La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)

Hugo del pasado

Apenas amaneció, el príncipe de Albuquerque emprendió el vuelo hasta Encantia.

~¿Puedo ayudarle? Habló Balleywick con refinamiento.

~Quisiera ver a la princesa Sofia, hay algo importante de lo que me gustaría hablarle.

~¡La princesa Sofia no quiere verlo! Gritó Cédric al otro lado del corredor.

Balleywick se giró hacia él intentando hacer que se fuera, pero el hechicero insistía en enfrentar al joven.

~Me gustaría que ella me lo dijera. Contestó con confianza.

Cédric se acercó con pasos seguros e intento intimidarlo poniendo su varita en su cuello, pero ni siquiera esto amedrentó al príncipe.

~Solo inténtalo y te irá muy mal.

~¡Cédric!, ¡Alto! Gritó Sofía corriendo hasta ellos.

~No puedes defender a la persona que te hizo llorar por una semana.

Hugo se extraño al escuchar esto, pero se mantuvo firme.

~¡Eso no tiene nada que ver!, No puedes lastimar a una persona solo porque lo crees necesario.

Cédric apartó su varita de él y Sofía se llevó a Hugo lejos del alcance del hechicero.

~Solamente te defendí porque Cédric no merece condenarse por ti.

~Lo tenía controlado, no necesito que una princesa me salve. Contestó con altanería.

~Si no me necesitas ¿Qué haces aquí?

~Quiero enfrentarte, lo que pasó la otra noche solo me dejó en ridículo.

~Te lo mereces por portarte como un patán frente a todos. ¿Crees que eres el centro del universo?, No eres tan indispensable.

Hugo la miró con molestia y Sofía intentó sostenerle la mirada.

Al notar que la princesa no se intimidaba, el príncipe solo pudo comenzar a reírse.

~Mi nuevo pasatiempo será hacerte enojar, no sé por qué esto me causa tanto placer.

~Si solamente viniste a burlarte de mi debo pedirte que te marches. Contestó con firmeza.

~No antes de que me digas ¿Por qué me golpeaste?

~¿Y todavía lo preguntas?. Dime ¿Por qué no serías novio de alguien como yo? Gritó con tristeza.

~Porque... ¡No!

Cédric observaba la pelea a través de la ventana de su torre. Al notar la molestia de ambos jóvenes, un de placer recorrió su cuerpo y en seguida se dispuso a dar media vuelta para seguir con sus asuntos, sin embargo, cuando estaba a punto de hacerlo vió algo que lo dejo estupefacto.

~¡Vaya! Que explícito eres. Contestó Sofía con molestia.

Hugo se acercó a ella con el ceño fruncido y la princesa se quedó mirándolo fijamente a lo ojos.

~Eres desprecia... Ni siquiera pudo terminar de hablar pues el príncipe dió un paso más para tomar sus mejillas y besarla apasionadamente.

Cuando se separó de ella bajó la mirada para susurrar algo que Sofía jamás olvidaría.

~No puedes ser mi novia, porque eres demasiado buena para mí.