Sherlock Holmes

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DISCLAIMER: NADA ME PERTENECE, SOLO MI CORAZÓN SHIPPER.

Nicholas y Augusto estaban esperando a las damas de su familia para irse a la gala. Ellos portaban sus más finos trajes y parecían de la realeza.

-Hijo querido, ésta noche no es solo una gala común y lo sabes, ¿verdad?

-¿Qué quieres decir?- preguntó asustado.

-Vamos Augusto, estás en edad de casarte, es hora de que elijas a una buena mujer antes que tu mamá lo haga por ti- advirtió.

-Padre, en realidad no estamos teniendo ésta conversación. No me quiero casar, al menos no ahorita. Tengo tanto trabajo en San Barts.

-Lo sé, pero debe ser pronto. Solo te digo que abras bien los ojos.

-Está bien, pero no te prometo nada.

-Molly en realidad tiene una propuesta de matrimonio.

-¡Qué!- dijo exaltado. Pero papá, usted no puede casar a mi hermana, digo es mal visto que la hermana menor se despose antes que el mayor.

-Lo sé, pero su propuesta de matrimonio es buena hijo. Hoy va a conocer al hombre y si le agrada está hecho. Por favor no le digas a tu hermana- advirtió.

Augusto se sintió mal. Su hermana prácticamente había sido vendida a un hombre que ni siquiera conoce. Rogaba a Dios que al menos fuera un hombre agradable. Le dolía ver a Molly sufrir. Detuvo su pensamiento cuando su hermana y su madre entraron al vestíbulo.

-Y bien, ¿qué tal estamos?- preguntó Louise muy animada.

-Querida mía estás perfecta como siempre. Será un honor para mí llegar de tu brazo.

Louise se sonrojó.

-Molly, hermana estás bellísima.

-Gracias August- le dijo guiñándole el ojo.

Ciertamente su madre era una belleza en ése vestido beige pero su hermana, era una absoluta perfección ésta noche con su hermoso vestido verde. Así que sin perder más tiempo se fueron a la fiesta.


                                                                                          -O-

El coronel John Watson llegó con el Capitán Michael Stanford. Ellos habían saludado a varias personas, muchos de los presentes les daban las gracias por su servicio en la guerra y ellos solo asentían y respondían que era su deber. El Rey todavía no había hecho acto de presencia, pero estaban varias de las familias importantes ya. De pronto las puertas del Salón se abrieron dejando entrar a un hombre solitario, pero perfectamente bien vestido. Era claramente alguien del gobierno.

-Ése es Mycroft Holmes- decía Stanford. Él tiene uno de los puestos más importantes en el gobierno del país y es amigo querido del Rey. Lo cual es extraño porque él es el hombre de hielo y no hace amigos con nadie.

-Parece un hombre inteligente.

-El infierno que lo es. No hay nada que se le escape a Lord Holmes.

-Coronel John Watson, supongo- Mycroft Holmes estaba frente a él. Es un gusto conocerle por fin. Soy Mycroft Holmes.

- El gusto es mío Lord Holmes- le tendió la mano.

-No quiero ser grosero pero no acostumbro dar la mano- dijo tajante. A nadie. Capitán Stanford es bueno que le haga compañía al Coronel- escupió con una falsa sonrisa.

-El Coronel es un buen amigo mío desde hace tiempo.

-Qué bueno es escuchar eso. Agradezco sus servicios con el país, disfruten la velada- Con eso se dio la vuelta y se fue así de rápido como llegó.

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