Pide perdón.

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A la mitad del día el clima hizo de las suyas y la alarma de lluvia se hizo presente, una a una fueron cayendo las gotas de agua hasta hacerse más pesada. Kevin se encontraba en la mitad de su entrenamiento cuando el aguacero los sorprendió, aunque esto claro no impedía que prosiguieran con dicha práctica.

—¡No sean nenitas y no dejen que un poco de agua los afecte! —grito el entrenador quien se encontraba a la altura de la zona de anotación. Sopló en su silbato que llevaba siempre colgado—. ¡Rápido! ¡Pasa el balón Barcliff! ¡Levántate Thomes! ¡Graells! ¡Más rápido! ¡Parece que apenas aprendiste a caminar! —parecía que se quedaría afónico de tanto gritar pero eso no le impedía criticar las jugadas, por algo era el entrenador.

Entre la lluvia y la velocidad en que corrían de cierta manera era más difícil practicar y justamente por eso es que lo estaban haciendo, así, según las palabras del entrenador, agarrarían más forma y estarían preparados para jugar bajo cualquier condición. Después de que todos se cayeran unas 3 veces debido al lodo que se creó y de sentir como sus manos se entumían poco a poco por el agua helada fue que el entrenamiento terminó exitosamente, en lo que respecta.

—¡Buen trabajo, chicos! ¡Bien! —Aplaudía mientras los jugadores se dirigían a los vestidores—. ¡Nos vemos mañana! —daba una que otra palmada al azar.

Uno detrás de otro se dirigieron a las duchas y es que si de por si siempre acababan fatal, esta vez estaban hechos un desastre.

—Maldito entrenador loco, bien pudo haber cancelado la practica —hablo un compañero del equipo mientras se duchaba.

—No seas delicado, ¿No querrás unirte a las porristas, acaso?

—Si no lo ha hecho Kevin no veo porque hacerlo yo —contestó y todos captaron a que se refería. Las risas no se hicieron esperar.

—Jódanse —fue lo único que contesto pues en realidad esto no se trataba de un acoso o algo por el estilo, solo intentaban bromear a costa suya.

—Has decepcionado a muchas hermosas chicas ¿sabes? —le habló el Guardia* del equipo. Kevin solo soltó un bufido poniendo en claro su poca importancia respecto al tema, el guardia rio—. Como sea, ahora comprendemos tu desconcentración en las últimas prácticas, teníamos razón, el capitán está enamorado —al decir esto hizo una bulla animando a que todos le siguieran la corriente.

—Quien imaginaría que alguien hiciera anotación en el corazón del mariscal* —hablaba otro quien con sus manos formo un corazón—. Deberías traerlo a las prácticas, sería taan romántico —dijo con un tono demasiado meloso.

—O tal vez podrían bañarse juntos después del entrenamiento —otro siguió con la bulla—. Pero si van a hacer eso, más vale que nos avises, no quisiera entrar a las duchas y encontrarlos desnudos —todos rieron.

El pelirrojo se encontraba en sus asuntos vistiéndose sin prestar mucha atención a los comentarios tras su espalda, tenía mucha prisa por salir de la escuela y no estaba como para ponerse a escuchar las bromas de sus compañeros, las cuales ya sabía que recibiría pero que le importarán mucho pues no.

—Vamos, Kevin, no nos ignores.

—Sht —lo chito otro jugador—. No ves que le acaban de romper su corazón.

—Oh, es cierto —volvió a hablar el guardia— lo abofetearon y lo batearon en frente de todos —una vez más las risas resonaron, esta vez más fuerte.

—Idiotas —se despidió dedicándoles la seña del dedo de en medio a lo que todos rieron aún más. Al parecer la reacción del equipo había sido de lo más normal y tolerante, nada fuera de lo normal, de todas formas no le interesaba mucho la reacción de estos, si se hubieran tornado homofóbicos pues también le habría valido un comino pero ese no era el caso. Lo que menos le importaba ahora era la reacción de sus idiotas compañeros.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora