Capitulo 15: ¿Por que no?

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Maratón 1/4

Abro la puerta del coche para Ariana. Una mirada de asombro deforma sus rasgos. Un pequeña, tímida risita se desliza a través de mis labios.

-¿Qué?

-Nada. Es simplemente que no recuerdo la última vez que alguien me abrió una puerta — alguien a quién no le tengo que pagar, es decir.

-Intento cuidar mis modales -le contesto. Cuelgo el portatrajes en el gancho en el asiento trasero y luego me deslizo hacia la parte delantera.

-Sabes, ese vestido es casi tan hermoso como tú -dice. Mis mejillas al instante arden. Las siento enrojecer con calor y tengo que morder mi labio inferior para no llamarla loca. Ella parece notar el rubor-. Realmente no sabes lo bonita que eres, ¿verdad? -Antes de que pueda detenerme, Pongo los ojos en blanco.

-Realmente no soy.

-Wow, educada y modesta. No sabía que aun hacían gente como tú.

- Tú también eres educada.

-¿Pero no soy modesta? -pregunta en broma.

-No estoy segura todavía -bromeo en respuesta. En algún lugar dentro de mí, una corriente de coraje surge. No estoy lista para que esta salida llegue a su fin. Si voy a hacer todo esto de las citas, entonces voy a arriesgarme completamente-. Si no tienes otros planes, me gustaría llevarte a comer. -Contengo la respiración esperando su respuesta.

-Me encantaría -responde con una sonrisa de satisfacción.

Ella elige un restaurante en Santa Mónica llamado Killian's Kitchen. Tiene un ambiente hogareño, pequeño y tranquilo. Para ser honesta, estoy sorprendida por la falta de atención que ella obtuvo a lo largo del día. Esperaba que tuviera un montón de fans gritando siguiendola de cerca como le pasa a Jade siempre, pero Ariana es detenida sólo por unas pocas personas. Me alegro de que su presencia no desate el frenesí en cada persona que conoce; nos da la oportunidad de hablar en serio.

Durante el almuerzo, le cuento todo sobre crecer en Nueva Jersey y cómo mi abuelo me dio clases de piano dos veces por semana hasta la semana en que murió. Ella me cuenta todo acerca de cómo toda su familia empacó y se trasladó a California desde Kentucky cuando tenía diez años para que pudiera ir a las audiciones sin tener que viajar constantemente.

-Mis padres eran tan geniales sobre esto -dice-. Tanto mi mamá como mi papá eran profesores de la Universidad de Louisville en ese entonces. Mi madre consiguió un trabajo en la UCLA, mi padre obtuvo uno en USC y zas. Así de fácil, nos mudamos. Mi hermano mayor odiaba la idea en un principio. Recientemente había comenzado la escuela secundaria, haciendo nuevos amigos y todo eso.

-Pero lo superó cuando vio a todas las chicas pavoneándose alrededor de la ciudad semidesnudas, ¿verdad? -bromeo.

-Sí, básicamente.

-Parece que estás muy cercana a tu familia.

-Lo estoy. Cuando compré mi propia casa, mi madre insistió en que estuviera en el mismo vecindario. Así que, por supuesto, ahora vivo al otro lado de la calle de mis padres. -me río.

-Lo entiendo. Pensé que mi madre iba a tener un ataque de histeria cuando le dije que me estaba mudando aquí.

-¿Y lo tuvo?

-No exactamente. Ella estaba mayormente preocupada de que lo estuviera haciendo por las razones correctas. Ya sabes, con fines educativos. Entonces, ¿cuál es tu próximo proyecto y cuándo lo estás iniciando?

La Gravedad Entre Nosotras (Jerrie Thirlwards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora