Capitulo 9: "Melody for a broken heart"

1K 78 5
                                    

Perrie

Jade no me llama durante tres días. Es Jueves por la tarde, Acción de Gracias, y ella estará saltando en un vuelo nocturno de regreso a Los Ángeles antes de que salga el sol mañana. Supongo que es bueno que yo haya estado ocupada ayudando a mi mamá a preparar la cena todo el día. Probablemente estaría volviéndome loca si tuviera un tic-tac de tiempo de inactividad. Mamá tiene esta idea en la cabeza de que tiene que enseñarme absolutamente hasta la última receta que ha hecho antes de que me vaya, o de lo contrario moriré de hambre en Los Ángeles. Por el momento, no estoy segura de si al final me voy a mudar allí siquiera

-Mamá, esto es asqueroso. - Mis manos están cubiertas de relleno de pavo. La consistencia pegajosa y húmeda me está haciendo temblar-. No voy a pasar hambre porque no sepa cómo rellenar aves de corral. -Me mira como si mis palabras la hubieran herido.

-¿Dejaste que tu abuelo te enseñara todo lo que sabía sobre la música, pero no puedes dejarme hacer lo mismo con la comida?

-Me encanta la música. Y soy buena en eso. Nunca he sido buena cocinando. Es por eso que siempre te he estado encantada de que prepararas la comida tú.

-Es una cosa útil saberlo. ¿No te gustaría impresionar a una futura novia con tus habilidades culinarias?

-¿Por qué querría hacer eso si puedo darle serenata? ¡Estaría comiendo en mis manos! -Finjo una risa maníaca siniestra.

-Eres tan arrogante a veces -dice con una sonrisa-. Tanto como el abuelo.

-Eso es algo bueno, ¿verdad?

-Por supuesto que lo es. Si alguien tenía una oportunidad de hacer música, era él. Tú tienes su tenacidad. -Sonrío con eso. Ser comparada con mi abuelo es probablemente el mayor elogio que me podría hacer. Estoy a punto de lanzarme en un gran discurso sobre su genialidad y lo mucho que lo echo de menos cuando suena el timbre. Mi tía, tío, y primos se unirán a nosotros para la cena.

-Yo atiendo -digo y me limpio la sustancia viscosa de mis manos con un trapo de cocina. Me sorprendo al instante de abrir la puerta. Jade está apoyada en la barandilla. Ella está con un par de pantalones de yoga y una de mis cómodas sudaderas de gran tamaño pareciendo que no ha dormido en días. Es un marcado contraste desde la última vez que estuvo aquí y me encuentro inmediatamente preocupada por su salud.

-Hola -dice, con voz baja.

-Hola.

No sé qué decirle. Estoy un poco enojada porque me ha estado evitando. No se ha molestado en llamarme por días, ni siquiera se ha tomado la molestia de responder a mis mensajes. Aquí estoy, planificando el movimiento más importante de mi vida, ¿y estamos totalmente incomunicadas? ¿No fue esta su brillante idea en primer lugar?

-¿Estas enferma?

-No. -Se separa de la barandilla y se acerca a mí.

-¿Estás segura? Incluso a las estrellas de cine se les permite tener resfriados de vez en cuando.

-Lo sé. No tengo un resfriado. -Cruzo los brazos.

-¿Entonces dónde demonios has estado? -Suena grosero ¿Qué soy, su mamá? ¿Qué maldito derecho tengo para estar enojada con ella? Ella es una persona ocupada. Tiene una vida que es mucho más grande que la mía, mucho más grande que yo. Sería estúpido pensar lo contrario.

-Lo siento -dice delicadamente-. He tenido muchas cosas en la cabeza últimamente.

-¿Algo en lo que pueda ayudar?

La Gravedad Entre Nosotras (Jerrie Thirlwards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora