CAPÍTULO 25. Turnos de guardia

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Todos, incluidos Emma y Jake, decidieron hacer guardias de vigilancia en la entrada de la cueva para prevenir la inesperada llegada de cualquier guarda o soldado de Fitzgerald.

Ambos asumían el riesgo de ser buscados por su peor enemigo, pero lo hicieron igualmente.

-Bien- comentó Cristine.- llegaremos a un acuerdo con los horarios de turno. La primera mitad de la noche hasta las 2:00 de la madrugada será para Curtis y Lucy. La segunda será para Jake y para mí hasta las 4:00. La última, hasta las 6:00 serán de Rem y Emma.

Ella, al escuchar aquella información y sin motivo aparente, el corazón le dio un vuelco de 360 grados. Estaría a solas con Rem, como en los viejos tiempos. Pero la diferencia ahora estaba en que todo había cambiado y era muy distinto. ¿Cómo serían las cosas ahora?.

-Espera, espera- intervino Jake.- Cristine, ¿puedo yo hacer el primer turno?.

-¡Lo que faltaba!, ¡encima con exquisiteces!- exclamó Curtis.- Te quedas con lo que se te ha asignado y lo harás si o si. ¿Queda claro?. Tú también colaborarás con nosotros.

-Aún no nos habéis explicado en que consiste ese plan tan secreto vuestro. Parece que queréis contar con nuestra ayuda pero sin embargo no soltáis palabra...- respondió él a su reprimenda.

-Como sigas tocándome las narices-bufó Curtis por lo bajo.

-¡Eh, eh!. Se acabó la discusión. ¿Queda claro?. Todo a su debido tiempo, Jake- añadió Cristine.- Ahora preparaos para hacer la guardia. Estad bien atentos.

Siguiendo las respectivas órdenes de la chica peliazul, Curtis y Lucy harían la primera guardia del día. Mientras, los demás terminaban de acabarse su ración de pan duro para cenar y acomodarse entre ellos como podían para dormir.

-Las parejas que hagan guardia dormirán juntas para así no despertar a los demás cuando lleguen su turno- ordenó Cristine.

-Mierda- soltó Rem sin cortarse ni un pelo.

-"¿Cómo que Mierda?"- pensó Emma para sí. "¿Será idiota?, ¿qué se piensa?".

Y así, de mala gana, no tuvieron más remedio que ceñirse al plan establecido. Un terrible odio corría por las venas de la joven. Un terrible resentimiento que, pensándolo bien no era por Rem. Sino por ella misma.

Emma deseaba poder reconciliarse con él, pero éste no le daría esa oportunidad.

Elementos II : La guerra de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora