La Gravedad Entre Nosotras (Jerrie Thirlwards)

Capitulo 2: No, Mama

Jade me recoge al mediodía del domingo. Tenemos planes para jugar al billar en Eights, con nuestros amigos, Niall y Leigh-Anne, pero elijo perder el tiempo dando vueltas sin rumbo durante un rato. Es agradable conducir por los alrededores en Octubre; los árboles tienen deliciosos tonos de naranja y carmesí. Jade dice que extraña el verdadero follaje ya que prácticamente todo lo que tienen en LA son palmeras. No lo sabría. No he tenido tiempo para visitarla allí, lo cual es raro cuando piensas en lo flexible que es mi horario comparado con el de ella. Nunca es un buen momento para mí para visitarla cuando ella está en Los Angeles durante un periodo prolongado. Ella está siempre en medio de proyectos cuando estoy saturada de trabajos o estudiando para una tonelada de exámenes. "Trabajas demasiado duro," me dice siempre. Por lo general replico con comentarios ingeniosos sobre la sartén le dijo al cazo.

-¿Por qué te quedas en el hotel Marriot cada vez que vuelves a casa? -Reflexiono distraídamente. Podrías quedarte en casa de tus padres.

-Me gusta tener mi propio espacio. -Ella arruga la nariz en la canción de su iPod y rápidamente salta a la siguiente. Su cabeza comienza a balancearse al tiempo con los ritmos pesados y chirridos disonantes a través del sistema de sonido. Es una distracción, una sutil indicación de que no está interesada en tener esta conversación. Menuda mierda.

-No te gusta tener que ver a tu mamá.

-En caso de que no lo hayas notado, mi madre ha sido una especie de pesadilla desde que la despidí como mi manager. Es decir, hace ya un año. Ella nunca va a perdonarme que no le permitiera dejarla micro-administrar mi vida y decirme qué papeles me estaba o no me estaba permitido aceptar.

-Jade, ¿alguna vez te has detenido a pensar que tal vez es difícil para ella? Has tenido tanto éxito con tanta rapidez... quizás siente que de alguna manera la apartaste para conseguirlo.

-Tuve que apartarla para llegar a donde estoy, Perrie. Ella no quería dejarme crecer. ¡Si fuera por ella, todavía estaría en el maldito canal de Disney! Eso ya no era lo suficientemente bueno para mí. Quería ser una actriz seria.

-Ponte en sus zapatos. ¿Puedes imaginar su vida siendo parada por la calle por gente al azar, nadie molestándose en preguntarle cómo está ella y yendo directamente a preguntar, 'Oh, Dios mío, ¿como está su hija increíblemente talentosa ? Y lo peor es que ,a lo mejor, ni siquiera sabe la respuesta a esta pregunta

-No, ella no lo sabe. Pero es que siempre que la llamo, no para de analizar todo lo que hago o lo que soy y de decirme qué debiera hacer, cómo debiera enfocar mi vida... A decir verdad, ni siquiera puedo recordar la última vez que la llamé. -Ella gime-. Está bien, lo entiendo. Soy la peor hija. Gracias por señalarlo. - Puedo ver la culpa en su rostro. Sabe que no importa cuantas mansiones o conjuntos de Mercedes de color rojo le compre a sus padres. Todos los juguetes brillantes no pueden compensar el abandono.

-No eres la peor hija, pero cuando tus amigos nos encontraos con tu madre en Quick Check y ella nos pregunta cómo estás, yo diría que es el momento de prestar a tus padres un poco de atención. - Ella frunce el ceño.

-Tienes razón.

-¿Saben que estás aquí?

-No

-¿Por qué no pasamos? -Ella frunce los labios.

-Puedo aguantar una corta visita.

-Estupendo. No he visto a tu papá en mucho tiempo.

El Sr. Thirlwall es muy agradable. Solía jugar al fútbol en la UNC y me enseñó cómo hacer una entrada deslizante, o una chilena. Creo que le hizo feliz enseñarme cosas por el estilo. Al igual que yo,  Jade no tiene hermanos. A diferencia de mí, ella nunca estuvo muy interesada en los deportes. Una vez el Sr. Thirlwall me dijo que yo era lo más parecido a tener un hijo. Fue algo agradable, ya que él era lo más parecido que había tenido a un padre — aparte de mi abuelo, por supuesto.