Capítulo 31

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>Día 7<

-Maletas, maletas y más maletas...- Bufaba Acuario al acomodar sus cosas dentro de una. -No se como puedes andar por la vida con tantas maletas- Se paró a observar como Leo, quien estaba sentado en la cama sobre una, la cerraba por la fuerza.

-Pues...- Se relajó tras el esfuerzo. -No lo sé- Se encogió de hombros distraído.

-¡¡¡LEEEOOOO!!!- Un atronador grito por parte de Aries fue audible en seguramente toda la cuadra. La chica, en estos momentos hecha una furia subía los peldaños de la escalera a paso firme, retumbando en toda la casa.

-Ay no...- El chico se sobresaltó mirando al acuariano con expresión abrumada. -¡Me va a matar!- Masculló aterrado saltando de la cama a buscar dentro de una mochila.

-¿Qué hiciste ahora Leo?- El moreno, cruzándose de brazos, alzaba una ceja con tono desaprobatorio.

-Eso no importa- Al no alcanzar su objetivo, vació el contenido de la mochila sobre la cama. -Solo... ¡Ayúdame a buscar!- Revolvía los objetos sobre la colcha sin encontrar nada.

-Bien bien, calma- Acuario abrió una maleta del rubio quedándose en blanco. -Y... ¿qué se supone que estamos buscando?- Se volvió hacia el chico, quien se rindió con la mochila y comenzó a sacar cosas fuera del armario.

-Es una botella de aluminio rosa- Tomó muchas prendas entre sus brazos poniéndolas sobre la cama.

-¡¡LEEEOOO!!- La chica, irradiando cólera, posó sus manos intimidante en el marco de la puerta.

-¡A-Aries!- Un escalofrío le recorrió el cuerpo al felino, quien al zambullirse dentro del closet, seguía buscando.

-¡Ven acá maldito delincuente!- La ojiazul se acercaba a las puertas del armario abriéndolas de par en par. -¡No te escondas marica!- Jalaba de su camisa obligándolo a salir.

-¡Ten ten ten!, ¡no me mates por favor!- El rubio al fin encontró el envase, tendiéndoselo con manos temblorosas a la chica.

-¡Dame eso!- Esta se lo arrebató de las manos, sosteniéndolo como si fuera su propio hijo. -Ayy...- Suspiró aliviada abrazándose a la botella.

-Y-ya lo tienes, ¿feliz?- Leo se tropezaba con las cosas regadas en el suelo al salir del closet.

-Una... ¿crema para el cabello?- Acuario seguía sin entender que pasaba allí.

-¡Ay imbécil!- Aries, comprobando que funcionara, notó que el envase ya no tenía producto. -¡Si está vacía!- Mientras su piel se tornaba roja como un tomate, la ariana no dudó en apuntar con el bote a su hermano.

-¡No no no no no!, ¡no por favor, no!- El tigre corría agitado tras la puerta tratando de esquivar el golpe.

-¡Maldito!- La chica se asomó por en la entrada lanzando el envase, que aterrizó en la cabeza del chico, logrando que rodara escaleras abajo.

-¡AHHH!- Se escuchó el grito del de ojos avellana, que apareció moribundo al pie de los escalones.

-¡Aries!, tranquila mujer- Acuario se acercó pretendiendo tranquilizarla. -Puedes conseguir otra- Estaba por tocar su hombro cuando ella golpeó su mano. -¡No me toques!, no creas que se me olvida lo que hiciste, además... no lo entenderías-.

Contando Estrellas [Zodiaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora