Pensamientos extraños.

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Era mas de la medianoche, la oscuridad abrazaba a la vieja casa de dos pisos; como si se tratara de dos viejos amigos. Lo único que brillaba en la fría oscuridad del cosmos eran los faros colocados en la calle, aquellos largos pedazos de metal que gracias a la ingeniosa mente del humano alumbraban la noche con un resplandor artificial; y sin embargo no dejaba de ser maravilloso y delicioso a la vista (tal y como el natural), eso y una hermosa luna creciente.

El pedazo de roca espacial soltaba un resplandor sumamente leve, aunque majestuoso; como una bailarina que era frajil pero a la vez hermosa y llena de gracia. Aun si solo era el reflejo del sol, proyectado a través del satélite gigante que rondaba alrededor de la tierra; con suma gracia y magistral porte, no dejaba de ser magnífico.

La noche era una muy hermosa, digna de ser apreciada por cualquiera que se encontrará despierto durante aquéllas altas horas de la noche, pero no era así para dos chicas; una rubia y otra castaña. Apenas se podía distinguir que una era mayor que la otra.

En una habitación de la casa Loud se encontraban dos mujeres jóvenes; de 21 y 24 años respectivamente. La mayor era una mujer un poco regordete, de baja estatura, y cabello corto; apenas llegándole a los hombros. Usaba gafas gruesas, un suéter verde con cuello de tortuga y un pantalón café oscuro. La chica se veía muy intelectual con su porte serio y su forma de hablar, aun con ese siseo; que de vez en cuanto lograba hacer que la gente se riera de la chica, aun por la magnitud de sus palabras. La castaña estaba acostumbrada a eso, llevaba viviendo con ese problema desde que era una niña.

La otra era una mujer rubia, de agraciada figura y rubia cabellera. Era notoriamente mas alta que su hermana, aunque no tanto como lo era Lori o Leni. Vestía con un chaleco blanco sobre una camisa de manga corta de color lila. Unos jeans claros y un collar de estrella colgando de su cuello.

Lisa y Lily no avían podido dormir, habían sucedido demasiadas cosas durante el día. Muchas emociones cruzaron su corazón por así decirlo.

Lily estaba por mas confundida y nerviosa. La menor de las Loud nesesitaba respuestas ¿Y quien mejor que su hermana genio para contestar sus incógnitas?. La rubia acudió a su hermana mayor pero para desgracia, la castaña tampoco tenia respuesta alguna.

Eso frustro a ambas, pero sobre todo a Lisa; la mujer no podía creer que no pudiera entender lo que estaba pasando, siendo que ella siempre fue la primera en entender ese tipo de problemas. Eso la frustraba, la frustraba mucho. Mas de lo que podía soportar.

-Sera mejor que vayamos a dormir, Lisa -dijo resignada Lily-. Mañana Lincoln nos expilcara todo. No hay que ser impacientes.

-Yo no nesheshito dormir -respondio Lisa molesta-. Yo nesheshito reshpueshtash.

-Como todas las demás -Lily ya se comenzaba a desesperarse, la actitud de su hermana la extrañaba, además se sentía muy cansada como para lidiar con ella-. Vayamos a dormir de una vez, Lincoln nos explicara todo y no quiero perdermelo por quedarme dormida.

-¿¡Como podemosh eshtar shegurash de que she trata de Lincoln y no de un imposhtor? -Lily le dio una mirada fulminante a la castaña, que logró asustar a Lisa lo suficiente para hacerla retroceder-. Mil dishculpash. Esh sholo que no logro procesharlo... Shimplemente me esh imposhible entender que eshe hombre shea el Lincoln que iba de aquí para allá en ropa interior.

Lily oculto el rostro avergonzada, pensar en su hermano en ese momento le hacia sentirse extraña.

-Sé que no es como imaginábamos a Lincoln de grande -intento tranquilizar a su hermana y así poder dormir de una buena vez-. Pero es nuestro hermano y debemos atesorar su presencia y recuperar el tiempo perdido, tu mas que nadie debería saberlo. Además escuchastes a la mujer esa, por lo que decía; parecía que Lincoln tiene problemas serios. Yo no se tu pero a mi me gustaría convivir con él todo lo que pueda.

Bienvenido a casa, querido albino. (multi-cest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora