Capítulo 14

232 20 2
                                    

- ¿Aquí está bien?

- Sí, mamá, nos bajamos aquí - le dijo Ashton.

Mi madre aparcó el coche y Ashton y yo nos bajamos. Cogimos nuestras maletas y mi madre arrancó el coche para irse.

- ¡Que os lo paséis bien!

Delante nuestra había una pradera preciosa. A un lado se encontraba un río que bajaba a gran velocidad y hacía un sonido muy relajante. En frente del río había un bosquecito y vimos que los demás estaban allí.

- ¡Hola! - saludamos Ashton y yo alegremente.

Nos acercamos a ellos. Michael y Luke intentaban montar una tienda de campaña a duras penas. Megan ya había montado la suya y Violet casi la tenía montada, gracias a que Calum le estaba ayudando.

- ¿Os echo una mano? - preguntó Ashton a Michael y a Luke.

- Tranquilo, lo tenemos controlado - respondió Luke.

Ashton no hizo caso de lo que dijo Luke y les ayudó de todos modos. Media hora después, todas las tiendas estaban montadas.

- Bueno, ¿qué hacemos ahora? - preguntó Megan.

Eran las nueve de la noche. Ashton y Michael se ofrecieron voluntarios para buscar leña y hacer una hoguera. Mientras, las chicas buscábamos un buen sitio para poner la hoguera y Calum y Luke sacaban la comida. Cuando ya lo teníamos todo listo, nos sentamos todos alrededor de la hoguera y comenzamos a cenar. Tomamos pinchitos de pollo y unas nubes.

- Todo está buenísimo - comenté.

- Y que lo digas - dijo Michael.

Estuvimos un rato hablando hasta que decidimos recoger un poco. Cogimos nuestros platos de plástico y los restos de comida que habíamos dejado y los tiramos a una bolsa de basura que habíamos traído.

Ya era un poco tarde, y Megan, Michael, Luke y Ashton decidieron entrar a sus tiendas a dormir.

- Buenas noches - dijeron todos.

Yo decidí entrar también a mi tienda porque hacía un poco de frío. No tenía ganas de dormir, así que me puse a leer un libro que había traído. Calum y Violet se quedaron fuera. Desde mi tienda se oía todo lo que decían.

- Ha sido buena idea venir aquí - comentó Calum.

- Sí, me lo estoy pasando muy bien.

- Además, en la ciudad no se ven estrellas como estas.

- Tienes razón - dijo Violet. - El cielo está precioso.

Me asomé un poco para verles. Los dos estaban tumbados en la hierba mirando las estrellas. Sus brazos se fueron acercando poco a poco hasta que sus manos se juntaron. Violet miró a Calum, él giró también la cabeza para mirarla y ambos sonrieron.

Después de un rato, cuando yo ya había vuelto a retomar mi lectura, escuché las pisadas en la hierba de Calum y Violet volviendo a sus tiendas. Miré la hora y decidí que lo mejor sería que me fuera ya a dormir.

Abrí los ojos. No conseguía conciliar el sueño. Cogí mi móvil para ver la hora: eran las cinco de la mañana. Intenté seguir durmiendo pero no podía, así que salí a dar una vuelta y a tomar un poco el aire.

Nada más salir de mi tienda, el viento azotó mi cara, despeinándome completamente. Volví a dentro a por una chaqueta. Ahora sí estaba lista para salir.

Fui hacia el río. Paseaba por al lado mirando cómo se deslizaban rápidamente las aguas. Cerré los ojos y me perdí en el sonido de la corriente del río. Entonces escuché un ruido, como un crujido. Me giré bruscamente para ver quién o qué estaba allí, con la mala suerte de que tropecé con una piedra. Caí de espaldas al río.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora