Cuando Marinette se despertó el domingo no sabía cómo sentirse.
Luka estaba en Nueva York, y las cosas entre ellos habían quedado... extrañas. La despedida le había dejado un mal sabor de boca.
El sábado todo había sucedido de manera precipitada.
Desde que Marc había llegado con la noticia del cambio de vuelo, todo habían sido prisas y carreras de un lado a otro.
Marinette no había podido ni siquiera hablar con Luka tranquilamente. Él estaba tan nervioso con el viaje que apenas tuvieron tiempo para ellos.
Y la cabeza de la azabache había sido un hervidero todo el día.
Desde el agobio y la culpabilidad por lo que había hecho con Adrien, la mentira que le había contado a Luka, la reacción ante la inminente penetración de su novio y hasta la sensación de haber tomado decisiones equivocadas una detrás de otra. Todo se acumulaba en su mente, generándole ansiedad y desasosiego.
Y lo peor había ocurrido justo antes de que Luka tuviese que embarcar.
Rose y Juleka ya habían pasado el control. El músico se acercó a Marinette y la tomó de las manos.
-Mari, te conozco y sé que algo ronda por tu cabeza. Supongo que, sea lo que sea, me lo acabarás contando porque, además de pareja, somos amigos y no hay secretos entre nosotros. Cuando vuelva nos sentaremos a hablar de lo que te preocupa y estoy seguro que lo solucionaremos.
Los ojos de Luka estaban clavados en los de Marinette. Una dulce sonrisa estaba dibujada en su cara. Y eso hacía que la azabache se sintiese aún más culpable.
-Piensa que sólo será una semana. Mientras tanto intenta aprovechar a pasar tiempo con Alya, habla con ella, seguro que te vendrá bien. O queda con Adrien, él es tu mejor amigo y seguro que estará encantado de escucharte también. Además –dijo cambiando el tono dulce con el que hablaba a otro más sugerente- con él puedes divertirte haciendo otras cosas más... entretenidas.
Marinette se tensó de golpe ante las palabras de su novio. Inmediatamente se obligó a relajarse y a respirar con tranquilidad. No era capaz de decir nada, pero no quería que Luka se diese cuenta de cómo le habían afectado esas palabras.
Luka la abrazó y después la besó de la manera más dulce.
-Bueno, morenita, tengo que irme. Te llamo cuando aterricemos. Te amo.
-Yo también, Luka. ¡Suerte!
Y allí se quedó Marinette, viendo cómo Luka atravesaba el arco de seguridad, pensando en lo que el moreno le había dicho y sintiéndose la peor persona del mundo por lo que le había hecho.
<< Y por lo que estás pensando hacerle >> le recriminó su subconsciente.
Cuando regresó a su casa no quería ver a nadie. Les dijo a sus padres que estaba cansada y que quería estar sola. Y se fue a su habitación a dejar salir todas esas lágrimas que le impedían respirar.
Antes de decidirse a ponerse en pie, miró su móvil. Eran las doce del mediodía en París, así que apenas debía estar amaneciendo en Nueva York.
<< ¿Qué estará haciendo Luka ahora? ¿Aún seguirá durmiendo? >>
-.-
Luka, Rose y Juleka habían llegado al JFK de Nueva York a las tres de la tarde, hora local.
El vuelo había sido largo. El músico había procurado dormir, pero sin excederse, para no sufrir demasiado el efecto del jet lag.
Aún así le había costado conciliar el sueño. Él sabía que algo importante le estaba ocurriendo a Marinette y eso le tenía preocupado.
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FANTASÍAS QUE SE HACEN REALIDAD [[+18 AU MLB]] (TERMINADA)
FanfictionMarinette está en una relación estable y feliz, con un chico maravilloso del que está totalmente enamorada, donde el sexo es genial y cualquier fantasía puede hacerse realidad. Pero ¿qué pasa cuando una de esas fantasías toma un rumbo diferente al q...