Capítulo Veintidós (Final)

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Ella ya no podía contener las lágrimas, que le rodaban por las mejillas.

-Sé cuánto te gustan los niños y sé también que serías un padre estupendo pero yo no puedo tenerlos...

-No podemos tener hijos, en plural. Es algo compartido.

No podría tener hijos y Goku lo sabía y, sin embargo, había ido hasta allí para pedirle que se casara con él. Porque la amaba.

-¿Perdiste un hijo? -le preguntó él-. ¿Es por eso por lo que no querías tomar en brazos a Marron?

Ella suspiró, intentando deshacer el nudo que tenía en la garganta.

-Yo siempre había querido hijos y Black, mi marido, también. No me quedaba embarazada, así que me hice unas pruebas y el médico me dijo que no podría concebir de forma natural y solo tenía veintiún años pero entonces ocurrió un milagro, me quedé embarazada. Fue un embarazo ectópico y después de la operación las posibilidades se redujeron a la mitad. Prácticamente a cero.

Goku le apretó la mano. -¿Y qué pasó?

-Black quería ser padre y yo solo era una mujer a medias...

-No digas eso.

-No lo digo yo, lo dijo él.

-Maldito imbécil -masculló Goku, airado-. ¿No buscaron otras alternativas?

Ella negó con la cabeza. -Black no quería pagar ese dinero sin tener garantías. Un divorcio era más rápido y más barato.

-Yo no soy Black -dijo Goku, mirándola a los ojos.

-Lo sé, pero te he visto con Marron y sé lo maravilloso que eres con los niños. Sé que quieres tener hijos propios...

Él negó con la cabeza. -Es posible que no podamos tener hijos, pero aún no lo hemos intentado siquiera. Tú has hablado de un milagro... podría volver a ocurrir y si no es así, hay otras alternativas y si todo fallase, siempre podemos adoptar. Hay muchos niños que necesitan un hogar, Milk. Recuerda que ya no estás sola. Somos un equipo, lo único que tienes que hacer es casarte conmigo.

-¿Lo dices de corazón?

-No pongas esa cara de sorpresa, cariño -Goku sonrió, acariciándole la mejilla-. Con todo mi corazón, con toda mi alma y con todo lo que tengo.

-Yo también te quiero y no puedo vivir sin ti, pero he tardado tantos años en llegar aquí. Llevaba tanto tiempo soñando con este viaje.

-Y yo decidí tomarme unas vacaciones. Me las merezco, ¿no crees? Y tengo una estupenda suite en uno de los mejores hoteles de Londres, con vistas al Támesis y a diez minutos de tu trabajo. Eso si sigues queriendo trabajar, claro. ¿No preferirías viajar por Europa?

-Oh, Goku....

Un mundo se abría ante sus ojos, un mundo con Goku Son a su lado.

-No tienes que estar sola, Milk, ya no. Deja que yo sea parte de tus decisiones, vamos a hacer planes juntos: París, Roma, Florencia, donde tú quieras ir. Mientras volvamos juntos a casa después.

A casa.

Milk se dio cuenta que eso era lo que quería, más que nada en el mundo: tener a aquel hombre, el hombre del que estaba enamorada, compartir su vida, los buenos y los malos tiempos. Podría mantener su independencia, sabía que Goku la apoyaría.

Lo miró a los ojos, en su mirada había un mundo de amor.

-Sí -murmuró, con firmeza-. Sí, me casaré contigo.

~♡~

Llegaron al hotel donde se hospedaba el rubio, subieron a la suite tomados de las manos como dos par de jóvenes enamorados. Goku abrió la puerta y caminó hasta la cocina ofreciéndole un poco de champagne a la pelinegra y celebrar entre copas su futuro matrimonio.

- Aún no me creo esto - Comentó la pelinegra dando su primer sorbo a la champagne.

- Pues creételo, y grábatelo en tu mentecita - Respondió él quitándole la copa a Milk y colocarla en una mesa de cristal para besarla apasionadamente.

Ella ya sabía que lo se venía, así que rodeó con sus delgados brazos el cuello de Goku mientras que él rodeó la cintura de ella para profundizar ese beso que tanto necesitaba. Quería estar dentro de ella habían pasado semanas sin acariciar y besar su perfecta piel.

Apretó su trasero y la tomó entre sus manos, ella enredó sus piernas en la cintura de él.

Caminó hacia la habitación con la pelinegra en él, la depositó delicadamente en la cama, necesitaba de ella, se sentía desesperado, así que de manera rápida se separó de ella y comenzó a quitarse cada prenda, sentía que el cuerpo le quemaba.

Completamente desnudo se acercó a ella y le quitó las botas, el abrigo, y el resto de su vestimenta, dejándola solamente con el sujetador y las bragas color rojo de encaje. Su pene palpitaba fuertemente de lo excitado que estaba al verla con esa ropa interior y ese cuerpo de diosa que tenía.

Se colocó encima de ella y comenzó a besarla desesperadamente, metió su mano bajo la espalda para poder desabrochar el sujetador, y lo hizo de una manera tan rápida que no dudó ni un segundo en meter sus senos liberados a su boca, succionando y mordiendo ese erecto pezón rosado; bajó su mano libre y metió dos dedos en el interior de ella, masturbándola aceleradamente, provocando pequeños espasmos.

Bajó hasta su monte de venus y dejó un beso encima de las bragas que ya hacían mojadas, con sus dientes se deshizo de ellas y las tiró, volvió a meter dos dedos en ella. Extrañaba estos momentos.

Sacó sus dedos cubierto por una capa de los jugos vaginales y los chupo con deleite, para después introducir su lengua y seguirla masturbando.

Ya lubricada se posicionó en ella, tomó sus piernas y las colocó en su hombro para tener mejor acceso y entró de una sola estocada en ella.

Comenzó con sus movimientos, era choques de pieles, perladas por el sudor que se provocaban.

Jadeos, gruñidos, se escuchaban salir de ellos y el rechinar de la cama ante el vaivén de sus cuerpos.

Los movimientos de cadera de él iban al compás de los movimientos de los senos de la pelinegra que rebotaban ante sus estocadas. Goku apretó más las piernas de Milk para no perder el equilibrio.

Ella se perdió por una milésima de segundo ante la llegada de su orgasmo, haciendo que él también llegará a la cima del éxtasis dentro de ella.

Rendido cayó en los pechos agitados de Milk, escuchaba el latido del corazón de ella muy acelerado ante una de las tardes más placenteras.

Ella colocó sus manos en la espalda de él y así se quedaron por minutos, hasta que Milk no aguantó más el peso de Goku.

- Extrañaba esto, Milk - Susurró él, acomodándose a lado de la pelinegra y envolviéndose en una de las finas sábanas de seda blanca.

- También yo - Admitió ella - Extrañaba cada momento vivido contigo.

- Pasaría toda una vida así - Confesó el rubio acariciando la espalda de Milk - saboreando cada centímetro de tu piel, me has vuelto un adicto a tu cuerpo y tu manera de ser. Te amo, Milk.

Ella se colocó a horcagadas en él y lo besó como respuesta a su confesión - También te amo, Goku - le susurró entre los labios y volvió a besarlo.

Las Fantasías De Milk 《GoChi》(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora