Querido diario. [Levi Y Tu] HAITUS

OO3📖.

Miércoles 10 de enero.

Querido diario.

Hoy me he levantado en mi cama... No se como llegué aquí, ayer estaba con el cabo Levi terminando de revisar y autorizar papeles.

Me quedé ahí después de haberle llevado su té en la tarde. Siempre me gusta llevárselo, aunque la primera vez que se lleve fue por que lo probó en la oficina del capitan Erwin, dijo que yo me encargaría de sus té's de ahora en adelante, fue la primera y última vez que ví sus ojos brillar.

¿Será que Levi me trajo aquí? Lo veo posible por que cuando desperté mi habitación estaba completamente limpia, y no es que sea muy ordenada a decir verdad. Gracias por lo que hizo Cabo Levi.

X

El cabo Levi se encontraba admirando tan bella escena que tenía delante, su mejor cadete se encontraba dormida en su sillon, en las manos tenía unos papeles. Su boca estaba medio abierta y sus ojos cerrados dejando ver sus largas pestañas.

Se levantó de su lugar y se acercó a ella, tomó los papeles para luego ponerle una sabana encima. La llevaría a la cama después de terminar, ya había trabajado mucho de todos modos.

Regreso a su lugar y siguió leyendo.

. . .

Por fin el trabajo estaba terminado, Levi soltó un suspiro y se mandó el cabello hacía atras, ordenó lo que tenía en su escritorio y se levantó.

Eran alrededor de las 2 de la mañana, la luna seguía en su punto más alto, a decir verdad las noches eran frías, solitarias y silenciosas. Mientras tanto Levi sostenía en brazos a (Tn) tratando de no despertarla.

Al llegar abrió la puerta como pudo, su compañera de cuarto ya se encontraba dormida, la dejó en su cama, la cubrió con su manta y miró detenidamente la habitación, su rostro tenía una expresión de asco, tenía que limpiar esto.

. . .

—¿___(Tn) limpiaste por fin?

La voz de Petra entraron por los oidos de la chica obligándola a abrir los ojos, lo hizó lentamente pero los rayos del sol daban directo a su cara, por instinto la cubrió con sus brazos.

—¿Limpiar qué? —preguntó con aburrimiento en su voz.

—La habitación, la limpiaste.

—Ahhh, si, claro —dijo sin importancia al procesar un poco las palabras se levantó de golpe y observó todo.

—¡Me alegra que por fin ordenaras! —dijo Petra con una adorable sonrisa, comenzó a peinarse el cabello frente al tocador.

—Si, a mi también —no pensó lo que dijo, las palabras salieron solas, no había ni una pizca de polvo.

—No entiendo como hiciste esto anoche.

—Yo tampoco —Petra se giró mirandola  confundida —, olvidalo.

Y otra sonrisa.