Capítulo 2

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Violet vino hacia mí corriendo.

- ¿Qué tal lo de tu hermano? - me preguntó casi chillando.

- Habla más bajo, que estamos en el instituto. Ah, y hola a ti también - dije irónica.

- Da igual, aquí todos hablan a gritos. Y si, hola. Dime, ¿qué pasa con Ashton?

- Pues ¡va a practicar esta tarde con la banda!

Violet sonrió y se apartó su largo y liso pelo negro de la cara.

- ¡Ajá! Sabía que a Ash le interesaría esa banda - dijo, con sus preciosos ojos azules brillándole de felicidad.

Le miré con cara de odio, y ella se dio cuenta. Ella sabe que no me gusta que llame a mi hermano "Ash", porque no me gusta que se ponga cariñosita con él ni nada.

- Tranquila, ______, que ya te he dicho que no me gusta tu hermano.

- ¿Entonces por qué siempre hablas tanto con él?

- ¿Es que es un delito hablar con el hermano de mi mejor amiga? - dijo ella, un poco molesta. - Sólo somos amigos.

Asentí, todavía un poco enfadada.Sonó el timbre que decía que teníamos que ir ya a clase.

Las clases se me pasaron muy rápido. La verdad es que los viernes se me pasaban volando. Salí del colegio y encendí mi móvil. Unos minutos después de salir, mi madre me llamó.

- Hola, mamá. ¿Qué pasa?

- Hola, _______. No queda pan en casa, así que antes de llegar, ve a comprar una barra a la panadería, ¿vale?

- Vale, me pasaré.

Nos despedimos y ambas colgamos. Fui con paso rápido hacia la panadería a la que siempre íbamos a comprar, pero para mi sorpresa no había nadie. Me acerqué a la puerta y ví un cartel en el que ponía:

Cerrado por motivos personales. Volveremos a abrir la semana que viene.

Bufé, irritada. Quería llegar a casa cuanto antes, tumbarme en mi cama y ponerme los cascos para poder disfrutar de una tarde de viernes.

Recordé que había otra panadería unas calles más arriba, a unos diez minutos andando, así que me dirigí hacia allí. Cuando llegué, había una cola muy larga.

- ¿Quién es el último? - pregunté.

- Yo - respondió un chico que estaba justo delante mía.

Podría tener más o menos mi edad. Era rubio, con ojos azules y muy alto. Era muy guapo.

Asentí y me puse en la cola. Cogí mi móvil para mirar la hora, pero por desgracia se había quedado sin batería. Menuda tarde llevaba por ahora.

Le tocó el turno al chico guapo que estaba antes que yo.

- ¡Hola! Querría una barra de pan y cuatro magdalenas.

La mujer encargada de la panadería le dio lo que había pedido. Se notaba que ese chico venía mucho por aquí, porque ambos hablaban con mucha confianza. Además, la mujer le llamó por su nombre.

- Aquí tienes, Luke.

El chico pagó y se fue de allí corriendo.

- ¡Eh, Luke, te has dejado la cartera! - gritó la mujer de la panadería, pero él ya estaba muy lejos para oírla. - Se lo guardaré y cuando vuelva se la daré.

Ya por fin me tocó. Compré la barra de pan que me había dicho mi madre y también decidí comprar unos bricks de batido de chocolate que se me antojaron. Salí de allí con el pan en una bolsa y los batidos en la mano. Iba lo más rápido que podía hacia mi casa, ya que había tardado más de lo normal en comprar el pan y no había podido avisar a mi madre del contratiempo que había tenido. Iba a cruzar una esquina cuando de repente alguien se estampó contra mí e hizo que los bricks se rompieran y me cayó todo el batido de chocolate encima. Miré mi camiseta favorita, ahora con una enorme mancha marrón. Alzé la mirada y ví que había sido el chico de la panadería.

- ¡Perdón! ¡No miraba por donde iba! - dijo él, y siguió corriendo. - ¡Lo siento, pero tengo que ir a por mi cartera!

- ¡¡¡Hijo de puta!!! ¡¡¡Es mi camiseta favorita!!! - grité, indignada.

Perdí al chico de vista. Grité unas cuantas palabrotas y maldije al chico ese, al tal Luke, y me quedé allí, mirando mi camiseta y los bricks vacíos tirados en la acera. En ese momento, llegó mi hermano Ashton.

- ¡________! ¿Qué te ha pasado, guapa? - dijo él angustiado. - ¡Mamá estaba muy preocupada porque no venías y me ha pedido que fuera a buscarte!

- Perdona, la panadería estaba cerrada y he ido a otra más lejos. Además, un gilipollas se acaba de chocar conmigo t me ha tirado el batido encima.

Ashton recogió los bricks y los tiró a la papelera y se acercó a mí.

- Venga, vamos rápido a casa para que te puedas cambiar. Además, dentro de poco tengo que ir a practicar con mi nueva banda.

Me pasó el brazo por el hombro y fuimos hacia nuestra casa.

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