Capítulo Uno

5.9K 245 162
                                    

Ah, las cosas que podía hacer aquel hombre. Era el amante más creativo que había tenido nunca, había disfrutado con algunos, pero aquel era increíble, Milk Ox, saboreó las fresas con chocolate que él le ponía entre los labios. Las sábanas de seda eran frescas y suaves, el sitio perfecto para recibir su duro y ardiente peso mientras se arqueaba hacia él, queriendo más, queriéndolo todo y se lo dijo. En detalle.

Luego suspiró mientras él cumplía sus deseos, empezando por el lóbulo de su oreja y siguiendo hacia abajo, su boca era cálida, húmeda y perversa; hacía que se le pusiera la piel de gallina desde el cuero cabelludo hasta la punta de los pies y todos los trémulos lugares entre un punto y otro mientras pellizcaba sus sensibles pezones con un pulgar áspero hasta que… oh, estaba en el cielo.

–Hay más –le prometió, con voz ronca.

La azabache emitió un murmullo de aprobación, absorbiendo su aroma y el tacto de su piel mientras él continuaba su jornada erótica con las manos. Le deslizó los dedos lentamente por la espina dorsal, tocando cada vértebra, apretando los duros músculos. La recompensa fue un gemido ronco que le acarició el oído, diciéndole que estaba disfrutando tanto como ella.

Él seguía tocándola por todas partes, sus dedos buscaban, encontraban y satisfacían todos sus lugares secretos; la experiencia no tenía límites, y parecía que su único deseo era darle placer y se lo daba, en todos los sentidos.

Goku… el nombre era como una cinta de seda moviéndose bajo una brisa tropical. Él sonrió, trazando sus labios primero con un dedo, luego con la punta de la lengua y ella sonrió también antes de disfrutar del más suntuoso de los besos, sabía rico, oscuro, como las fresas con chocolate que habían compartido, y ligeramente peligroso pero no importaba, porque sabía que estaba a salvo con él.

Sí, era perfecto.

Le abrió las piernas y se deslizó en su interior con agonizante y exquisita lentitud, era como si el mundo se hubiese detenido.

Y entonces escuchó un gemido de placer parecía que hubiese salido de la garganta de otra persona y abrió los ojos, la oscuridad tomó vida mientras el orgasmo la hacía volar. Milk se quedó un momento escuchando el sonido de su respiración mientras su cuerpo bajaba lentamente a la tierra.

Y a la realidad.

Cuando se llevó un dedo a los temblorosos labios se dio cuenta de que estaba sonriendo, al otro lado de la ventana veía el cielo de color índigo con puntitos plateados.

Un sueño.

Y el mejor orgasmo que había tenido nunca, el efecto aún no había pasado del todo, y casi podía jurar que seguía sintiendo el peso de su cuerpo sobre ella como amante imaginario, él era uno de cinco estrellas. Una pena. ¿Por qué no había hombres así en el mundo real?

La pelinegra movió la cabeza, apoyando la cara en el cojín, daría igual que hubiese un millón de hombres así llamando a su puerta, ella no estaba interesada. No necesitaba, ni quería, a un hombre de verdad en su vida otra vez. Después de Black no. Black  había destruido lo que hubo entre ellos y la había dejado sintiéndose menos que una mujer. Sus amantes imaginarios eran perfectos, cumplían todos tus deseos y no la defraudaban nunca.

Además, y lo mejor de todo, eran seguros.

Su laptop estaba sobre la mesa, Milk encendió la lámpara para poner por escrito cada glorioso detalle antes de que se esfumase. Aunque ya no acudía a las sesiones de terapia, seguía
llevando el diario de sueños, de modo que se colocó el ordenador en las rodillas.

Su nombre es Goku, un amante extraordinario que puede quemar mis sábanas cuando quiera…

Las palabras volaban por la pantalla, emocionándola de nuevo, la pelinegra volvió a leer lo que había escrito y se puso colorada, era como leer una de esas ardientes novelas románticas en wattpad.

¿Qué diría su psicólogo?

Milk se detuvo. ¿Goku?

El corazón le dio un vuelco, ella no conocía a nadie con ese nombre, a menos que contase Goku Son, y no podía ser él. ¿Cómo iba a gustarle un hombre al que no conocía y jamás había visto de cerca? Goku era el jefe de su amiga Bulma, que estaba de baja por enfermedad, la azabache estaba ocupando su puesto temporalmente, y eso lo convertiría en su jefe durante un par de días.

Sintió que el vello de la nuca se le erizaba. Recordó el cabello rubio, alborotado, y la inmaculada camisa blanca sobre unos hombros anchos cuando llegó a la oficina de Inversiones G. Son esa mañana.

Pero intentó apartar de sí esa imagen. Goku Son, estaba muy ocupado o sencillamente era un grosero que no se había molestado en saludar a su humilde empleada temporal, había pasado por allí un momento y después se había ido sin decir una palabra.

No era él, se dijo, el nombre se había quedado en su cabeza, nada más por no hablar de su físico, a ella siempre le habían atraído los hombres castaños y morenos y si le había gustado por algo en especial y su subconsciente lo había manifestado en el sueño daba igual, porque él nunca lo sabría.

De modo que no era un problema. No iba a dejar que aquel amante imaginario erosionase la competente imagen profesional que tanto le había costado crear. Había ido a la capital oeste para cerrar viejas heridas, para empezar una nueva vida.

Eso le recordó que aún no había enviado el informe que Bulma le había pedido que revisase, de modo que abrió el correo, escribió la dirección de Goku Son y empezó a escribir una nota: «Querido Goku».

Pero enseguida se detuvo, escribir esas palabras le recordaba el sueño y se abanicó con la mano, sonriendo a su pesar, borró esa frase y volvió a escribir: «Estimado señor Son». Sí, mucho mejor.

Adjunto envío informe de Lyn y Asociados para su aprobación.

Saludos,

Milk Ox, en el puesto de Bulma Briefs.

Después de adjuntar el documento revisado, pulsó el botón de enviar, cerró su laptop y se dirigió a su dormitorio, tal vez volvería a tener suerte…

Apenas había cerrado los ojos cuando la asaltó una duda pero no podía ser... no, no, imposible.

Se levantó de un salto y corrió al salón para encender la laptop, los dedos le temblaban, impacientes, mientras el maldito aparato se tomaba su tiempo. Cuando abrió la carpeta de correos enviados, Milk se quedó sin aliento, su sueño erótico estaba en ese mismo instante esperando la aprobación de Goku Son; había enviado ese documento en lugar del informe.

Se le escapó una risita histérica.

¿Tendría sentido del humor Goku Son? Según Bulma, ninguno y aunque viese el humor en la situación, lo que había escrito era tan…

Nunca volvería a poner sus sueños por escrito.

Dejando escapar un gemido, echó la cabeza hacia atrás, y lo único que veía era la expresión de Goku Son cuando abriese el correo.

Si... lo sé, se que en la historia de *Todo por un biquini* había dejado una notita de que esa iba a hacer mi última historia pero me fue inevitable y ahora aquí estoy de nuevo con una historia GoChi

Espero contar con su apoyo en esta y mis otras historias. Espero les guste...

Voten
Comenten.

Nota: Publico nuevamente esta historia, ya que wattpad me la había restringido por imágenes +18.... en fin, espero contar nuevamente con su apoyo.

Si la historia tiene buena aceptación por ustedes, estaré publicando 1 capítulo por día.

👋💛👋

Las Fantasías De Milk 《GoChi》(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora