Para vencer

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-Naomi Misora...

El nombre de esa mujer resuena por toda la habitación después de salir de mis labios. La verdad es que ignoro la opinión que tenía L acerca de ella, pero lo que sí que se es mi opinión. La adoro. Si bien no es un genio como Light, L, Near, Mello o Kimiko Kujo. Pero sí que tenía una gran capacidad deductiva que incluso le ayudo a resolver el último asesinato de BB antes que L. Eso, para mí, es todo un logro. Es casi como pasarle la mano por la cara al detective. O lo era. No sé si la genialidad es peligrosa o es que ellos, simplemente, eran personas temerarias. Pero no tiene sentido pensar en dos personas que murieron persiguiendo a un mismo asesino. Aquí es donde quiero llegar. La muerte de Watari, Misora y, más importante, L a manos de Light Yagami lo hacen, incluso en contra de lo que me gustaría reconocer, el mejor y más inteligente criminal de, como mínimo, la última década.

Me levantó del suelo. Es curioso como las camas me hacen tener dolor de espalda, pero el parque no me hace ningún daño a mi ser. Me dirijo delante de la pantalla más grande de mi habitación. En esta no tengo una única cosa, sería malgastar un espacio de visión muy preciado y valioso. En estos instantes lo ocupan tres ventanas, una de internet con una búsqueda sencilla de una noticia, otra de un documento pdf y la última es una video llamada. Una video llamada fallida. La verdad es que de las cinco que llevo no he esperado en ningún momento que me respondiera, aun así, me da lástima que me haya cogido manía. Era el único mínimamente normal.

Vuelvo a pulsar el botón verde de llamar, creyendo una vez más que nadie lo cogerá, pero para mi sorpresa, me responde.

-¡¿Se puede saber qué coño quieres?!

La voz sale de la imagen de pantalla, el chico no ha cambiado y está exactamente en el sitio donde lo dejé, pero, aunque yo veo su cara él no ve la mía. Solo es capaz de deslumbrar la L gigantesca en su pantalla.

-Tan temperamental como siempre ¿No, Mello?

El pelirrojo aparta la mirada hacia el lado para desviar la vista de la cámara. Quizás porque está avergonzado, o quizás porque le aburro.

-Repito ¿Qué quieres?

Insiste. Yo me acomodo a la silla, sé que me costará convencerlo, pero le necesito.

-Se quién es Kira.

Durante un momento Mello se queda petrificado y con los ojos muy abiertos. Poco a poco vuelve a mirar hacia la cámara y entreabre la boca. Parece que quiere decir algo, pero no puede. De repente en su cerebro pasa una idea y su cara pasa de la sorpresa al enfado.

-¡¿Porque demonios me lo dices a mí y no vas a detenerle idiota?!

Suspiro, parece que no tiene la más mínima intención de deducir porque no lo hago.

-No hagas eso.

Dice él, aún más enfadado.

-¿El qué?

-Pensar que soy tonto. No lo hagas.

Me quedo en silencio unos instantes. No me esperaba esa reacción, creía que él, precisamente él, tendría más autoestima.

-Vale.

Respondo. Mello se relaja, se sienta mejor en la silla y, de repente, saca de no sé dónde una barra de chocolate.

-¿Comes bien?

Pregunta de repente mientras se lleva la tablilla a la boca y arranca un pedazo.

-No.

Le respondo con franqueza, sin pretender engañarlo. No sacaría nada.

-Deverías comer más azúcar.

Aconseja él mientras al otro lado de la pantalla, yo, hago una mueca de asco.

-Odio el azúcar.

Mello parece atragantarse con el chocolate.

-¿Cómo que odias el azúcar? Eres L y a L le gusta el azúcar.

Dice, como si fuera algo obvio. Pero yo no respondo. No quiero ponerme a la defensiva ni agresiva con Mello, pero se lo está buscando.

-Yo no soy L.

Mello parece no entender lo que le estoy intentando explicar, así que se acomoda mejor en la silla para que le sea más fácil entenderlo.

-Sí que soy L- Continuo -Pero no ese L.

En seguida entiende lo que quiero decir. Lo sé porque a él también le ha pasado. L quería una copia exacta de él mismo para seguir con su trabajo, alguien que fuera como él. Pero la mayoría de candidatos no se parecían en nada, así que les enseñó cómo debían ser. Yo, al final he aprendido. Near lo supo des de un principio, pero Mello sigue resistiéndose a ser así. Y no le culpo, justo, al contrario. Se podría decir que, en cierto modo, le admiro. Por no dejar de ser quien es, por no perder nunca su objetivo de vista y por no parar de intentarlo.

-¿Por qué estás aquí?

Pregunta, ahora más calmado. Parece que algo le ronda por la cabeza, una pregunta que le hace daño.

-No entiendo que quieres decir.

Respondo. Ahora es él quien suelta un suspiro, pero es como si se preparara para soltar una pregunta fuerte, una para la que él no está preparado.

-¿Por qué no estás hablando con Near?

Es aquí cuando lo entiendo. Cuando compites para ser el mejor y vas segundo te parece raro que alguien quiera tu ayuda, y no la de quien te lleva la delantera.

-¿Quién de los dos es el mejor?

Pregunto, como si de verdad no supiera la respuesta. Él abaja la mirada y responde:

-Él.

A lo que yo no me doy por vencida y lo vuelvo a intentar:

-De los dos ¿Quién es el mejor según el antiguo L?

Mello parece desconcertado. Quizás porque no se esperaba que le hablara de L. El director, sin duda, le había dicho que evito el tema a toda costa. Así que de repente lo saque a la conversación no es muy predecible.

-No eligió a ninguno de los dos.

Y allí tiene la respuesta.

-Exacto. No hay mejor ni peor. No le dijo ni a él ni a ti que erais el número uno. Simplemente porque ninguno de los dos es mejor que el otro.

Él parece entenderlo, pero mira hacia cámara y suelta algo que no me esperaba.

-Pero sí que te eligió a ti.

Eso me deja un poco desconcertada. No sabría cómo explicarle porque me puso en su lugar, porque me puso el nombre de L.

-En mi caso no es decir que soy la mejor. En mi caso es recordar quien vivió y quien murió.

Él se queda callado al darse cuenta de que hablo del tema tabú. Ahora el silenció llena las dos salas donde estamos. Un silencio que él no duda en cortar:

-Así que ¿En qué quieres que te ayude?

Yo cojo aire, preparada para soltar la frase que le alegrará, no solo el día, el mes o el año:

-Para capturar a Kira.

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