FANTASÍAS QUE SE HACEN REALIDAD [[+18 AU MLB]] (TERMINADA)

UNA CASA EN LAS MONTAÑAS

Marinette nunca había viajado en un avión como aquel. Y tal vez hubiese disfrutado de ello y de las comodidades del vuelo, si no tuviese encogidos el estómago y el corazón por el miedo a perder a Adrien.

Desde que Nino le había dicho todo aquello, tanto sobre los sentimientos del rubio como la verdad sobre lo que había pasado para que Adrien hubiese empezado a dudar de su amor por él, había crecido aún más su angustia, y cada vez se sentía peor.

Aún le costaba creer que su mejor amigo la hubiese amado durante tanto tiempo, sin que se hubiese dado cuenta. ¿Acaso era ciega?

Pero lo peor de todo era pensar que él podría haber renunciado a ella, después de haber cometido aquella tontería de besar a Luka delante de él. Odiaba ser tan impulsiva y tan estúpida para haber sido capaz de hacer algo así. Y también odiaba el haber sido tan cobarde para no solucionar las cosas cuando debería.

<< Por favor, por favor, que aún esté a tiempo de arreglarlo >>

Si lo pensaba bien, no recordaba haber tenido nunca tanto miedo. Imaginar un futuro, sin Adrien, le parecía desolador.

Decidió concentrarse en lo que le había dicho su madre antes de emprender aquel viaje.

Después de haber hablado con Gabriel Agreste, fue a su casa a preparar sus cosas. Sabía que debía hablar con sus padres también antes de irse y darles algún tipo de explicación por su viaje, pero tampoco tenía mucho tiempo. La prioridad para ella era llegar donde estaba Adrien lo antes posible.

Al entrar, había encontrado únicamente a su madre, que se la quedó mirando con la misma cara de preocupación que llevaba mostrando los últimos días.

-Hola mamá, ¿estás sola? –preguntó mirando alrededor. –¿Dónde está papá? Me gustaría hablar con vosotros ahora mismo –dijo con intención de no demorarse mucho en su cometido.

-Hola cielo. Papá ha ido a entregar un pedido, así que tardará un rato. ¿Qué te ocurre?

Marinette tomó aire y le pidió a su madre que se sentase junto a ella en el sofá de la sala.

-Verás, mamá, últimamente han pasado muchas cosas en mi vida y me encuentro en una situación complicada. Ahora no tengo demasiado tiempo para explicarte todo, pero prometo hacerlo a mi vuelta.

-¿A tu vuelta? –preguntó la mujer con curiosidad.

-Sí. Voy a irme ahora mismo a... buscar a Adrien.

Su madre la miró con algo de sorpresa.

-Yo... he roto mi compromiso con Luka, porque estoy enamorada de Adrien –confesó. –Hasta hace un par de días las cosas entre nosotros iban muy bien, incluso, aunque te parezca algo muy precipitado, habíamos decidido irnos a vivir juntos en cuanto fuera posible. Pero ahora... bueno, el otro día tuvimos una fuerte discusión y ayer las cosas acabaron de estropearse entre nosotros. Creí que hoy podría hablar con él e intentar arreglarlo, pero Adrien ha salido del país y yo voy a buscarle para ver si consigo que me escuche y me perdone.

Marinette había dicho todo aquello prácticamente sin respirar. No sabía si era por los nervios de estar confesando abiertamente sus sentimientos o porque no quería que su madre la interrumpiese, tachando aquello de locura.

-Vaya, yo creí que anoche habríais solucionado las cosas –dijo la mujer pensativa, sorprendiendo a Marinette. –Cuando estuvo aquí me dijo que...

-¿Adrien estuvo aquí? –preguntó asombrada la chica.

-Sí, cariño. Vino a buscarte y hablamos un poco. Sé que ese chico te ama muchísimo, Mari, sea lo que sea lo que ha pasado entre vosotros, podréis arreglarlo.