John

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DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo mi corazón shipper.

John Watson estaba cansado, realmente cansado, toda su vida había sido batalla tras batalla, ésta última había durado tanto tiempo y él nunca supo con certeza si regresaría a casa. Si bien, en unos días sería nombrado Coronel y estaba feliz por ello, lo único que quería realmente es meterse a su cama y dormir 3 días, pero eso todavía no podía ser, tenía que encontrarse con el Capitán Stanford, su todavía superior para exponer la situación y dar la lista de los caídos en cumplimiento de su deber.

No podía creer que la guerra había terminado. Por su trabajo no tenía una esposa ni una familia, su única hermana murió de cáncer hace 10 años. Estaba solo en la gran ciudad pero eso no lo inquietaba. Si realmente lo quería sabía que con su nueva posición podría serle fácil conseguir un matrimonio arreglado (frunció el ceño ante esto) no él era a la vieja escuela, a él le gustaría casarse por amor-sonrió ante lo ridículo que sonaba.

Llegó a la última clínica que debía visitar para dejar a sus hombres lastimados para que fueran atendidos. No entendía la estupidez de ordenarlos por grado y posición social. Esto era estúpido pensó.

-Buenas tardes, quisiera hablar con el encargado, mis hombres necesitan atención medica de inmediato.

-¿Señor Watson? Lo estábamos esperando- una enfermera habló. Sígame por favor. Sus hombres serán atendidos en éste momento. Ellos entraron a una gran sala donde comenzaron a poner en camillas a los muchachos mientras las enfermeras y doctores empezaban su cuidado.

Augusto entró a la sala.

- Teniente Watson, es un placer verlo en una pieza. Reciba mis agradecimientos y los de mi familia por sus servicios a favor de la nación. (Extendió su mano hacia John y él la aceptó aturdido).

- Son bien recibidas, gracias. ¿Usted es?

- Oh por Dios, Augusto Hooper. Doctor y encargado de ésta clínica. (Sonrió)

- Mucho gusto Doctor. (Casi le dijo al aire porque el Doctor ya había corrido a examinar a sus pacientes).

John dejó a los doctores trabajar y se dedicó a ir hacia su casa, necesitaba un baño con urgencia antes de ver a su Capitán Stanford.

El transporte donde viajaba John paró de repente. Haciendo al teniente golpearse en la cabeza. Furioso le dijo al del carruaje que explicara la situación, se dio cuenta que estaba peleando con un desconocido, así que decidió bajar y ver el problema.

- Señor disculpe, éste individuo sólo se arrojó al carruaje sin medir las consecuencias.

- Ya te dije. Me venían persiguiendo, tenía que evitar que me alcanzaran. No veo lo que hay de malo aquí, tú estás bien, incluso el Teniente, próximo a ser Coronel también lo está. (Una sonrisa total iluminó su rostro)

- ¡Qué! Como supiste eso. Nadie sabe. Quién demonios eres tú.

- Ningún enemigo te lo puedo asegurar John Watson.

- Pero...

- Lo siento- interrumpió- tengo que volver –

-¡Espera!

Ya se había ido. John llegó a su casa y no dejó de pensar en el incidente de hace un momento. ¿Quién era ese hombre sucio y descuidado? Y sobre todo ¿cómo le hizo para saber eso de él? John estaba intrigado.



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