Capítulo Quince

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-¿Qué es esto?

-Goku Son, a tu servicio. Querías hacer el amor bajo las estrellas y aquí estamos - él hizo un gesto con la mano- Total privacidad a la luz de la luna. No podíamos haber elegido una noche mejor.

Parecía una escena de película y el corazón a Milk se le encogió.

-¿Pero cómo...? ¿Cuándo...?

-Es magia. Con ayuda de la moderna tecnología, claro - el rubio la tomó entre sus brazos. Quería ir despacio la primera vez, pero tenerla tan cerca lo hacía perder la cabeza.

Nervioso, abrió la botella de champagne mientras ella se llevaba una rosa a la nariz.

-Y bombones - murmuró, tocando una caja - Esto es como un sueño.

Él sonrió mientras le ofrecía una copa. -Por los sueños.

-Por los sueños - ella tomó un sorbo de champagne y luego sacó un bombón de la caja-. Vamos a compartir.

Mientras compartían el bombón sus ojos se encontraron.

- Esta noche quiero ver tu cara mientras tienes un orgasmo - musitó él.

Ella abrió mucho los ojos, sorprendida, su piel ardiendo como si tuviera fiebre.

-Entonces ¿Qué estamos esperando? -murmuró, echándole los brazos al cuello.

Él buscó sus labios como un hombre hambriento; su sabor era como una droga.

Despacio, deliberadamente, le pasó una mano por el interior de los muslos, buscando la húmeda cueva. Estaba húmeda por él, y saber eso lo hacía temblar. Apartó el sujetador para morderle suavemente un pezón y la escuchó contener el aliento mientras, sin darse cuenta, le tiraba del pelo.

Podía sentir su corazón galopando y se preguntó si ella podría oír el suyo, que nunca había latido de ese modo, con esa urgencia.

-Vamos a quitarnos la ropa.

- Sí.

Mientras la veía desnudarse, la sangre se agolpó en su erección. Lo dejaba tan hipnotizado que olvidaba hasta respirar. Fue ella quien le bajó los pantalones y el boxer para ponerse en cuclillas frente a él.

Y si no hubiese estado transfigurado seguramente se habría caído al suelo cuando ella empezó a acariciarle los muslos con la lengua.

Su cara, sus labios, a un centímetro de la dolorosa erección. Podía sentir su aliento y le agarró el pelo tanto para sujetarse a algo como para detenerla. Porque si lo tocaba allí explotaría... y por tentador que fuera, no sería justo.

-Milk... -Goku tiró de ella hasta que estuvieron uno frente al otro, mirándose a los ojos - Más tarde - fue todo lo que dijo antes de tumbarla sobre la manta.

Bajo el cielo oscuro cubierto de estrellas palpitantes estaban ambos comiéndose a besos.

Dejo de besar sus labios y la observó por una mísera de segundos, la imagen que veía era lo más excitante que había visto, jamás, la pelinegra cubierta con una capa de sudor, sus ojos azabache estaban más dilatado, su cabello expandido sobre la manta y su rostro brillaba gracias a la luna que iba a ser testigo del momento pasional que iban a vivir.

La azabache acercó más su rostro a él y rozó con su lengua los labios de el rubio, dándole como señal lo excitada que estaba.

Él entendió a la perfección su actuar y enredó sus dedos con los de ella y la besó, no era un beso suave ni romántico era mas bien un beso, erótico y fantasioso, sentía que nunca iba a poder saciarse de ella, cada hora, minuto y segundo que pasaba con ella, sentía que no era lo suficiente.

Ella ahogó un gemido en la boca de él provocando que el rubio introdujera su lengua en su cavidad, haciendo una danza y caricias de lenguas, mordió su labio inferior arrastrando sus dientes para jalarlo más.

Soltó sus manos, para acariciar su piel, bajó hasta sus piernas apretándolas dejando una marca roja en ella.

Dejó de besar sus labios y bajó hasta su blanquecino cuello, haciendo succión en este, siguió bajando hasta llegar a su clavícula, llegó hasta esos manjares que pedían a gritos su atención de lo erecto que estaban, metió uno a su boca, provocando que ella se arqueara al sentir como él mordia su pezón, mientras que al otro lo apretaba con su mano, estuvo así por minutos hasta que escuchó a la pelinegra susurrarle en su oído.

- Goku... hay otras partes que quieren de tu atención...

Y entendió perfectamente su petición, así que dejó un camino de saliva entre su vientre y llegó hasta su monte de venus, bien depilado, dejando un casto beso en el, ocasionando que ella quisera cerrar las piernas y se retorciera de placer, no dejó que las cerrara y empezó a lamer su clítoris, hasta dejarlo rojo de la succión que él hacia, introdujo dos dedos y empezó a masturbarla, sentía que su pene iba a estallar pero quería darle placer a Milk y cumplir todas sus fantasías.

Así que continuó con lo cometido, metía y sacaba sus dedos, cubierto de los pequeños espasmos de la pelinegra, metió un tercer dedo que provocó que ella se viniera en sus dedos, chupó sus dedos y bajó su cara a la entrepierna de Milk, cubierta de sus espasmos y los succionó hasta dejarla limpia.

Volvió a subir a su cara y besó sus labios y sin previo aviso entró en ella, empezó a moverse lentamente, con cada vaivén aumentaba su fuerza, observó sus ojos cerrados, su cabello húmedo del sudor que ambos provocaban. Bajó su mano y empezó a frotar su clítoris con impaciencia provocando que ella se arquera a un más, metió uno de sus senos a su boca y empezó a morderlo y succionarlo.

Quería que ella se retorciera de placer, y que nunca olvidará que él era el único en hacer realidad todas sus fantasías.

La azabache sintió una fuerte corriente recorrer sobre su médula espinal teniendo un gran orgasmo, provocando que Goku diera un último empujón y se viniera dentro de ella.

Ambos alcanzando la cima del clímax, respiraban con dificultad, él apoyó su cara en los pechos de Milk, sintiendo los latidos acelerados de su corazón.

-Goku... pesas mucho - Se quejó la pelinegra.

Él se dio la media vuelta y se colocó a lado de ella, la observó y vio que ella tenía la mirada fija en el cielo. Y supo que lo que él sentía por ella no sólo era carnal, era algo más, pero se limitó a hacer caso a lo descubierto.

Rodeó su cintura con sus grandes brazos y la atrajo más a él, la pelinegra por inercia colocó su cabeza en el pecho de él, y dejando un beso en este. Goku empezó a acariciarle el cabello y la espalda, provocando automáticamente una chispa de excitación en ambos.

De manera rápida se colocó encima de ella, apoyando los codos en la manta que hacía toda desordenada.

-¿Lista para una segunda ronda? - Preguntó, mientras empezaba a besar sus senos.

-Ahh - Gimio ella - Lista y excitada - contestó ella.

Las Fantasías De Milk 《GoChi》(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora