Adrien se había despertado a las diez. Luka seguía durmiendo a su lado. Se levantó, intentando hacer el menor ruido posible, recogió su ropa, se vistió y se fue a la cocina. Preparó café, se sirvió una taza y se sentó en la barra con la mirada puesta en el sofá desde el que había disfrutado de la sensual danza de Marinette, y se perdió en las imágenes que llegaban a su mente.Una voz le despertó de sus ensoñaciones.
-Buenos días, rubiales.
-Buenos días, Luka. He hecho café –dijo Adrien señalando la aún humeante cafetera.
-Perfecto. Lo necesito –dijo el pelinegro acercándose a la cocina y tomando una taza para servirse la bebida caliente.
-Me voy a marchar ya. Tengo trabajo y he dormido más de lo que debería.
-Nos hacía falta dormir, después del maratón de anoche –dijo el músico guiñándole un ojo a su amigo y sonriendo con picardía.
Adrien sonrió también.
-Tienes toda la razón. Fue... intenso.
-Bueno, podemos repetirlo cuando quieras. No creo que Mari se oponga.
Los chicos se miraron y se sonrieron, con un deje de complicidad en sus ojos.
-Bueno, Luka, –dijo Adrien poniéndose en pie y estirando su mano hacia el músico para despedirse-gracias por todo. Me voy.
Luka se acercó, le dio un pequeño beso en los labios y lo abrazó.
-No seas tan formal, rubito. Y menos después de lo de anoche –dijo socarronamente.
Adrien soltó una pequeña carcajada y despidiéndose de su amigo salió del apartamento con dirección a su hogar.
Cuando el rubio llegó a su casa fue directo a la ducha. Al salir se puso ropa cómoda y se sentó en la habitación que hacía las veces de despacho. Tomó los documentos del caso que estaba llevando en ese momento y se dispuso a estudiarlos con detenimiento.
Al menos esa había sido su intención. Pero, recordar cada momento de la noche pasada, vivido junto a su adorada Marinette, no le permitía concentrarse. No había en su mente nada más que esos preciosos y profundos ojos azules, esos dulces y jugosos labios, esos suaves y deliciosos pechos con sus rosados y tentadores pezones, ese perfecto y redondeado trasero, esas piernas firmes y torneadas y esa caliente y húmeda intimidad que desprendía aquel embriagador aroma que lo había vuelto loco.
Pero, sobre todo, estaban esos gestos que había visto en su cara cuando estaba imbuida de gozo, esos sonidos que se escapaban de sus labios y lo hacían estremecerse y el recuerdo de su nombre, pronunciado por la mujer que amaba en el momento que estallaba en un océano de placer, que lo impulsaban a querer estar con ella hasta el fin de sus días.
La amaba. Era algo que sabía desde hacía años. Pero después de haber estado dentro de ella sabía que no habría vuelta atrás. No le quedaba ninguna duda. No había otra persona para él.
Sabiendo que no podría concentrarse en el trabajo, apartó los documentos, se levantó y fue al sofá de la sala. Tomó su móvil y le mandó un mensaje a Nino.
💬 Lo hice
La contestación tardó sólo segundos en llegar.
💬 ¿Estás en tu casa? No te muevas de ahí. ¡Voy para allá!
Nino era el único que sabía lo que sentía por Marinette. Eran amigos desde el primer día del instituto del rubio. En realidad eran más que amigos, eran hermanos.
ESTÁS LEYENDO
FANTASÍAS QUE SE HACEN REALIDAD [[+18 AU MLB]] (TERMINADA)
FanfictionMarinette está en una relación estable y feliz, con un chico maravilloso del que está totalmente enamorada, donde el sexo es genial y cualquier fantasía puede hacerse realidad. Pero ¿qué pasa cuando una de esas fantasías toma un rumbo diferente al q...