ENAMORADO DE MI HERMANA III -FIN-

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La miro a los ojos y le brindo una de sus más cálidas sonrisas. ___solo le sonrió en respuesta, parecía incomoda y molesta por alguna extraña razón. El frunció el ceño.

-¿Estás bien? –preguntó él.

-Aja.. –dijo ella. Pero algo le decía que estaba mintiendo, la conocía perfectamente.

-Estas mintiendo –dijo él. Ella negó y relajo el rostro.

-Es solo que me duele un poco la cabeza y estoy mareada –él la miro confundido.

-¿Nuevos síntomas? –pregunto. ___ solo asintió.

-Supongo –suspiro- no se –le sonrió. Aquella sonrisa falsa de nuevo.

-Bien, te creeré por ahora –agarro la bandeja y se lo acercó- te prepare el desayuno para darte los buenos días. –ella sonrió esta vez con un brillo en los ojos. Aquel brillo volvía a aparecer por suerte. 

-Gracias –le beso en los labios.

Había sido un poco incomoda aquella situación, ____ lo había escuchado hablando por teléfono. Así que era una tal Florencia la que lo llamaba todos los días, según él le había comentado que así se llamaba su asistente, hermana de un socio de la empresa. __ estaba confundida, ¿Christian se metía con su asistente? Aquello la cabreaba. Pero de que quería conocer a aquella zorra, lo quería. Más que a nada. 

No podía soportar la idea de que Christian estuviera con otra que no sea ella. ¡Maldición! Lo amaba y había pasado por tanto para que una zorra se entrometiera en esos momentos. No, no, no. No lo iba a permitir. Porque Christian era de ella y ella suya. Su relación no se iría por la borda y se ____encargaría de ello.

Mientras iban desayunando Christian veía a ___ como pensativa y algo débil quizás. Estaba preocupado, no quería que nada le pasara. Le había dicho que tenía dolores de cabeza y mareos y le creía, ya que la había visto consultar más a menudo aquella semana. 

El doctor le había comentado que llegaría un momento que debería de operarse. Algunos órganos suyos podrían llegar a fallar y eso era lo que más temía Christian. Una operación significaría riesgos, y él no quería perderla.

Había dado todo por conseguir un buen médico que la tratase, no era nada barato. Pero el que ella sea atendida de buena manera le hacía sentir mejor. Con su trabajo apenas le alcanzaba para pagar aquel médico y sostenerse. Pero estaba feliz de que aquel dinero valla para qué ____ estuviese sana. 

Lo que más le preocupaba de todo era eso. Su salud. Había tenido que soportar tanto para poder mantenerla así, a su lado por un largo tiempo. Y esperaba que sea lo más largo posible. Porque de verdad no sabía que haría sin ella, sin ___ a su lado.

El fin de semana había pasado como una ráfaga de viento para ambos hermanos. Era de nuevo lunes, como odiaban los lunes. ¿Quién no los odia después de todo?

Era el comienzo de una nueva semana, una semana muy larga pensaba Christian. Ya que había disfrutado estar con su hermana esos días. Y odiaba con el alma volver al trabajo para seguir recibiendo acoso por parte de su asistente. Irónico ¿no? Muchas veces el acoso provenía del lado contrario. Pero esta vez el no podía decir nada, ella era la hermana de uno de los socios más importantes de la firma para la cual trabajaba. ¿Pero por qué Florencia era asistente? Eso es fácil. Ni bien Christian había aparecido para trabajar en aquel lugar, ella se ofreció para ser su asistente y de esa manera poder estar más cerca de la empresa. Había sido una niña mimada toda su infancia, no tenía mucha idea de lo que era “el trabajar” y a él le pareció muy bueno que trabajase con él. En ese entonces, ella parecía una persona normal. Si claro, estaba completamente loca. Ahora lo sabía con exactitud.

Novelas De Christian OrdazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora