The game is ON.

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DISCLAIMER: NADA  ME PERTENECE.


Era raro estar vestido tan elegante y más asistir a una fiesta del Rey. Él se sentía completamente fuera de lugar aparte que no le interesaban éstas cosas. Pero Violeta Holmes lo había convencido, es decir, su madre. Había pasado toda la tarde con ella, para su sorpresa se dio cuenta lo inteligente que era ésa mujer y el parecido que él tenía con ella era grande. Su padre por ejemplo era un hombre fuerte pero él podía apostar que quién mandaba en la residencia Holmes era su madre. En su camino al Palacio Real se encontró recordando cómo se metió en ésta situación.

FLASHBACK

-Vengo hablar con Lady Holmes- dijo tranquilo.

-Lady Holmes no se encuentra bien en éste momento. ¿Quién la busca?- preguntó el mayordomo.

-Soy Tom. Ella sabrá quién soy.

-Está bien, pase a la sala. Hablaré con Lady Holmes.

-Ella lo recibirá en su estancia privada-dijo el mayordomo. Sígame.

La casa era enorme, estaba muy bien custodiada por guardias y mucho personal de seguridad. Se preguntó si eso vino después de que su madre lo sacara de ésta casa.

-Pasa Tom, es bueno que vengas a verme- le dijo amablemente.

-Yo solo quería saber cómo se encontraba Lady Holmes.

-Oh para con ésa mierda jovencito, me llamo Violeta.

Sherlock rio. No podía con la mujer que tenía en frente. Era todo menos lo que él se esperaba.

-¿Y bien? ¿Quieres que te siga diciendo Tom o ya puedo decirte Sherlock?- preguntó levantando la ceja.

-¿Cómo supo?

-Oh querido hijo, puedes deducir que de algún lugar tenían que salir tan inteligentes ustedes. Claramente yo soy el genio entre tu padre y yo. Pero aparte de eso, el corazón de una madre jamás se equivoca. Supe que eras mi hijo desde el momento en que te vi a los ojos.

-¿Por qué?

-Sherlock, no puedo regresar el tiempo. No puedo decir que la mujer que te arrebató de mi lado no hizo lo correcto, pero puedo decir que jamás te amé menos, no hubo ningún día en que no te buscáramos hijo. Tu padre y yo hemos cargado con nuestros propios demonios. Pero Mycroft, él te ama demasiado, se hizo el hombre que es, en ése puesto importante para dar con usted. Tardó mucho tiempo lo sé. Pero hoy estás aquí en casa, con nosotros y eso es lo único que me importa.

Sherlock dejó que lo abrazara. Su madre le estaba proporcionando la tranquilidad que necesitaba.

-¿Ya puedo pasar Violeta?- Sigmund había estado esperando afuera para darles un poco de privacidad pero también quería ver a su hijo.

-Siempre haciendo las preguntas oportunas, querido- dijo rodando los ojos.

-Sherlock hijo, bienvenido a casa.

Y así fue como lo habían obligado a venir a ésta fiesta, vestirse formal y reunirse con su hermano. Su madre dijo que era la mejor manera de que todos supieran que estaba de nuevo en casa. Él había querido salir huyendo pero por única vez decidió darles gusto a sus padres. Violeta Holmes puede ser tan difícil si alguien le quiere decir que no.



                                                                             -O-

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