CAPÍTULO 19. Las minas

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-¿Negárnosla?- preguntó desconcertada.- ¿Estás diciendo que hay más Aclaryels que están en este refugio?.

-Pues claro, Emma. ¿O acaso has olvidado al resto de tus viejos amigos?. Bueno, si es que aún queda algo de esa vieja amistad que mantenías con todos ellos.

Como si de un bombazo se tratase, no se cortaba ni un pelo ni sentía algún tipo de remordimiento al pronunciar aquellas palabras. Lo que quedaba de la antigua Cristine había desaparecido. Supongo que todos habían cambiado tras nueve largos años, no sólo ella.

-¿Te refieres a...,?- sus palabras no tenían fuerza suficiente para ser pronunciadas.- Dices que..., ellos..., todos...

-Sí Emma. Todos ellos incluido yo vivimos aquí. Bajo estas condiciones. Te puedo asegurar que desde que te fuiste, todo cambió. Demasiado. Cuando Fitzgerald se convirtió en el nuevo líder político, Kendratán quedó dividida en dos grandes bandos. Aquellos Aclaryels que apoyaban su causa, se alistaron como soldados a formar filas en su ejército. Por el contrario, todos aquellos que estábamos en contra de sus principios fuimos sometidos bajo un régimen dictatorial absoluto. Fuimos discriminados, humillados y convertidos en esclavos. Literalmente. Nuestro único propósito es servir como mano de obra para la elaboración del gran de Fitzgerald, y esto consiste en excavar bajo las profundidades de kilómetros bajo tierra en estas minas.

Hizo una pausa para dar tiempo a que ambos procesaran toda aquella información:

-Por supuesto, yo tuve la suerte de adquirir un puesto como "secretaria oficial y administradora de archivos de alta seguridad", es decir, manejo todos los papeleos ilegales y corruptos que se traen entre manos todos estos idiotas. El primero de todos Fitzgerald. Contaron conmigo porque he leído bastantes libros y tengo fama de ser la empollona de lo que queda del campamento Homeland. Necesitaban una "sabelotodo" que manejase sis trapos sucios y los convirtiera en pura mentira que fuese verosímil. Aunque, he de admitirlo. Yo he tenido mucha suerte en comparación con los demás.

Emma era plenamente consciente de a quiénes se estaban refiriendo su amiga: Curtis, Lucy, Sullivan, Rem..., Rem..., ¿porqué repetía mentalmente su nombre?.

-Trabajan en las minas día y noche sin descanso. Por supuesto, la magia ha quedado prohibida bajo pena de muerte. Así que, el oficio que realizan es puramente manual. A base de picos, máquinas y explosivos, arriesgan su vida diariamente para profundizar en la mina. Todo un auténtico esfuerzo físico de gran sacrificio.

-"Joder, no puede ser verdad"- pensaba para sí misma mientras su sentimiento de culpabilidad crecía poco a poco. ¿Acaso ella había sido la responsable de esa terrible situación?, ¿por su culpa se ha iniciado todo esto?. Y lo peor aún, ¿se ha mantenido esto durante nueve años?.

De repente, sus pensamientos fueron interrumpidos tras oír unas fuertes pisadas aceleradas que se adentraban en el interior del refugio y que conforme avanzaban se iba clarificando su sonido.

Podría pensar que se trataba de cualquier persona: un aliado de Cristine, un antiguo amigo Aclaryel como Lucy, o incluso un guardia que había descubierto aquel escondite mugriento. Pero desde luego no pensó en encontrarse frente a frente con aquella persona después de tantos años.

Rem.

Elementos II : La guerra de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora