palacio se abrieron, y por ella salió un mayordomo de blanco, albino y de ojos grises.– Charles –habló Tn.
– Lady Tn –sonrió.– Bienvenida nuevamente.
– Gracias.
– Conde Phantomhive, bienvenido también.
– Gracias –movió la cabeza en forma de saludo.
– Por favor, adelante. Su Majestad los espera en la sala.
Los jóvenes nobles subieron las escaleras, entrando al palacio y siguiendo al mayordomo.
Juliette y Sebastian bajaron el equipaje, subieron al cuarto de la joven para dejarlo allí y luego bajaron a reunirse con sus amos. Los cuatro, siguiendo al mayordomo blanco, ingresaron al gran o living room, donde la Reina estaba sentada en uno de los sofás.
– Su Majestad –llamó.
La mujer levantó la mirada y sonrió ampliamente al ver a su sobrina y al Conde.
– Tn, mi querida –se levantó y se acercó a ella.– Bienvenida. Veo que no llevas tu manta.
– Tía –sonrió.
Tn se acercó a la Reina y la abrazó. Victoria se sorprendió, su sobrina estaba realmente cambiada: ya no llevaba su manta para cubrirla, había vuelto a sonreír, y, lo más importante, ya no rechazaba el contacto humano.
– T...Tn... –murmuró.
Tomó aire y correspondió al abrazo, hace años que no abrazaba a su amada sobrina. Poco después se separaron, se miraron y sonrieron.
– Te ves hermosa hoy.
– Gracias tía.
Vicotria sonrió y miró al chico.
– My dear boy, ¿Cómo te encuentras?
– Muy bien, Su Majestad. ¿Y usted?
– Excelente –rió.– Por favor, tomen asiento. El almuerzo aún no está listo.
– Claro –tomó la mano del chico.– Ven, Ciel.
Ambos tomaron asiento en el sofá grande, mientras Victoria se sentaba en uno individual. Conversaron por varios minutos, hasta que el almuerzo estuvo listo. Fueron al comedor par sentarse a almorzar, conversaron un poco más, y hora después Ciel tuvo que retirarse.
– Será mejor que me vaya –dijo mientras se levantaba.– Tengo trabajo que hacer.
Tn y Victoria se levantaron también, acompañando al Conde a la entrada.
– My dear boy, necesito hablar contigo un momento.
– Sí, Su Majestad.
La Reina y el Conde se alejaron un poco, para poder hablar a solas.
– Mi sobrina...parece que ha mejorado mucho.
– Me he esforzado en ayudarla en estas dos semanas.
– Puedo preguntar... ¿Qué ha hecho? Su padre le ha puesto a los mejores doctores, pero ninguno logró nada.
– Yo...averigüé un poco sobre su familia, sobre Lord Matthew y Madam Bonnet; también he intervenido un poco para sacarla de la habitación, poco a poco. Lo lamento, Su Majestad, sé que no debería meterme en los asuntos de la familia Dahl, pero realmente quería ayudar a Lady Tn.
– ...Está bien, lo comprendo. Lo dejaré pasar, my dear boy, sólo porque mi sobrina ha mejorado mucho.
– Se lo agradezco.
– No, yo te lo agradezco a ti, my dear boy. Mi sobrina se ve realmente bien.
– No fue nada. Su sobrina es una joven realmente agradable.
– Lo es, ahora es ella de nuevo... –sonrió.
Ambos regresaron con la chica. Ciel se colocó frente a ella y tomó sus manos.
– Lady Tn...fue realmente un placer haberla conocido, y pasar estas dos semanas con usted.
– Opino igual, Ciel. Me ha encantado conocerlo, y las dos semanas en su mansión han sido...muy agradables –sonrió.– Espero verlo de nuevo, pronto.
– Por supuesto que sí –sonrió.– Nos veremos pronto, Lady.
Ciel besó la mano de Tn, y ella sonrió. Tras despedirse también de la Reina, el Conde, junto a su mayordomo, partieron del Palacio. En cuanto el carruaje abandonó el jardín de la residencia, Victoria miró a su sobrina y sonrió.
– Vamos, querida. Tomemos algo de té –la abrazó por los hombros, con un brazo.
– Sí, tía –sonrió.
[Tres días después]
Tn terminó de bañarse, fue vestida con un largo vestido escarlata, y su cabello fue peinado con bucles en sus puntas. Tras estar alistada, salió de su cuarto y bajó las escaleras, junto a su Dama. Ambas se dirigieron al living room, donde estaba la Reina en el sofá, con un hombre en otro sofá.
– Tía... –llamó.
– Oh –la miró.– Tn, cariño. Mira quién ha llegado.
El hombre se levantó y giró, mirando a la chica. Tn abrió los ojos con sorpresa.
– Padre...
Sonrió y corrió hacia él, abrazándolo. El hombre sonrió y correspondió.
– Hija... –murmuró.– Mi pequeña, realmente te encuentras mejor.
– Sí, el...el Conde Phantomhive me ayudó mucho...
– Gracias a Dios. Me llena de alegría el verte sonreír de nuevo.
Se miraron, y ella amplió su sonrisa. Leonard besó la frente de su hija.
– Estás hermosa.
– Gracias.
– Tn, cariño... ¿Celebrarás...tu cumpleaños...? –preguntó con delicadeza.
– ...
Tn tomó aire y pensó un momento, recordó a su madre y hermano, pensando en lo que ellos habrían deseado, y en que su luto debería llegar ya a su fin. Cerró los ojos y suspiró, luego los abrió, mirando nuevamente a su padre.
– Lo haré. Es lo que mi madre y Matt habrían deseado.
– Ciertamente –sonrió.– Y que bueno, porque te he traído un regalo de mi viaje.
El hombre giró hacia el sofá y tomó una bolsa que estaba a un lado de este, luego se volvió hacia su hija y se lo entregó. La joven sonrió y tomó la bolsa.
– Gracias, padre.
Abrió la bolsa y sacó de ella un bello vestido color coral, sonrió ampliamente y volvió la vista a su padre.
– Me encanta, de verdad. Lo usaré en mi cumpleaños.
– Estoy seguro de que te quedará precioso.
– Gracias.
Volvió a abrazar a su padre y luego corrió a las escaleras, avisando de que iría a colgar aquel bello vestido. Los adultos rieron. Leonard giró, mirando a la Reina.
– Tenía razón, ha mejorado bastante.
– Ciertamente –sonrió.– Mi querida sobrina ha vuelto a ser la niña que solía ser antes.
– Deberé agradecerle al Conde Phantomhive por esto, ah –rió.– Contactaré con él y lo invitaré, estoy seguro de que mi pequeña estará feliz de verlo el día de su cumpleaños.
– Sí, estoy segura también. Han forjado una linda amistad.
– ¿De verdad? Quiero ver eso. Mi hija...mi pequeña ha vuelto... –dijo con su sonrisa intacta. Realmente estaba feliz de ver a su hija volver a ser la misma niña alegre de antes, de verla bien de nuevo.
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Glass Delusion 💎 Ciel Phantomhive
Фанфик❝Ilusión de Cristal: manifestación externa de un desorden psiquiátrico en el que las personas creen que son de vidrio y, por lo tanto, son susceptibles de romperse.❞ Tn es una joven de 13 años perteneciente a la alta burguesía inglesa. Tras aconteci...