CAPÍTULO 45. Pequeño regalo

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48 horas antes de "La gran gala"

-¿Cómo van los entrenamientos por ahí al fondo, chicos?- preguntó Cristine mientras pasaba de largo ojeando un listado donde estaba escrito el número de armas que emplearían el gran día.

-Todo listo- respondió Curtis débilmente a lo lejos entre recuperaciones de tanto esfuerzo físico.

-Seguro que no es suficiente. Continuad. Quiero que todo salga perfecto mañana.

A lo lejos, Sullivan se aproximaba hacia ella a paso ligero. Era obvio que el plan era inminente y los nervios podían respirarse en el aire.

-¿Me has llamado Cristine?.

-Quiero que te ocupes que comprobar el cargamento de las armas. Revisa que estén todas a punto, cargadas y en perfecto estado listas para usar. No quiero ni un sólo error.

-Si, entendido.

-Ah, a propósito- le interrumpió antes de dejarlo marchar.-Quiero que recojas aquella caja de cartón- señaló su dedo situándola en dirección a una de las grutas.-Cógela y llévasela a Lucy de mi parte.

-¿Qué es?. Si puede saberse.

-Es una pequeña sorpresa para su gran debut en la gala- dijo la joven guiñándole el ojo.-Ya lo verás.

Sullivan acató sin dudar las órdenes de lo que parecía haberse convertido en su nueva jefa y se dispuso en camino para recoger la caja.

Una vez que la tenía entre sus brazos, cargó con ella y su misterioso contenido hasta Lucy. Mientras caminaba por entre las distintas rutas de la cueva, observó de reojo lo que había escondido dentro, pero las solapas laterales entre abiertas no dejaban verlo con claridad.

Cuando llegó, encontró a Lucy entonando las distintas notas musicales para su actuación.

-Veo que te has preparado bien la canción. Suena como los ángeles.

-Vaya, demasiado halagador estás hoy- bromeó sonrojada.-Y mejor sonará cuando logre alcanzar estas notas tan altas. No es nada fácil.

-¿Cuál vas a interpretar?.

Lucy pareció enmudecer por unos instantes antes de contarle la verdad.

-En realidad. No hemos modificado la canción. Sigue siendo la misma. Se llama "la maldición anónima", o eso dijo Jake.

-¡Lucy!, ¿lo dices de verdad?. Esa canción está prohibida, ya le oíste, es peligrosa y nunca trae nada bueno.

-Simplemente obedezco a las órdenes de Cristine y Rem. Ellos dijeron que el plan continuaba hacia delante, con o sin Jake. Eligieron esa canción por algún motivo que desconozco. Pero no tengo elección.

-¡¿Ni siquiera conoces cuáles son sus efectos o lo que puede ocasionar?!.

-No...- susurró entre dientes algo disgustada.

-Bueno. Está bien. Ellos son los que dirigen todo esto y saben mejor que nadie lo que nos conviene o no para ganar esta batalla. Además, tu no tienes la culpa de esto. Mira- intentó quitarle hierro al asunto para evitar preocuparla más de lo que ya estaba.- Te he traído esto. Espero que te guste.

-¡Wow!- exclamó llena de alegría.- ¡Es precioso!- la joven extrajo de la caja un hermoso vestido rojo de cola larga. Un vestido digno de una ocasión tan especial.

Lucy sentía una satisfacción inmensa. No comprendía dónde o cómo lo habían conseguido, pero hacía años que no veía algo tan bello frente a sus ojos. Le hizo recordar los buenos momentos antes de que comenzase la rebelión y se sometieran al duro régimen de Fitzgerald. Tras mucho tiempo por fin no dudaría en darle uso.

Estaría dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de acabar con su gobierno. Un golpe de estado era posible, y ellos serían testigos del inicio de una nueva etapa.

Elementos II : La guerra de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora