Bienvenido a casa, querido albino. (multi-cest)

El peor día de mi vida.

Lincoln caminaba al lado del Sir Leonard por el camino del oeste. Habían sido enviados por el rey a erradicar una pandilla de ladrones, pues habían estado saqueando a los mercaderes del reino. El rey Godlake no podía permitir que aquellos quienes abastecían sus dominios se sintiesen desprotegidos. Por eso le encargó tan impórtate empresa a su hombre de mayor confianza.

La pregunta aquí era, ¿y Lincoln que diablos estaba haciendo con él?

Pues la vida actuaba de manera misteriosa.

Todo había sido una odisea de gritos, furia y confusión desde la mañana.

Ese día había sido la selección de honor.

Cuando considerablemente los buenos ejemplares de escuderos se consagraba como caballeros éstos tenían que jurare honor eterno a uno de los tres miembros de la familia real.

Lo gracioso fue que Sora, a pesar de ser el primogénito y único hijo varón del rey, no había recibido ni un juramento en toda su vida.

Su nombramiento como caballero fue de lo más singular, quitando el hecho de que tanto Sona como el rey parecían escupir el titulo en la cara del chico en vez de regalárselo.

Meses después del incidente con su brazo, el albino hizo algo que nadie en todo el reino se esperaría. Salvó a la princesa.

Sora lo había dicho mil veces, el problema era solo con su padre y sería él en persona quién lo mataría. Había sido muy tajante en ordenar una completa neutralidad con su hermana, evitando dañarla lo más posible durante el comienzo del renacer.

Claro, aún no comenzaba, pero se acercaba a una velocidad monstruosa.

El caso es que ambos gemelos tuvieron la tarea de ir a recibir a un Lord, el cuál era el prometido de la princesa. El sujeto resultó ser uno de los hijos de William Jackstorm, el rey de Moang, reino rival de Horus. Según le explicó Sora a Lincoln, los nobles hijos Jackstorm vivían en la capital de Moang, Wizarding. Un páramo frio que se refugiaba bajo las faldas de la cordillera blanca, protegidos por el muro de Creed. En pocas palabras, un poblado impenetrable e inconquistable.

Las cosas iban bien, a los albinos no les sorprendió ver que Sora no entabló conversación con el chico de cabello negro con quién se suponía contraería nupcias. Aún así Sora no pudo evitar ponerse reacio ante la idea de la boda, al final de cuentas, solo era una estrategia para que ambos reinos se hicieran más poderosos por medio de la unión de dos miembros de la realeza. Según el príncipe, la idea original era que él se casara con la hija mayor del rey, Jade Jackstorm. Y en palabras del albino, todo se fue al caño cuando descubrieron su color de cabello, el cuál siempre había quedado en secreto a los otros reinos por orden de su padre.

Un Baldwin cobarde y un Nash enfurecido fueron suficientes para que Sona cayera a un río con la corriente más salvaje que los tres adolescentes jamás hubieran presenciado.

Los Baldwin eran criaturas similares a los lobos, pero tan grandes como un caballo y con una melena de león. Mientras que los Nash eran bestias voladoras parecidas a las águilas, claro, si las águilas escupieran fuego y tuvieran alas de dragón.

Ante la negativa del lord de arriesgarse a salvarla, Lincoln no tuvo otra que aventurarse al río para intentar salvarla. Como en miles de ocasiones, su brazo metálico fue de gran oportunidad, pues al no poder sujetarse de nada, incrustó sus dedos en una piedra como si estos fueran unos clavos.