Profesor Como Regalo

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Ya no le apetecían tanto las clases con el profesor Ordaz. Antes de las vacaciones de Navidad le quedaban solo cinco oportunidades de verlo, cuatro clases y un examen del que, si aprobabas, no tenías que examinarte en febrero. 

Era el único profesor que les daba la oportunidad de examinarse dos veces, aunque en el examen de diciembre tenías que buscarte tú mismo los apuntes para el tema que se daba en enero. 

Durante las dos semanas desde ese encuentro en el despacho, _______(tn) se había centrado en los estudios. Quería aprobar el examen para no tener que hacerlo en febrero y así estar más tranquila, pero lo cierto es que lo que en realidad quería era quitarse de la cabeza a Christian.

El día que salió corriendo del despacho tuvo que refugiarse en los lavabos para desahogarse. ¿Por qué le había hecho eso a ella? Era como si los dos hubieran querido y, tras esa llamada, él cambiara de idea. ¿No la deseaba?

Ni siquiera pudo correrse a solas. Su cuerpo se enfrió al no tener cerca el calor de Christian, su tacto. Pero lo peor eran los sueños. Desde ese día soñaba todos los días con él, no como antes, ahora sus fantasías eran mucho más intensas, a veces se despertaba esperando encontrarse en su cama a Christian, y se enfurecía cuando no era así.

-Oye _______(tn), ¿ha pasado algo?

-¿Qué quieres decir? - Preguntó bajito. 

-Pues que tal y como miras al profe cualquiera diría que quieres clavarle un cuchillo en el corazón. Parece como si quisieras hacerle arder con tus ojos. - _______(tn) sonrió. 

-¿Y eso no se puede hacer?

-Algo tuvo que pasar en el despacho para que estés así. ¿No me digas que le pediste que te follara?

-¡Nunca le pediría a un hombre como él que me follara! - Exclamó haciendo que todos se giraran hacia ellas, incluido Christian que estaba paseando por la clase mientras explicaba. 

_______(tn) se tapó la boca con las manos para evitar que saliera cualquier otra cosa más. Ahora sí que había interrumpido la clase y miraba de reojo al profesor esperando que se acercara. Sin embargo, Christian se aclaró la garganta y siguió explicando como si no pasara nada. 

-A lo mejor espera al final de clase. - Comentó Jenny a su lado igual de colorada que ella.

-No me importa. Por mi puede hacer lo que le de la gana. - Respondió cruzándose de brazos como una niña pequeña. 

****

Iba a matarla... Si pudiera en ese momento se la echaría al hombro y la llevaría a su casa para azotarla como se merecía por volver a interrumpirle cuando le había dicho que no lo haría. Los últimos días fueron una tortura al tenerla cerca; pero estaba enfadada, muy enfadada con él. Y era para estarlo. Jamás debió tocarla si no iba a poder terminar con ella; lo único que consiguió fue que su deseo por ella creciera más y su enfado consigo mismo rivalizara con éste. 

Jamás se portaba así con ninguna mujer. Les daba lo que querían y se largaba, esa era su vida. Pero con ella... ______(tn) aprendía rápido, era muy sensible y le gustaba las respuestas que le daba su cuerpo. Quería llevarla de un orgasmo a otro, que disfrutara de su cuerpo tanto como él lo hacía. 

Pero era su profesor, y no podía hacer que cuestionaran sus notas en las clases que tomaba con él por esa relación. Cuando ella estuviera licenciada y ya no formara parte del grupo estudiantil... No la dejaría salir de casa en semanas. Ni él saldría. 

En sus relaciones era dominante, no hasta el punto de necesitar a una mujer que fuera su esclava, pero si una que no le cuestionara en la cama; que obedeciera sus órdenes y se mostrara complaciente. _______(tn) no encajaba por ahora en lo que pedía aunque suponía un reto. Uno realmente dulce para él. Porque, al margen de esa obsesión por ella, era algo mucho más fuerte que lo que sentía por otras mujeres. Era suya, de su posesión, y se lo demostraría muy pronto. 

Novelas De Christian OrdazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora