Enamorado De Mi Hermana -SEGUNDA TEMPORADA-

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____ prácticamente salió corriendo de aquella habitación y fue directo a ver a su hermano. Necesitaba verlo para saber si estaba bien, ella sabía que no lo estaba. Pero que importaba. Necesitaba estar cerca suyo para sentirse tranquila. 

Aquello parecía como una pesadilla interminable, cada segundo que pasaba se ponía más y más nerviosa. Estuvo horas hablando con su hermano. Diciéndole lo mucho que lo sentía. Ella era la única responsable de eso, y se odiaba. Sus padres también lo harían al enterarse. 

Todo había sido por su maldito y único comportamiento. El orgullo. Era tan orgullosa e impulsiva, que cuando abría la boca ya no podía parar. Al menos en cuanto se tratase de su hermano. Siempre había sido de esa manera. Solo que antes ellos peleaban por cosas tan insignificantes como quien comería más, quien podría ver más tiempo televisión. Bobadas. Siempre bobadas. Pero la diferencia de esta vez era que su testarudez la había llevado tan lejos, pero tan lejos. 

Solo quería retroceder el tiempo y no haber dicho aquellas palabras. Quizás todo seguiría igual. Pero no, era tarde. Demasiado. Agarró la mano de su hermano mientras estaba sentada cerca de él. Comenzó a acariciarlo. Sollozaba en silencio.

-Christian–susurro- por favor vuelve –pego su mejilla a sus nudillos- Lo siento. Yo te quiero solo a ti, solo a ti. Perdóname. –Se aguanto el gritar, mientras sus lagrimas iban empapando la mano de su hermano- Yo no te odio ¿Cómo podría odiarte? Solo estaba enojada. Te amo –beso su mano- te amo solo a ti. 

Sintió como la mano de su hermano le apretó fuerte. Ella casi pego un brinco del susto. Se separo solo un poco para mirarlo, Christian la sostenía con fuerza. Sonrió. Pero su sonrisa fue desapareciendo al escuchar el sonido que hacían las máquinas. 

-Christian –dijo desesperada. La mano de Christian fue perdiendo presión- No, Christian. No –grito llorando.

En ese momento se detuvo el tiempo, paso todo muy rápido que ni siquiera capto. Estaba en shock. Unas enfermeras entraron a la habitación y la quitaron. La maquina que estaba alado de su hermano solo marcaba una línea. Y ese sonido del piiip… estaba por desquiciarla. No parpadeaba solo observaba como la quitaban mientras intentaban reanimarlo. 

Todo su mundo se derrumbo por completo. Sintió que su corazón no resistiría. El dolor era muy fuerte. Demasiado. Algunos doctores iban pasando por aquel pasillo hacia sus pacientes, ella no prestaba atención a nada. Solo miraba a un punto fijo. 

Recordaba todo lo que había vivido con Christian. Sus besos, sus caricias, sus “te amo”. Su sonrisa, sus ojos, la calidez de su cuerpo. Deseaba que estuviera ahí con ella. No prestaba atención a nadie mientras sus lágrimas iban cayendo. Un sollozo fuerte se escapo de sus labios, se agarro con fuerza su pecho. Su corazón. Debía de haber vuelto a tomar sus pastillas, pero se había olvidado. Ya no podía respirar, cada vez se le iba más el aire. No le importaba. Al menos iría con su hermano. Estaría con él. Pego una mano por una pared tratando de sujetarse mientras que con la otra apretaba su pecho. 

Sus piernas ya no le sostenían. Estaba a punto de derrumbarse en el piso de aquel hospital. Cuando un brazo fuerte la sujeto de la cintura tratando de hacer que se siente.

-¿Está bien? –ella solo lloraba. 

-____-una voz gruesa la llamaba- _____- no prestaba atención a nada.

-Hija –escucho la voz de su madre. Levanto la vista. Estaban sus padres frente a ella con cara de preocupación. El policía la estaba sosteniendo fuerte a su lado. ¿No estaba en la comisaria o algo? Que importa, se dijo.

-Mamá –susurro ___- Christian esta muerto –lloro más fuerte- por mi culpa.

(Mama) la abrazó con fuerza, en cambio (Papa) solo parecía una estatua frente a ella. Mirándola sorprendido. Se notaba en sus ojos que quería llorar, pero su padre no lloraba frente a nadie. Vio como su padre tenía apretados los puños a los costados con tanta fuerza que los dedos se le pusieron blancos. 

-Tú no tienes la culpa cariño – sollozaba (Mama).

-No, mama –sentía que cada vez perdía más oxigeno, pero igual debía de decirlo. La miro con los ojos rojos- el vino a verme porque le dije que lo odiaba, yo no le odio. –Sollozo más- Soy la peor hermana de todas.

-No, cariño –le acaricio el pelo.

Sin saber cómo, ____ perdió el conocimiento en brazos de su madre. Estaba perdida en un mundo oscuro donde no veía nada más que niebla. Gritando una y otra vez por su hermano. Se sentía vacía, dolida, desesperada. Sentía su mundo caer y desplomarse en un millón de pedacitos desgarran tés. Ya era muy tarde.


*** 

Despertó en un lugar diferente, apenas pudo abrir completamente los ojos. Miro a su alrededor, todo era blanco y tranquilo. Quería estirar el brazo pero vio que estaba con suero. Hizo una mueca. Pero de repente recordó todo. Su hermano, la promesa, el “te odio”, accidente, estaba muerto. Se estremeció y comenzó a llorar de nuevo. Su mamá entro en ese momento y se acercó a ella. La abrazó fuerte. 

-_____- la llamo-por favor deja de llorar, necesito decirte algo –ella dejo de sollozar.

-¿Qué pasa mamá? –la miro.

-Christian no murió -____ la miro con los ojos bien abiertos ¿Acaso era un sueño? Sintió que le caían lágrimas de felicidad. 

-¿Qué? –Pregunto- pero yo...

-Lo sé- sonrió- lograron reanimarlo. Ahora ya está fuera de peligro.

-Necesitaban sangre -frunció el ceño- pero jamás me dijeron más nada –sintió a su mamá tensarse.

-Es porque estas enferma y no debes. Se habrán dado cuenta de eso –la miro fijo.

-Sí, quizás –suspiro- pero igual necesitaban.

-Tu padre le dono –ella se sorprendió. Su padre parecía que nunca haría tal cosa, era frio y parecía no tener sentimientos.

-¿Papá? –Pregunto- ¿Estás hablando enserio? –(Mama) asintió.

-Una cosa es que tu padre sea cero demostrativo y otra que no los quiera –sonrió- el los quiere mucho, créeme. -__ asintió feliz. Al menos su hermano estaba vivo, seguía vivo.




Despertó sintiendo los parpados más pesados que de costumbre, su cuerpo lo tenía totalmente entumido. Nunca antes se había sentido tan mierda, por decirlo así. Sentía seca la garganta y dolores por todo el cuerpo. Abrió solo un poco y vio que estaba totalmente oscuro el lugar, pero podía distinguir que se encontraba en un hospital. Miro a su costado y vio una maquina que emitía pequeños ruidos. No tardo en suponer que era para marcar el ritmo de su corazón, vio que tenía la intravenosa en su brazo. Hizo una mueca. No se acordaba de absolutamente nada. ¿Cómo había llegado a ese lugar?

Su cabeza era lo peor. Sentía que le explotaría en cualquier segundo, el dolor era insoportable. Trato de cerrar los ojos, quizás dormido se sentiría mejor. Pero no podía dormir. Sentía como que algo le faltaba. Los volvió a abrir justo en el momento que una enfermera entro a su habitación. 

-Ho… Hola –tenía la voz muy baja y áspera. La enfermera dio un pequeño brinco.

-Oh, Dios –lo miro- despertaste –dijo sonriente. El apenas pudo responderle la sonrisa- llamare al doctor.

-Espera –ella se detuvo y lo miro confundida- tengo sed y no sé qué hago aquí.

-Tuviste un accidente, un borracho que paso la luz roja –él se acordó de aquel momento y se estremeció- creo que lo has recordado –Christian asintió- bien, te traeré agua. 

La enfermera salió buscando a su doctor. Eran apenas las once de la noche. Había estado en coma por dos días luego de que abría recaído totalmente. Christian se sentía muy confundido aun, recordaba ciertas cosas, pero otras parecían solo un vago sueño. Pero lo que más le estaba molestando era el dolor intenso de cabeza que traía. Él sabía que se encontraba en Connecticut, pero lo que no sabía era si su hermana o sus padres sabrían donde se encontraba. Trago seco. Sus padres. ¿Qué le diría? 

Antes de que pudiera analizar su temor la puerta se abrió dando paso a la enfermera y a un doctor. La enfermera le entrego el agua y el doctor se acerco hasta él sonriente. ¿Pero qué..? Christian frunció el ceño. Nunca antes había estado en un hospital. Bueno, no siendo él el paciente.

-Hola, soy el Dr. Coleman ¿Cómo te sientes? –miro las maquinas y quien sabe que cosas más. Christian tomo apenas de su agua con la ayuda de la enfermera.

-Adolorido –admitió- mi cabeza está por matarme.- este asintió.

-Sí, te la habías golpeado muy fuerte y luego de estar en coma por casi tres días eso es muy normal -¿Tres días en coma? Trago gordo.

-¿En coma? ¿Tanto tiempo? –El doctor asintió- ¿Mis padres lo saben?

-Sí, de hecho les sugerí que vayan a descansar. Tu hermana estaba muy estresada y hasta tuvo un ataque cuando moriste – ¿murió? ¿Qué demonios? Se puso pálido- tranquilo te reanimamos, por eso sigues aquí ¿no?

-Si –susurro- ¿Y qué le paso a mi hermana? -¡Joder! El solo pensar que le pudo haber pasado algo a ___. No. No. La maquina empezó a hacer ruidos más constantes.

-Tranquilízate, está bien –trato de calmarlo el médico- solo fue su corazón, pero ahora está bastante bien. – Christian soltó el aire que había retenido- es mejor que te sede, mañana los veras. Por el momento es mejor que descanses –Christian asintió.

El doctor coloco el sedante en el suero, mientras colocaba algunas anotaciones en una planilla. La enfermera se alejo de él con el vaso. Después de eso, fue todo muy rápido, ya no volvía a sentir su cuerpo. Sus parpados estaban más pesados aún y se fundió en aquel sueño de nuevo. Perdiéndose entre mil y una sensaciones.

Novelas De Christian OrdazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora