La cara de un asesino

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Por primera vez me hallo delante de un botón que, por más reticente que me ponga, tengo que pulsar. Mis dedos recorren la mesa haciendo una melodía nerviosa mientras que mi piel se eriza. La caza de los asesinos es más emocionante de lo que me pensaba, y más estresante. Cierro los ojos para repasar el plan, si todo sale como hemos pensado capturaremos a Kira, o lo mismo, a Light, con vida y le quitaremos la Death Note. Haremos justicia y el mundo no se enterará de la muerte de L. Todo saldrá a pedir de boca, si no hay ningún fallo. Respiro incómodamente para relajarme antes de pulsar el botón, y una vez hecho me alejo de la mesa y el ordenador a escuchar de más lejos el sonido de la llamada. No tarda mucho en haber respuesta:

-¿Qué quieres?

Pregunta Light detrás de la pantalla. Los nervios florecen, pero mantengo la calma. Carraspeo la garganta antes de responder:

-Nada en especial, solo decirte que tengo la prueba para incriminarte.

Un "¡¿Qué?!" muy alto suena de fondo mientras el silencio de Light queda en el ambiente. Espero una respuesta, una reacción, algo. Pero no parece tener nada de eso para mí. Simplemente no se esperaba que le dijera eso, o que le pillara tan rápido.

-Ha sido simple al final. Solo he tenido que necesitar un poco de ayuda.

Oigo una silla chirriar, parece que se pone cómodo para responderme. Debe estar pensando cual es la mejor respuesta. Pagaría por estar allí, por ver su cara, para comprobar como de sincero parece mientras su cerebro está calculando cada posibilidad, cuando está mintiendo.

-No puedes tener ninguna prueba porque, simplemente, no soy Kira.

Dice tranquilamente, como si no hubiera roto ningún plato. Como si todo fuera bien para él. Pero no va bien. No dentro de su mente.

-Créeme Light. La tengo. Una prueba que da sentido a las otras. Una prueba definitiva que no va a necesitar ser contrastada por nada ni nadie. Esta vez no vas a escapar con simplemente pedir que te encierren Light. Oh, y si se descubre que tú eres Kira, no tardaremos en demostrar que el segundo Kira es Misa.

-¡Acúsame tanto como quieras, pero mi novia no tiene nada que ver!

Reacciona de golpe. Como si fuera instintivo. Realmente tiene unos reflejos y una agilidad mental muy notables. Tiene ventaja en el juego. Pero yo ya me he cansado de jugar.

-Así que el papel de novio bueno. No está nada mal Light. No, nada mal.

Digo a modo sarcástico. Esta vez, pero, el distorsionador de voz no puede hacer nada para aliviar el tono de cinismo e ironía que contienen mis palabras y estas le estallan en la cara a mi contrincante.

-¡No te mofes!

Grita. Está contra las cuerdas, no puede huir de ningún modo ni evitar esto, solo puede seguirme la corriente. Y eso es justamente lo que quiero.

-No me mofo, tranquilo, solo expongo los hechos.

Digo de manera absolutamente y exageradamente inocente. A lo que él quiere saltar con otra réplica. Pero alguien le para. Quería responder, pero alguien no le deja.

-¿Qué quieres?

Está vez la voz es distinta. Incluso si siempre los oigo con un distorsionador de voz puedo notar que no ha hablado la misma persona. Y si antes hablaba Light, solo puede haber una persona que le pueda parar y responder con tanta clama. Así que me dispongo a presentarme:

-Usted debe ser el señor Yagami. Encantada: Soy L. La nueva.

Un silencio se impone en la sala y no responde nadie. Al cabo de unos segundos incomodos parece que alguien expresa su duda:

-¿L...La?

Y me doy cuenta de lo que acabo de soltar. Les acabo de servir en bandeja mi género. Aunque, la verdad, no es un error enorme. Pero por errores como estos puedo morir. Para no darle importancia decido actuar de un modo más natural.

-Sí, soy mujer.

Una especie de ambiente incomodo se apodera del momento y, además, parece que la conversación se dirige a preguntar más sobre mí, así que decido cortar por lo sano y continuar con el trabajo.

-Respondiendo a su pregunta anterior: Lo que quiero es simple. Usted, por ejemplo, es un buen policía. Al igual que sus compañeros. L confió en ustedes, confió en sus compañeros. Quiero hacer lo mismo.

La voz del comisario se entrecorta, como si quisiera preguntar algo, pero no estuviera seguro, o estuviera tan impresionado que le costara hablar.

-Está... ¿Está pidiendo que nos conozcamos?

Lo ha deducido. No es tan tonto como pensaba, o como pintaba en los informes.

-En persona, sí. Todo el equipo.

Los oigo respirar. Como si estuvieran nerviosos por lo que se pudieran encontrar. Aunque después de conocer a L yo también tendría miedo de ver con quien me cito. No era especialmente agradable a ojos comunes.

-Pero... En el equipo también está Light. ¿Quiere que él también venga?

Esta es una de esas preguntas que sabía que me harían. La tenía pensada y, de hecho, mi plan requiere que se haga, que se aclare este punto.

-Sí, quiero que venga él también.

El silencio que hay después me deja claro que no entienden el porqué. También demuestra que no hay mucha inteligencia en esa sala y me confirma que sería muy fácil que alguien mínimamente inteligente les podría manipular.

-Señores. Light Yagami ha engañado a la policía, evadido la justicia y vencido al mayor detective del que tengo conocimiento. Quiero verle. Quiero verle la cara al hombre que mató a L.

Lo último que digo suena como, y de hecho es, una amenaza. La promesa de que le cogeré. Y es que todo el sarcasmo, la ironía y el cinismo se me han esfumado. Ahora hablo en serio. No quiero aguantar más la conversación así que decido acabarla:

-La quedada será mañana. Les enviaré la hora y el lugar.

Y dicho esto cuelgo. Me quedo mirando la pantalla blanca. No tengo intención alguna de perder. De repente mi móvil suena. No lo usaba des de hacía mucho. De hecho, des del atentado con bombas del tren. La última persona con quien lo utilicé fue L. Lo curioso es que el mensaje es de quien me ayudará a capturarlo

"Mensaje de Mello: La he encontrado"

KasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora