Mi niñero

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— ¡Pero si yo no le he dicho nada!— me defendí.

—Lo sé…— me dijo —pero la madre de Jasmine me pidió que hablara con tus padres, pero como no están hablare con tu tutor… — me explico —Por eso llame ayer en la tarde…— 

— ¡Pero de qué va a hablar con él si ni siquiera hice nada!— volví a reclamar.

—Solo le explicare la situación… para que el hable contigo y que no causes problemas…— me dijo sonriente.

En eso sonó el teléfono, así que respondió con el típico ‘Diga’ solo asentía seriamente, para finalizar con ‘Dile que pase’.

A los cinco segundos entro la secretaria seguida por Christian, la secretaria me fulmino con la mirada antes de salir. Solté una pequeña risita y el director negó con la cabeza tratando de no reír.

—Bueno yo me voy…— dije poniéndome de pie sin siquiera mirar a Christian. 

—Hey no tan rápido señorita…— me llamo el director.

— ¿Y Ahora?— Pregunte con fastidio volviéndome a sentar en la silla. 

—Correr por los pasillos…— dijo mientras sacaba una de las tablas para detención, y llenaba la hoja —Ignorar indicaciones de autoridades…— reí al escuchar eso ya que no sabía que la secretaria tenía tanta ‘autoridad’ —Y entrar a la oficina del director sin autorización…—.

— ¡Hey yo creí que nos llevábamos mejor!— le dije riendo.

—Detención el sábado a las nueve de la mañana…— me dijo mientras terminaba de firmar la hoja blanca —Aquí tienes…— me entrego la tabla.

—Pero… ¿en sábado? ¿A las nueve?— le dije con tono mi cara de tristeza más convincente.

—Lo siento… son tres amonestaciones— me dijo serio —No podrás desvelarte…— soltó una carcajada —Ahora sal por favor…— me pidió señalando la puerta.

—No es justo…— susurre a regañadientes mientras salía de la oficina.

Me quede detrás de la gran puerta de madera, voltee a ambos lados para asegurarme de que nadie me observara, ya que parecía desierto, debido a que todos estaban en clases, apegue mi oído para tratar de escuchar por la puerta. Pero era totalmente inútil. Ya que solo escuchaba murmurios del director y luego unos de Christian, después nuevamente del director, pero no lograba descifrar lo que hablaban, tapaba mi otro oído con mi mano, o cambiaba de posición en la puerta, pero era imposible. 

Me agache para tratar de escuchar por la pequeño espacio que quedaba entre la puerta y el piso, se escuchaban más claras las voces pero aun así era difícil, trataba de concentrarme cuando vi un par de zapatos negros, obviamente con dueño… o más bien, dueña. Volteé y me tope con la secretaria, me miraba molesta mientras que sus manos estaban en su cintura. Le sonreí torpemente mientras me levantaba.

—Eh… yo… solo— tartamudeé —Yo… ¡perdí un arete!— le dije mientras me volvía a agachar y fingía estar buscando un arete.

— ¿Solo uno?— me pregunto incrédula.

—Ehh…— lleve mis manos a mis orejas y sentí que no traía aretes — ¡Hay no! ¡Perdí ambos!— mentí y me volví a poner de pie —Creo que será mejor que me vaya a clases…— le dije pero justo en ese momento se abrió la puerta. 

El director y Christian me miraban extrañados mientras que la secretaria sonreía victoriosamente.

—Yo… si… ya me iba…— dije nerviosa mientras tomaba mi bolsa que estaba en el piso y salí disparada de ahí. Me dirigí a mi casillero ya que me faltaban los libros de la clase.

Novelas De Christian OrdazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora