12 CAPITULO ♞

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-¿Qué es ese ruido? —Shownu inclinó la cabeza. Era difícil de distinguir sobre el ruido de los chorros del agua en el Jacuzzi. —¿Qué ruido? —Kihyun se enderezó y escuchó. Le tomó un segundo localizar el sonido del 'beep'. Ni siquiera se había dado cuenta de que había llevado el localizador con él. Debió de no haberlo sacado del bolsillo de sus pantalones cuando dejó su departamento el sábado en la mañana. Ahora era domingo en la noche y él ni siquiera se había vestido desde entonces—. Oh, ese es mi localizador, —dijo finalmente, sintiéndose extraño frente a su nuevo amante.

—¿Tú localizador?

—Sí. Del Dungeon Dreams. Ellos me localizan cuando hay un posible cliente.

—Oh. —Shownu se quedó en silencio un momento—. ¿Por qué un localizador? ¿Por qué no solo te llaman al teléfono celular?

—Privacidad de empleado, o así es como me lo explicaron. De esa manera, depende de ti si quieres que el número de teléfono del Dungeon Dreams aparezca en el recibo de tu teléfono. Además, si no quieres atender el localizador, no tienes que hacerlo. Ellos esperan unos minutos y después llaman al siguiente chico. Aunque yo siempre lo atiendo. Al menos hasta ahora.

—Afortunado de mí, —dijo Shownu con una pequeña sonrisa.

—Sí. De nosotros. —Después de algunos minutos el localizador se apagó—. Mierda.

—De cualquier manera, debemos de salir de la bañera. Si no, nos convertiremos en langostas hervidas. Salieron y Kihyun se arrodilló impulsivamente en el tapete del cuarto de baño frente a Shownu, y usó su propia toalla para secarle las piernas y los pies. Ellos no habían hecho otra cosa que el amor, dormir y comer durante todo el fin de semana. Cada vez que habían hecho el amor, Shownu se había vuelto un poco más dominante, asegurando un sensual control que dejó a Kihyun débil de deseo.

Sabía que finalmente tendría que dejar la casa de Shownu y regresar a su apartamento, a escribir, y a revisar los ensayos de inglés de los alumnos de primer año, que tenía que calificar para su clase del martes por la noche. Seguramente Shownu también tendría cosas que hacer. Ese tiempo mágico no podía durar para siempre. Shownu se inclinó y besó la cima de la húmeda cabeza de Kihyun. —Ve a ver qué es lo que quieren, —le dijo suavemente.

Kihyun entró a la habitación, tomó sus jeans y buscó en el bolsillo el localizador. Vio que tenía tres mensajes perdidos. «Oh bien». El último mensaje decía: «Lord Peter quiere un dúo con Roger. Promete cien dólares extras a cada uno. Llama si estás interesado. Esta noche a las ocho» Roger era otro sumiso de alquiler, un alto y extremadamente hermoso hombre negro, Kihyun lo había visto, pero realmente nunca había hablado con él. Había oído hablar de los 'dúos': Un cliente solicita a dos sumisos al mismo tiempo. Como Kihyun nunca había participado en uno, no estaba muy seguro de cómo se sentiría con eso, aunque el pensar en varios cientos de dólares por una hora de trabajo, como siempre, era tentador. Miró el reloj. Eran las cinco. Si quería el trabajo, necesitaba regresar a Queen pronto. Se sentía extraño, ahora que Shownu y él eran amantes, dejarlo para ir a someterse a alguien más, sin importar las falsas circunstancias. Sin embargo, sabía que era presuntuoso incluso pensar en sí mismo como el amante o el sumiso de Shownu. Todo lo que ellos habían tenido, había sido un increíble fin de semana de intenso sexo y un poco de juegos D/s.

Se giró para ver a Shownu mirándolo. Se veía tan bien con la toalla alrededor de sus caderas, su cabeza ligeramente inclinada, pensativo. —Bien, ¿qué es lo que quieren? ¿Tienes que irte?

—Tengo un trabajo, si lo quiero. Esta noche a las ocho.

—Entonces mejor te mueves. Te llevaré de regreso tan pronto estés listo.

Así que eso era todo. Kihyun se dio cuenta de que él, medio esperaba que Shownu se mostrara celoso y le exigiera que dejara el trabajo de inmediato y se mudara a ser amante sumiso y su obediente esclavo sexual. Kihyun sabía que eso no era justo. De hecho, si Shownu hubiera dicho tal cosa, Kihyun sabía que él probablemente se hubiera negado. Ellos solo habían tenido una cita, por el amor de Dios, aunque admitía que la cita consistió en dos días de sexo casi sin parar. Siguió la guía de Shownu, tomó su ropa y se preparó. Satchel llegó con él, frotando la nariz en su pierna y se inclinó para rascar al perro detrás de las orejas. Satchel inclinó la cabeza hacia él, dirigiéndole una mirada de pura adoración que causó que Kihyun se riera. 

—Tiene buen gusto, —dijo Shownu.

—¿Sí? —Shownu se puso de pie detrás de él y colocó sus brazos alrededor de su cintura. Esperó. Si Shownu decía algo, cualquier cosa que tuviera algún ligero tinte de que no quería que fuera a El Dungeon, no iría.

Pero todo lo que Shownu dijo fue: —Mejor nos vamos. Nunca se sabe cómo estará el tráfico en la ciudad.

SUMISO POR ALQUILERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora