Anya y Cedric

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Sofía y Hugo volvieron al castillo.
Tal vez era apresurado, pero dar la noticia a sus hijos sobre el nuevo bebé los llenaba de emoción.

Aunque la duquesa todavía se encontrará triste por el señor Cedric, había intentado desplegar una sonrisa.

Sus hijos se encontraban hablando cuando entraron a la habitación.

Anya inmediatamente se asustó e intento esconder la cara, mientras Ernest disimuló su tristeza.

~¿Pasa algo? Alzó la voz Hugo.

~Nada papá, ¿Cómo les fue hoy? Supe que visitaron al hechicero. Comentó Ernest anticipándose a la asustada princesita.

~¿Visitaron al señor Cedric? ¿Por qué no me lo dijeron?, Intervino Anya.

~No queríamos preocuparte querida, él y tú no deben llevarse bien. Contestó Sofía.

~¡Yo realmente quiero verlo! ¿Dónde se encuentra?

~En un poblado cerca del reino de Galdiz. Admitió Hugo.

Sofía lo miró con reproche y el duque subió los hombros.

~Pero no debes ir... El señor Cedric se encuentra mal de salud. Repitió Sofía.

Anya fingió estar de acuerdo, pero no era así, vería al hechicero así le costará la vida.

~Niños, les tenemos una noticia... ¡Tendremos un bebé!, Exclamó Sofía con emoción.

Anya dió un paso hacia atrás y enseguida notó la tristeza de Ernest.

~Nunca lo imaginé... ¡Felicidades!

~Felicidades mamá, este bebé solo traerá felicidad a la familia. Dijo Ernest fingiendo una sonrisa.

~¿Pasa algo Anya? Intervino Hugo.

~No es nada papá...

~Si creen que por la llegada de este bebé dejaremos de quererlos ¡Están muy equivocados!, Contestó Sofía mirando a Ernest.

~Siempre serás la niña de mis ojos. Recalcó Hugo.

Anya se sintió muy incómoda por esa aclaración, pues Ernest tenía razón, su padre le tenía mayor favoritismo. Pero no por ser su hija, sino por ser la única niña de su familia.

~Necesito descansar, mañana tengo práctica de Derby. Titubeo notando la cara de preocupación de sus padres.

Cuando Ernest y Anya se quedaron solos, la niña se abalanzó a él para darle un abrazo.

~ Tú siempre serás mi hermano ¡No lo dudes ni un momento! Y estoy segura de que mis padres piensan igual.

~¿Crees que no debería irme?

~Creo que deberías quedarte. Sonrió limpiando sus lágrimas.

~Aun así me gustaría saber quién fue mi familia, ¿Por qué me abandonaron?

~Yo creo que deberías enfocarte en el ahora, ¿Y si te enteras de algo triste?

~Probablemente me amaban y tuvieron que dejarme por malas circunstancias, quiero creer que en algún lugar, tengo a alguien que me extraña o que se pregunta ¿Qué ocurrió conmigo?

~Me gustaría ayudarte, lamentablemente no tenemos mucha información.

Ernest bajó la mirada y Anya sonrió con melancolía.

~ No te preocupes Anya, algún día sabré que pasó con ellos, por el momento guardemos ésto como un secreto, quiero que nuestra madre piense que todo está bien, me dolería verla triste, además, ¡tendremos un hermanito! Habló notando como la mirada de la princesita se iluminaba.

~¡Es verdad! Podremos jugar con él, sé qué será hermoso.

~ Iré a dormir y te agradezco mucho que me hayas escuchado.

Apenas salió de la habitación, Anya salto del balcón para montar a su caballo volador. La visita al señor Cedric era importante para ella, a pesar de no llevarse bien con él, le agradecía haber podido vivir al lado de su padre.

El pueblo de Galdiz se encontraba totalmente oscuro. El lugar era tan pobre que no había ni una sola vela encendida.

La princesa caminó con temor por los oscuros callejones hasta encontrarse con una puerta gris llena de madera carcomida.

~Señor Cedric... Gritó mientras tocaba a la puerta.

El hombre no contestaba a su llamado, así que la niña comenzó a impacientarse.

La princesa vió la ventana un poco abierta y decidió entrar en la casa. Aunque sabia que estaba siendo maleducada, no soportaba la idea de quedarse sola en la calle.

~Señor Cedric... Volvió a decir, mientras recorría la casa.

Al llegar frente a la puerta de la habitación, sus manos comenzaron a temblar. Al girar la perilla, encontró al hombre tirado en el suelo, a su lado permanecía un tónico capaz de hacerlo fallecer.

~¡Señor Cedric! ¡Reaccione!, Gritó agitandolo.

~¿Sofia? Pronunció con voz débil.

~Soy Anya... Debe reaccionar.

~Perdóname... Yo mismo elegí este camino, es mejor si yo muero...

~¡No puede morir! ¿Sabe lo que le pasará a mi madre si eso pasa?

~Ella estará mejor sin mi, tendrá a su bebé y será feliz, en cambio yo sufriré cada momento, no tener a una persona amada es como morir en vida.

~Mi mamá lo ama mucho, quizás no de la forma en la que usted lo hace. Pero es una persona especial para ella ¡Por favor sobreviva!, Mi madre no soportaría si usted muere.

~Perdóname por hacerte tanto daño, por alejarte de tu madre y por intentar matarte...

~¡Pero no lo hizo! Siempre hubo bondad en su corazón.

El hombre cerró los ojos y su cuerpo adoptó un frío de muerte.

~¡Ayuda!, Gritó la niña, mientras corría por las oscuras calles.

Los vecinos comenzaron a salir de sus casas y la pequeña les informo lo ocurrido.

~Yo soy doctor. Habló uno de ellos.

El hombre intentó tomar el pulso de Cedric, pero este era nulo.

~Me temo que ha muerto...

~¡Aún no! Gritó una joven de mechones blancos. ~Soy su sobrina...Todos estos días tuve un mal presentimiento sobre mi tío y pese a la negación de mi marido, vine a verlo.

~ Tomó un tónico... Informó Anya.

~Aun puede ser revertido. Calista apunto su pecho y comenzó a recitar el hechizo ~"Gran magia, vuelve el tiempo atrás y regresa la vida al que ya se ha ido".

El pecho del hechicero comenzó a subir y bajar, cada vez con más fuerza hasta que su respiración volvió a la normalidad.

La joven suspiró con tranquilidad y el hombre comenzó a divagar.

~¿Dónde está Sofía? Ella tomó mi mano y me dijo que todo estaría bien.

~Tío Cedie... ¿Cuánto tiempo sin verte?, soy tu sobrina Calista, gracias a Anya pude salvarte.

~Mi niña... Creí que no te volvería a ver, ¡aún así quiero morir!, mi vida ya no tiene sentido.

~Te veré las veces que quiera, nadie es dueño de mi vida. Sonrió acariciando su rostro.

Una lágrima comenzó a salir del rostro del hombre y una sombra apareció frente a ellos.

La hija de mi verdadero amor (Sofia Y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora