Mientras la morena pasaba el maquillaje por sus ojos, su mejor amiga a su lado tomaba un mechón de su propio cabello y lo alisaba. Ambas estaban en el pequeño cuarto de baño, paradas frente al espejo que tenían allí. Música sonaba desde el living, llenando el silencio que ambas mantenían.
—Esto es raro—soltó de repente Victoria, riendo un poco.
Jo enarcó una ceja, y sin comprender, preguntó: — ¿Qué cosa?
—Que no te esté obligando a ir—explicó la menor.
Jo asintió, sonriendo.
—Bueno, es que hoy tengo ganas de salir, y tú siempre tienes ganas, así que…
—Y además, van a ir los chicos—le guiñó un ojo a través del espejo Vic, haciéndola reír un poco.
—Y van a ir los chicos—repitió Janet, continuando con aunque cabello.
Las agujas del reloj parecían pasar demasiado rápido mientras ellas se preparaban para salir. Jo tenía listo que iba a vestir, un vestido enteramente negro con unos tacos aguja del mismo color. El vestido no era demasiado entallado, pero tampoco suelto. Era perfecto, al igual que el corte. Le había agregado unos accesorios como brazaletes y un collar dorado, y estaba lista. Por su parte, Victoria tronaba us dedos pasando su vista de un ajustado vestido rojo con transparencia a sus costados y espalda, o uno suelto azul corte princesa.
—Jooooo…—refunfuñó, pasando una mano por su rostro—, no se cual elegir. Elige por mí.
Su amiga la miró sorprendida.
—No soportas que otros te digan que vestir—le recordó.
Victoria rodó sus ojos.
—Pero es que tú eres mi mejor amiga, tonta.
Jo frunció sus labios y pasó un dedo por debajo de sus ojos, secando sus lágrimas imaginarias.
Ambas rieron y se acercaron al pie de la cama de la morena.
—Mmm… el azul es lindo… Pero definitivamente el rojo, es más… tú, vamos—rio.
Con una sonrisa juguetona, ella dijo mientras lo tomaba: — ¿Sexy y atrevida?
—Por supuesto, chiquita—le guiño el ojo Jo, siguiéndole el juego.
Victoria echó su cabeza hacia atrás, soltando una carcajada.
Quince minutos después, ambas ya estaban completamente listas. Maquilladas, vestidas, peinadas y calzadas. Janet dejó su cabello suelto, mientras que Victoria lo ato en una alta y firme cola de caballo.
Estaban ambas sentadas en el sofá rojo que tenían en la sala, la mayor concentrada en su teléfono, y la otra en el televisor. Un leve zumbido se escuchó, y Victoria dirigió su atención al teléfono de su amiga.
—Es un mensaje de Ashton, dice que ya están allá—le dijo, poniéndose de pie.
— ¿No íbamos a ir con ellos?—frunció su ceño la muchacha aún sentada, a lo que Jo negó—. Estúpidos—los maldijo, antes de ponerse de pie ella también.
La noche era favorablemente cálida, así que Janet no escogió abrigo, pero su amiga recogió su chaqueta de cuero negra del sofá.
—Nunca vas a dejarla, ¿verdad?
— ¿Cómo podría? Es el amor de mi vida—le dijo, vistiéndosela y besando su brazo, causando que la muchacha volviera a reír.
—Ya, vamos—habló Jo, en lanzando sus brazos.
