Capítulo 22

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- ¡Muy bien! - exclamó Megan mientras quitaba la música que antes salía de su móvil. - Lo has hecho genial.

Megan, Violet y yo nos encontrábamos en la casa de la primera. Ambas estaban ayudándome a mejorar en el baile para la prueba que tendría.

- ¡Eres muy buena! - comentó Violet.

- Tampoco es para tanto, pero gracias - dije.

Me contaron lo que ellas pensaban que se me daba peor en el baile e intenté esforzarme más por mejorarlo. Entonces miré mi reloj.

- Chicas, me tengo que ir, Kate va a llegar ya a mi casa.

- Está bien, hasta luego - se despidió Megan.

- Adiós, que Ashton trate bien a mi hermana eh - me advirtió Violet.

- Tranquila, seguro que lo hace - dije, y acto seguido salí de casa de Megan.

En un cuarto de hora llegué a mi casa. Cuando mi madre me vio, se llevó las manos a la cabeza.

- ¡_______! ¡Vete a cambiarte, Kate va a llegar ya mismo!

Me miré la ropa y me di cuenta de que iba vestida en chándal. Subí corriendo las escaleras y saqué un vestido blanco de tirantes, un collar dorado y azul y unas sandalias. Me cepillé el pelo y me eché un poco de gloss en los labios. Bajé al comedor. Apenas lo usábamos, siempre comíamos en el salón o en la cocina, pero ésta era una ocasión especial. Ashton estaba allí, con una camisa blanca y unos vaqueros nuevos. Mi madre estaba en la cocina preparando la cena. Ella tenía una blusa naranja y unos pantalones con estampados florales, aunque no lo veía miy bien porque tenía puesto el delantal. Cuando la comida ya estaba preparada y Ashton y yo ya habíamos puesto la mesa, el timbre sonó.

- Yo abro - dijo Ashton sonriendo y se dirigió a la puerta.

Mi madre y yo fuimos detrás de él. Fuimos a la entrada y vimos a Ashton y a Kate abrazándose. Se separaron y entonces pude ver el bonito vestido azul de tirantes que tenía, con la espalda al aire y un collar dorado. Iba muy guapa.

- Hola - nos saludó Kate a mi madre y a mi y nos dio la mano.

- Es un placer conocerte, Ashton me habló ayer muy bien de ti - comentó mi madre, y Ashton y Kate se sonrojaron.

- El placer es mío - sonrió Kate.

Todos fuimos al comedor y nos sentamos a la mesa. Mi madre fue a la cocina y volvió con nuestros platos. Mi madre había cocinado filetes de carne a la parrilla con patatas y una guarnición de verduras.

- Qué buena pinta - dijo Kate alegre.

- Mi madre es la mejor cocinera de Australia - añadió Ashton sonriendo.

- Por favor, parad ya con tantos halagos - rió mi madre.

Estuvimos preguntándole muchas cosas a Kate (especialmente mi madre), y ella respondía tímidamente. Kate era simpática, amable y agradable, pero muy tímida. Ashton no paraba de mirarla. Tanto Ashton como Kate estuvieron toda la noche con una sonrisa en la cara. Cuando terminamos de cenar, mi madre se levantó y dijo:

- Ahora traigo los postres.

Nos quedamos Ashton, Kate y yo en silencio esperando a mi madre. Entonces escuché un ruido raro a mi derecha, giré la cabeza y lo que vi me dejó pálida: Kate estaba tirada en el suelo, quéjandose y con las manos en el pecho. Ashton se lanzó corriendo hacia ella.

- ¡______, llama a urgencias!

Acaté la orden y fui rápido hacia el teléfono, llamé a urgencias y conté lo que estaba pasando.

- ¿Por qué hay tanto jaleo? - preguntó mi madre, y cuando vio a Kate así, se alarmó. - ¡Kate!

Kate chillaba de dolor y Ashton intentaba tranquilizarla, aunque él era el que estaba más nervioso de todos los presentes. En diez minutos, una ambulancia se paró delante de nuestra casa. Subieron a Kate a una camilla y se la llevaron al hospital. Mi madre, mi hermano y yo nos montamos en el coche y llegamos al hospital un poco más tarde que Kate. En el camino en el coche, Ashton llamó por teléfono a la familia de Kate.

Cuando atravesamos la puerta del hospital, vimos a Violet y a sus padres hablando con un médico, y nosotros tres nos metimos en la conversación.

- Le ha dado un ataque al corazón - explicó el médico. - ¿Había sufrido alguno anteriormente?

- No, aunque ya sabíamos que tenía algunos problemas de corazón - dijo preocupada su madre.

- Bueno, por ahora parece que todo va a salir bien y a su hija no le pasará nada,  pero no hay nada seguro.

Violet, su padre y Ashton aguantaban las lágrimas, aunque la madre de Kate ya había estallado en llantos.

- Tranquilícese señora, seguro que su hija va a acabar bien - decía el médico.

Pedimos pasar a verla, pero en esos momentos no se podía. Estuvimos un rato todos en el hospital esperando, hasta que Ashton, mi madre y yo nos fuimos a casa. Violet y su familia pasaron allí la noche.

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