¡Special chapter!

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-Dave tengo miedo, siento que estoy entrando en pánico, quiero correr y alejarme, todo esto es demasiado para mí, no creo poder con tanto, no quiero lastimarte ni que me lastimes y siento que te quiero de forma descomunal.
Las lágrimas caían sobre mi rostro de manera apresurada, mi corazón se sentía desencajado, adolorido y tembloroso, lo imaginaba en un rincón de mi pecho pidiendo ayuda, sin saber que hacer ni como actuar ante la avalancha de sentimientos que arrasaban con todo a su paso.
Me encontraba en su cama, a media noche, con una de sus camisas como pijama, asustada, vulnerable y aterrada. Habíamos pasado una tarde increíble, pero al llegar la noche, después de que se quedara dormido en mi pecho los miedos me encrucijaron, dentro de mí una guerra entre quedarme o huir se desataba y en medio de la confusión las ganas de llorar fueron inevitables.
Verán, tenía miedo ¿Entienden? Suena estúpido, pero le temía a sentirme tan feliz, porque eso significaba que cuándo las cosas fallaran dolería demasiado, para ambos.
Traté de tomar el control, pero era imposible, verlo dormir con tanta calma, sentir el calor de su cuerpo cerca al mío, consentir su cabello con delicadeza, era tanto para mí que sentía que no lo merecía. Intenté retirarme de a pocos, pero lo desperté,  con sus ojos entrecerrados del sueño me preguntó porque aún no dormía, y al notar que lloraba se sentó de golpe.

***

-Day, estoy aquí igual de vulnerable, completamente abierto a ti, también tengo miedo, demasiado pero quiero intentarlo todo contigo, no llores, no soporto verte así, lo que menos deseo es lastimarte, quédate Dios, no voy a permitir que te vayas, porque te veo y sé que sientes lo mismo, sé que me quieres, y yo te quiero aún más. Joder, te quiero.
Enredó mi cabello en sus manos y me besó con desesperación, como si no soportara más la tensión de mi cuerpo a centímetros del suyo, retiró la camisa de un jalón, sus manos palpaban cada pequeño rincón de mi piel con rudeza, como si lo hubiese esperado durante mucho tiempo, mi cuerpo ardía, se sentia caliente, en llamas. Tocaba mi pecho con desesperación y sentir su lengua probándolos fue todo un plus. Me miró fijamente a los ojos, estaban más oscuros de lo normal, su ceño fruncido, viéndome como la mujer más sexy de todo el puto planeta.
"Te deseo más que a nada en el mundo Dayleen".
Estando sobre mí empezó a deslizar su lengua haciendo movimientos circulares en mi piel hasta llegar a mi entrepierna, mis piernas temblaban, las manos se aferraban a la sábana en un intento desesperado de contener la respiración, me tenía atada, en cuerpo y alma.
Tomó un preservativo del tocador, y al ver su erección sentí enloquecer, lo quería para mí, en ese jodido instante. Jamás había estado tan segura de algo como en ese momento.
Sus manos se entrelazaron con las mías, su mirada no se apartaba de mi rostro, le derretia verme tan suya, penetrarme de a pocos con delicadeza y deseo a la vez, yo lo atraía con intensidad hacía mí y gemíamos a la par con el movimiento de sus caderas.
Cómo explicarlo con palabras, tocaba el cielo con las manos, tenerlo dentro de mí, tan caliente y sensible, tan ardiente y mío...
Tomé el control de la situación y me senté sobre él, tomándo su perfecta erección con mis caderas, bailando al ritmo de the neighbourhood, disfrutando de su miembro dentro de mí, dejando de lado cualquier tabú, sumergiéndome en su interior, deshinibida, segura, plena, enamorada y feliz.
-Si te sigues moviendo así no voy a responder Day...
-¿Así? ¿No quieres que me mueva así?
Y mientras lo decía con la voz agitada y grave por el deseo, el movimiento de mis caderas se aceleraba y lo disfrutaba aún más. Él estaba en un éxtasis infinito, y sentí amarlo con locura desenfrenada.
No era cuestión de sexo casual, sino de sonreír como dos tontos en medio de el magnetismo de nuestros cuerpos al chocar y formar un sólo ser, la seguridad de hacer el amor con alguien a quién primero le follaste la mente y el alma, sentir como tu cuerpo quiere saciarse por completo y al mismo tiempo satisfacer los deseos de la persona que quieres.
Me hizo el amor de mil maneras posibles, cómo sólo puedes coger con el puto amor de tu vida.
Mis gemidos se apoderaron de la habitación, sus embestidas estaban llenas de deseo y morbo contenido, y en un ambiente lleno de libido esperó a que llegara al orgasmo, para luego venirse con fuerza y absoluta relajación dentro de mí.
-Te amo Day, eres completamente mía ahora.
-Te amo Dave, lo supe desde que me sonreiste en aquella estación.

La noche se quedó corta, la habitación pequeña, la cocina un campo de batalla entre dos cuerpos que se querían acabar a embestidas, la sala un sitio mágico para sentirlo y probarlo en mi boca, el pasillo un atajo al clímax absoluto...

Me sentí ligera, sin ningún tipo de armadura, y con ganas de comerme el mundo entero a su lado, y si antes no creía en los momentos perfectos, él empezaba a demostrarme que la vida se compone de pequeños fragmentos de ellos.

JODER, TE QUIERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora