Capítulo Veintiuno

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Poco después, Goku miraba un perro blanco y negro en los brazos de Mai, con un collar rojo en el delgado cuello.

-¿Qué hace ese cacharro aquí?

-Es Angus, y el pobre viene de la perrera. Tiene un año, así que ya no es un cachorro. Está entrenado para hacer pipí y caca fuera de casa y necesita un hogar -Mai lo puso en sus brazos-. Es tuyo. Es el regalo de Milk. Será tu compañero ahora que estás solo, pero tendrás que volver antes a casa, no estar todo el día en la oficina. Milk ha dejado comida, una cama, juguetes y una carta para ti -Mai le ofreció un sobre y se dio la vuelta discretamente.

Goku sacó un folio del sobre y empezó a leer:

Querido Goku,

Angus es mi regalo de despedida. En cuanto lo vi en la perrera mi búsqueda de un compañero para ti terminó. Ahora tendrás que encontrar tiempo y a cambio, prometo que Angus te dará total lealtad y amor incondicional.

Milk.

~♡~

Milk encontró trabajo en una cafetería en Londres. Ser camarera no era su objetivo en la vida, pero el puesto incluía comidas y habitación y, por el momento, era suficiente.

Además, el trabajo la mantendría ocupada y no podría pensar en Goku a todas horas, se decía mientras subía a la habitación que compartía con dos chicas

Sus compañeras de habitación se habían ido de fiesta, pero ella estaba demasiado cansada y deprimida, de modo que después de ducharse se puso un pantalón de chándal y una camiseta y se metió en la cama. Leer sus mensajes de whatsapp y decirse que no esperaba que Goku se pusiera en contacto con ella se había convertido en un ritual nocturno, pero cada noche abría el correo con la misma anticipación... y se moría de pena cuando no veía su nombre, había recibido un par de Bulma, pero no contaba nada de la oficina ni de Goku. Mai tampoco le hablaba de su hermano, Angus había engordado, pero no mencionaba a su dueño.

Milk apagó su celular y acarició el cuaderno que Goku le había regalado. En la primera página había escrito: «Para Milk, que todos tus sueños se hagan realidad». En ese cuaderno escribía sus fantasías, en las que Goku y ella se casaban, tenían hijos y eran una familia feliz.

Sueños imposibles que nunca se harían realidad.

~♡~

-Bulma -Goku salió de su despacho como una bomba a las cuatro de la tarde-. El informe del hotel debería estar aquí desde el lunes. Llámalos y diles que...

-Tranquilo -lo interrumpió ella-. Estás asustando a María, por no hablar del pobre Angus.

Goku miró la bolita blanca y negra que lo miraba desde su cesta. Él no quería perros en la oficina, pero esa tarde había sido inevitable.

-No pasa nada, chico, vuelve a tus sueños de cachorro, Mai vendrá a buscarte enseguida.

Bulma sacudió la cabeza. -Dejé el informe en tu escritorio el lunes por la tarde.

Goku se pasó una mano por el pelo.-¿Y dónde demonios está?

-Búscalo, estará en algún sitio.

Su escritorio estaba oculto bajo una montaña de papeles. Por primera vez en su vida no era capaz de concentrarse en el trabajo. No podía pensar en nada más que en Milk.

Las Fantasías De Milk 《GoChi》(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora