La Gravedad Entre Nosotras (Jerrie Thirlwards)

Epilogo

Jade

-¡Santo Dios del cielo! ¿Por qué no me advertiste que Atlanta iba a ser más caluroso que el infierno? -Perrie se queja mientras deja caer su bolsa de lona en el suelo de la habitación de hotel. Me río, le doy una botella de agua helada, y le doy un beso adecuado en los labios.

Ella me da una mirada maliciosa y me arrastra a la cama. Le golpeo sus manos mientras me hace cosquillas.

-Escucha, sabihonda -dice-. Me pasé cuatro horas y media en un avión para venir a visitarte en el set y tal vez echarte un vistazo en cota de malla. Quiero ver ese traje tan sexi que luces en la película. Será mejor que seas amable conmigo, o me voy a casa.

-No puedes irte a casa -Finjo un ceño fruncido-. ¡Es mi cumpleaños mañana! Además, ¿no es esta la primera vez que tienes dos días libres seguidos desde que empezaste tu nuevo trabajo?

-Oh, hombre -Bosteza-. No tenía idea de que el trabajo de asistente del compositor sería tan intenso. Y para empezar, el compositor principal es un lío neurótico. Pero al menos he estado manteniéndome ocupada. Estoy casi segura que The Relishing va a tener una banda sonora genial. Incluso podría hacer que esta película merezca la pena verla. -Le golpeo ligeramente su brazo.

-¿Qué? Ariana y yo no somos suficientes para hacer que valga la pena verla?

-Por supuesto que ustedes dos son suficientes, sobre todo tú, cosa preciosa.

-Esa fue una muy buena respuesta. -Le beso la nariz. Se levanta de la cama, estira sus brazos.

-Voy a saltar a la ducha. Y después, ¿qué te parece si tomamos una agradable y larga siesta?

-Estoy más que dispuesta para una siesta antes de la cena -le digo mientras ella desaparece en el baño.

-Ah, olvidé decirte -asoma la cabeza en la habitación de nuevo-. Hice una reserva para las 8:30 en ese lugar que querías probar, Sundial

-¡Aww, nena! Eres tan buena para mí.

Las ocho en punto, y todavía estoy varada en frente del espejo del baño tratando de terminar mi maquillaje. El reflejo de Perrie aparece en el cristal. Ella cruza los brazos sobre su pecho, se apoya en el marco de la puerta, y procede a escrutar cada uno de mis movimientos.

-Sabes, para ser una estrella de cine eres ridículamente típica -dice con una sonrisa en su cara-. Arreglándote a la perfección, trastornando todo nuestro horario...

-Oh, Dios mío, no es mi culpa no ser tan intrínsecamente hermosa como tú. -Se escabulle detrás de mí, serpentea sus brazos alrededor de mi cintura y apoya la barbilla en mi hombro.

-Oh por favor. Eres impresionante, y lo sabes. En serio. Estamos llegando tarde.

-Ariana ya se encuentra en el vestíbulo. Me envió un mensaje de que nuestro coche está aquí. Los que también se encuentran en el exterior del hotel son los paparazzi.

-Por cierto, no tenía ni idea de que hubiera paparazzi en Georgia -balbucea.

-LLevas ocho meses saliendo conmigo, y ¿aún no has aprendido que hay paparazzi en todas partes?

-Supongo que no. Pero llevó mi chaleco atractivo por si acaso. -Ella se sube el cuello y hace un pequeño bailoteo-. No importa cuán desesperadamente quieran capturar una foto de 'la pareja más caliente de MusicTube' si nunca salimos de esta habitación, no obstante. Por lo tanto, una estrategia brillante — adoro tu forma de pensar.