④ CAPITULO ♞

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Kihyun se detuvo inseguro fuera del callejón de la entrada de Dungeon Dreams. Tomó una profunda respiración y retiró el cabello de sus ojos. Ese era su primer trabajo. La primera asignación para el 'esclavo k'. Usando esa entrada tenía acceso a las mazmorras sin tener que atravesar el área de recepción que estaba al frente de la calle. Los clientes solían usar también esta entrada, la puerta estaba situada discretamente detrás de una reja.

—Siete, uno, siete, nueve, —se dijo a sí mismo mientras presionaba el código que uno de los dos asistentes de Jooheon le había dado. El cerrojo se abrió y él empujó la puerta abriéndola. El sótano contenía seis mazmorras, tres a cada lado de un ancho y corto pasillo. La puerta de la segunda mazmorra de la izquierda estaba entreabierta. Vio el número 2 pintado en brillante rojo en una pequeña placa al frente de la puerta.

Sintiéndose como un hombre a punto de echarse un alto clavado en aguas turbulentas, empujó ligeramente la puerta y entró al cuarto. En una esquina estaban dos hombres sentados uno frente al otro. Kihyun reconoció a Changkyun. El otro, presumía que era su primer cliente.

Ambos se giraron hacia Kihyun cuando entró al cuarto. El hombre se quedó dónde estaba, sus ojos recorriéndole la punta de sus dedos formando una carpa sobre su mentón. Changkyun se puso de pie y se dirigió hacia Kihyun.

—'esclavo k', este es el 'Amo R'. Él se quedó impresionado con tu catálogo y anhela conocerte. Él conoce tu palabra segura, pero dudo que sea necesaria, es un cliente habitual de la casa y conoce las reglas. Sabe que es tu primera vez.

El hombre al que se había referido como el 'Amo R' se puso de pie, o más bien desdobló su larguirucho cuerpo de la silla y le ofreció la mano. Kihyun se adelantó y la estrechó. Aunque Kihyun media uno ochenta y tres, el hombre era más alto. Usaba unos pantalones de piel que moldeaban sus delgadas piernas, y una codpiece también de piel que se ajustaba en su entrepierna. Usaba un chaleco de piel sobre una camisa blanca de manga larga. Parecía estar a la mitad de sus cuarenta, con el cabello rojizo y la piel pálida salpicada de pecas, nariz larga y torcida, pequeños y hundidos ojos azules. Definitivamente, no era el tipo de hombre que a Kihyun le pareciera atractivo. No es que eso importara. Esto era negocio.

—Tómense un momento para conocerse, —Changkyun dijo animadamente—. Si ambos están de acuerdo, presionen el cronómetro para que la hora comience. —Changkyun señaló hacia el cronometro montado en la pared, muy parecido a los que se encuentran en los salones de las camas de bronceado—. Si no se ajustan, le encontraremos alguien más adecuado, 'Amo R'.

—Gracias, Changkyun, pero este debe de estar bien. —El 'Amo R' habló entre dientes, sonriéndole a Kihyun. Su voz era grave y fuerte, con acento del medio oeste. Señaló hacia las sillas. Kihyun cruzó frente a él, no estaba seguro de que esperar. Él sabía que se le permitía rehusarse a servir a un cliente. No veía nada objetable en el hombre. En cierta manera estaba aliviado, a diferencia de con Jooheon, él no sentía ni una ligera química entre ellos, a pesar de la intensa mirada del alto hombre.

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